Como anécdota diremos, tal y como se puede leer tras estas líneas en el texto aportado como fuente, que Nuño era originario, según se nos cuenta, de Montenegro de Cameros, precisamente el municipio que visitamos ayer tras el rastro del dios Airón.
Cueva de Trómbalos o de Nuño - Foto: ayuntamientodeanguiano.org |
Fuente: Las formas locales de la vida religiosa. Antropología e Historia de los santuarios de La Rioja - Óscar Calavia Sáez
El lugar de Valvanera, presentado como "lugar de horrendo", inhabitable desde antiguo, es refugio de fieras y de una "astutísima serpiente". Nuño Óñez, hmbre perversísimo, ladrón y homicida, natural de Montenegro de Cameros, se arrepiente de su vida viendo un día orar a un labriego en el momento en que se disponía a asaltarle. A partir de entonces, lleva vida de eremita en la cueva de Trómbalos, junto a Anguiano. Instala en ella un pequeño oratorio de madera dedicado a Sta. Columba. Vive con su hijo pequeño que un día, al bajar a por agua por la pared de roca, se despeña y muere. Sabiéndose su santa vita por los alrededores, un varón justo, el sacerdote Domingo (que se dice natural de Brieva) llega a su cueva para compartir el retiro. Cuando Domingo está ausente, Nuño recibe en sueños la visita de un ángel que le dice: "Nuño, despierta; deja la cueva de Trómbalos y vete a Valvanera. hallarás un gran roble que sobrepuja en elevación a los demás árboles. A sus pies, una fuente de aguas perennes y cristalinas cuyo caudal no sufre aumento ni disminución. Dentro del árbol hay varios enjambres de abejas que allí labran sus paneles. Cortarás el árbol, construyendo en aquel sitio un altar a la Virgen María, haciendo del mismo tronco una imagen de Nuestro señor Crucificado. Tiene el árbol una cavidad, y en ella sobre un enjambre de abejas y panales, de cuya miel te alimentarás en ese tiempo, una imagen de la Virgen María, e igualmente muchas reliquias de santos, que en otro tiempo fueron escondidas".
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