viernes, 21 de mayo de 2010

La diosa y el río Navia

Hoy traemos a Iberia Mágica un teónimo al que todavía no habíamos hecho referencia. Se trata de una diosa, según se dice, de origen indoeuropeo pero precéltica. La postura mayoritaria -aunque existen otras teorías- la asocian al agua y así ha dado nombre, por ejemplo, a un río homónimo del norte peninsular que nace en Galicia y desemboca en el Cantábrico en tierras asturianas. El texto de hoy lo hemos extraído de la propia wikipedia, donde se puede leer una interesante referencia sobre esta divinidad cuyo culto se extendía por todo el mundo de influencia céltica, más allá también de la propia península Ibérica, por lo que fue una divinidad anterior asimilada por esta cultura de la Antigüedad.
















Navia es un diosa precéltica de origen indoeuropeo. Se discute su origen y pertenencia a algún grupo étnico (cultura campaniforme, cultura de los campos de urnas o cultura de La Tène). De género femenino, se la suele considerar una diosa de la fecundidad. Se han encontrado ofrendas de espadas en su honor en los cauces de los ríos europeos. Se desconocen más datos de su figura, procedencia, a qué grupo de dioses pertenecía, tipo de rituales o ciclo de mitos asociado a ella.
Su nombre se encuentra por todo el noroeste de la península ibérica con el nombre de Nauia (al norte del Miño) o su variante Nabia (en el sur) con una veintena de epígrafes documentando su culto en un área que incluye a ^Galaicos, Lusitanos y Astures. Los dedicantes son sobre todo indígenas, como refleja su antroponimia y como sucede en el resto de las divinidades de la zona.
La interpretación mayoritaria defiende un carácter acuático para Navia (así Blázquez, Coelho, Ferreira da Silva y otros). Leite de Vasconcelos ya relacionó a esta diosa con los santuarios acuáticos y con el sánscrito navya, “curso de agua”. Apoyaría esta interpretación la existencia de hidrónimos modernos como Navia, Naviegu, Navelgas, Navidiellu, y Nalón (antiguo *Nauilo) todos en Asturias, Navea (afluente del Sil en Orense), o los antiguos Nabalia (Eck afluente del Rhin), Nauaeus (Río Naver, Escocia) Nauesbia (actual Naseby, Northants) o Nabarcos (Neber, Gran Bretaña).
Blanca García ha explicado la vinculación de Nabia con los ríos a partir de la concepción céltica del agua como elemento característico del acceso al más allá: desde esta perspectiva, Nabia sería una divinidad soberana facilitadora del acceso al allende a través del agua.
(Wikipedia)

jueves, 20 de mayo de 2010

Posible santuario prerromano en La Nava del Barco

El dicho, ya convertido en tópico, de la fe mueve montañas se podría extrapolar también a términos como afición o pasión y decir -por qué no- que la afición también mueve montañas, al fin y al cabo, la pasión es fe. Así, muchos aficionados a la arqueología y la historia abren hipótesis sobre lugares pendientes de estudio para los expertos, pero que reúnen muchos indicios que hacen probable su auténtico valor histórico. El problema de estos lugares, en cuanto a la poca atención prestada por parte de los profesionales, está en la mayoría de los casos, como bien apunta Alicia M. Canto, en no prometer hallazgos arqueológicos espectaculares, por lo que difícilmente trairán aparejadas las consiguientes subvenciones, de ahí que queden prácticamente ignorados, salvo, por la atención prestada de aficionados como Brandan -nombre de usuario que utiliza en celtiberia.net- del que hoy traemos parte de su estudio dedicado a este posible santuario rupestre de La Nava del Barco, en tierra de antiguos vettones, en plena sierra de Gredos. En él, aparte de un posible altar rupestre -el "umbo"-, con cierto parecido al de la Silla de Felipe II de El Escorial, destaca la posible figura de un verraco. En las proximidades, además, encontramos el castro de la Era de los Moros.

















Hay en los alrededores del pueblo otros bloques con formas tanto o más interesantes. De hecho, es el lugar de la comarca –junto con Navalguijo- donde mejor puede observarse una marcada acción sobre los bloques graníticos, otorgándoles una personalidad particular. Hay alguna zona en cuestión donde la cantidad de piletas no es notable, es sobresaliente.Nos llama la atención una piedra de tamaño medio que sugiere una nueva analogía del tipo de las que buscamos. Más tarde, examinamos las fotografías para determinar que efectivamente no estamos ante un “espejismo” motivado por la luz o el ambiente; más adelante, pasados unos días, se vuelve a visitar el lugar en cuestión, se toman nuevas fotografías, se examinan, y -finalmente- se establece una consideración conjunta si la cuestión lo merece; y creemos que es el caso.Centrémonos pues en el elemento en cuestión: No tenemos que explicar que la analogía establecida conjuntamente nos lleva considerar la similitud con las esculturas zoomorfas conocidas como “verracos”. habrá que contemplar otros argumentos en contra de la consideración del elemento como un “verraco”. Tenemos que tener en cuenta que, apoyándonos en el completo estudio de Jesús R. Álvarez Sanchís sobre estas esculturas, no somos capaces de encuadrarlo en ninguna de las características que, hasta el momento, se consideran. No hay -que sepamos- ningún “verraco” que haya aparecido tallado sobre la propia roca, ni alguno en el que la diferencia entre la talla y la peana no deje espacio alguno para la representación de las extremidades; aunque podrían haber estado esbozadas, como se aprecia en las imágenes. Estaríamos pues, de resultar ciertas nuestras suposiciones, ante un “verraco” bastante atípico.Por otra parte, volviendo al citado trabajo de Álvarez Sanchís como referencia, si consideramos el factor de proximidad a castros “vettones”, sí estaríamos ante uno de los supuestos que parecen tener peso en la localización de este tipo de esculturas, aunque en un espacio algo más dilatado que el que se admite como estándar.En la cumbre del monte que aparece a la izquierda de una de las imágenes del "umbo"se encuentra el castro de la Era de los Moros, muy cerca de las poblaciones de Las Cabezas Bajas y de Las Cabezas Altas. Ponemos una vista de La Nava del Barco desde el castro, y otra del castro desde el “umbo”.Considerando esta cuestión, no es descabellado pensar que pudiesen haber estado en relación, bien como territorio bajo control “vettón”, como se viene sosteniendo, bien como reliquia de un sustrato indígena, anterior al Hierro, como deseamos otros. No con mucha vehemencia en nuestro caso, debemos admitirlo, considerando que sobre esta cuestión habrá siempre mejores opiniones que las de quienes le dedicamos a estos asuntos un poco de tiempo por afición.
(Brandan, celtiberia.net)

martes, 18 de mayo de 2010

El santuario de El Carambolo

El tesoro de El Carambolo es uno de los hallazgos arqueológicos más importantes y más conocidos de todo el mundo antiguo peninsular. Desde que fue descubierto en los años cincuenta del siglo pasado, son muchos los expertos que han seguido estudiando esas maravillosas piezas de orfebrería, creyéndose hasta hace poco que constituía un tesoro tartésico. Pero muy recientemente la concepción sobre este tesoro está cambiando y así, a día de hoy, está tomando bastante fuerza la hipótesis que explica que dichas piezas pertenecieron, seguramente, a un sacerdote, y que el lugar donde fueron encontradas habría constituido un santuario fenicio dedicado a la diosa Astarté, pues así lo hace sospechar la dedicatoria de la estatuilla encontrada en el yacimiento. Sea cierta o no esta hipótesis, ahí queda abierto el debate entre los que defienden su origen tartésico y los optan por un origen púnico del yacimiento.
El texto que añadimos hoy pertenece a dos estudiantes de bachillerato que realizaron un trabajo sobre este supuesto santuario fenicio de El Carambolo.
















El Tesoro del Carambolo es un conjunto de veintiuna piezas de oro de 24 quilates, con un peso total de 2950 gramos, que primitivamente se creyeron de origen tartésico y recientes investigaciones lo consideran el ajuar del sacerdote de un santuario fenicio dedicado al dios Baal y la diosa Astarté. Fueron encontrados en el cerro del Carambolo en el municipio de Camas, a 3 kilómetros de Sevilla.Tras las investigaciones de los últimos años, el Tesoro del Carambolo ha dejado de ser el paradigma de la cultura tartésica. El santuario del Carambolo es ahora mismo el más grande fenicio encontrado en todo el Mediterráneo. Este lugar fue visitadísimo por multitud de fenicios y por gentes de aquí, indígenas. Los santuarios eran centros que emitían oráculos, operaciones comerciales, en cierto modo eran como bancos también. Servían además de observatorio ya que era el lugar más elevado del entorno. Era un importante centro de decisiones y de consulta. En realidad, es un tesoro muy raro ya que no es femenino (diadema, collares). Por ello es único en todo el Mediterráneo.Con El Carambolo, se explica también la fundación de Sevilla. Stal, el primer nombre de Sevilla, era la ciudad fenicia, y frente a ella, cruzando las aguas y sobre un promontorio, estaba el santuario. Según los arqueólogos, Araceli Rodriguez y Álvaro Fernández, Sevilla fue una colonia de primer orden y El Carambolo su santuario.
(Cristina Rocha y Yolanda Domínguez para el 'Proyecto Integrado' del Colegio Argantonio de Cádiz)

lunes, 17 de mayo de 2010

La Peña de la Cruz, sierra de Albarracín

Tras una peregrinación por tierras de antiguos germanos, en las que, con la ayuda del dios Neptuno, se hallaron ansiadas reliquias que tanto se resistían, volvemos hoy a traer un nuevo lugar a Iberia Mágica. En concreto nos acercamos a la Peña de la Cruz, en plena sierra de Albarracín, desde la que se contempla una privilegiada vista panorámica del entorno. Esta peña, según un autor tan contrastado como Martín Almagro-Gorbea, pudo constituir un altar rupestre para los celtíberos que aquellas tierras ocupaban. Las formaciones rocosas son muy sugerentes y recuerdan a otros altares o santuarios rupestres diseminados por al antigua península Ibérica. Está habilitado en la actualidad como mirador para tareas de vigilancia y detección de incendios.
















El mejor documentado es el culto a piedras, que perduró en el mundo celta al que se debe asociar los citados "altares" o santuarios rupestres, como los de de Cabero de Fragoas, Panoias, Ulaca, etc., de amplia dispersión por todo el cuadrante NW peninsular, pero del que hay testimonios que alcanzan el País Vasco (Axtroki, Guipúzcoa), el Valle del Ebro (Val Imana, Escatrón, Zaragoza) y, probablemente, el Sistema Ibérico (Peña de la Cruz, Albarracín).
(Martín Almagro-Gorbea, El origen de los celtas en la península Ibérica. Protoceltas y Celtas.)

jueves, 6 de mayo de 2010

La Cueva de los Casares

Hoy nos acercamos al Parque Natural del Alto Tajo, para visitar una de las cuevas más importantes, del Paleolítico ibérico, en cuanto a representaciones artísticas. La Cueva de los Casares, dentro del término municipal de Riba de Saelices, contiene una serie de grabados -y alguna pintura- de gran importancia que representan figuras humanas y de animales de otros periodos climáticos, como las representaciones de un glotón, de un rinoceronte lanudo -aunque éste está más discutido- y la clara figura de un mamut. Además, destacan unos grabados que constituyen las primeras representaciones conocidas de la reproducción humana, donde se puede apreciar la cópula, el embarazo y el parto. Otros grabados han sido interpretados como rituales chamánicos, con lo cual se entiende que pudo ser, más que un lugar para habitar, un auténtico santuario prehistórico. Pese a su gran importancia, no es mucho el interés que se ha tenido por esta cueva y su preciado legado, pese haber sido estudiada por científicos tan importantes como Juan Cabré, Henri Breuil o Hugo Obermaier.
Desgraciadamente en los últimos tiempos se habló de ella por el triste suceso del incendio de 2005, que se llevó varias vidas humanas y grandes extensiones forestales; incendio que tuvo su origen muy cerca de la cueva. Justo en la parte baja, se encuentra el conocido como Bosque Cebrián, un proyecto en recuerdo del periodista, fallecido en 2007, Juan Antonio Cebrián, que tanto defendió la naturaleza y lugares como éste, para reforestar la zona afectada por ese fatal incendio.
















Fue descubierta en 1928 y declarada monumento nacional en 1934. Contiene un gran número de grabados del paleolítico, alrededor de 200 y también unas pocas pinturas muy deterioradas. También se encuentran grabados de animales escasamente representados como puede ser el de un glotón. Esta cueva es famosa por albergar unas series de grabados, de los que se piensa que pueden ser la primera representación de la reproducción humana. Destacando entre ellos acto tales como la cópula, el embarazo, el parto y la vida familiar, sin embargo, su importancia no ha dado muestras de interés más allá de un reducido círculo científico.en 1932, el arqueólogo Juan Cabré, acompañado por su hija Mª Encarnación Cabré (autora de muchos de los grabados), iniciaron los trabajos de campo y fotográficos de los grabados, consiguiendo con ello que la cueva se convirtiera en Monumento Nacional en 1934. Este reconocimiento tuvo un gran eco a nivel nacional e internacional, publicándose artículos en periódicos ingleses y alemanes de la época.Los estudios de Juan Cabré situaron los grabados en los períodos Auriñaciense y Solutrense, remontándolos a fechas que van desde el 30.000 hasta el 25.000 A.C., haciendo el descubrimiento aún más importante al no haberse encontrado antes este tipo de grabados en el interior de la península. Incluso hoy en día pasa por ser una de las cuevas más importantes encontradas en la península, habiéndose encontrado restos anteriores a los de la Cueva de Altamira.El estallido de la Guerra Civil Española paralizó todos los estudios de Juan Cabré.Durante la guerra, y debido a la poca importancia que los vecinos dieron a la cueva y a los grabados, muchos de ellos fueron deteriorados, realizándose pintadas y tallándose firmar sobre ellos. De todos modos no fue esta la primera vez que los grabados sufrieron deterioro, ya que sobre la entrada a la cueva se encuentra una torre de vigilancia Árabe, siendo estos soldados los primeros en visitarla y dejar marcas de su paso por ella.Al finalizar la guerra Juan Cabré se encontró con la desagradable sorpresa de esta nueva acción vandálica, pagando él mismo un enrejado para evitar futuros deterioros.
(Wikipedia)












El glotón de la Cueva de los Casares

miércoles, 5 de mayo de 2010

Arco de San Pascual, Ayora

Nos encontramos en las cercanías de una ciudad íbera que tuvo que ser muy importante, el poblado ibérico Castellar de Meca. En la actualidad únicamente podemos contemplar su "huella" en la roca, pero aún no ha sido excavada. Una futura excavación pudiera poner de manifiesto que nos encontramos ante una de las más importantes ciudades íberas, pues, la obra de ingeniería prerromana del conocido como Camino Hondo de Castellar de Meca, constituye un ejemplo sin igual en toda la península Ibérica.
Muy cerca de este antiguo poblamiento contestano, en plena sierra del Mugrón, se encuentra el conocido como Arco de San Pascual, una curiosa formación rocosa de la que se piensa que bien pudo ser un antiguo santuario, pues algunos testimonios, como cazoletas y grabados, y su sugerente forma, que incita a la imaginación, bien pudieran constituir pistas en ese sentido. Así se viene especulando por distintos autores y estudiosos.
















Uno de los parajes más singulares que podemos contemplar en la Comunidad Valenciana es el Rincón de San Pascual. Se encuentra en el término municipal de Ayora, muy cerca de los lindes con las poblaciones albaceteñas de Almansa y Alpera. La curiosísima formación geológica que preside el Rincón de San Pascual te produce un verdadero impacto. Contemplas el llamado Arco de San Pascual desde diferentes perspectivas y comprendes perfectamente el calificativo de “mágico” que otorgó Rafael Cebrián a este conjunto de rocas. Es muy posible que fuera en tiempos remotos una especie de santuario, ya que se encuentra a una distancia relativamente escasa de la ciudad ibérica del Castellar de Meca y de las pinturas rupestres de la Cueva de la Vieja (en Alpera). Cuando accedes a esta espectacular escultura rocosa, entra en juego la imaginación, ya que unos la comparan con la figura de una tortuga, mientras que otros piensan en un dinosaurio u otro gran animal de la prehistoria. También corre la fantasía cuando contemplas extrañas marcas grabadas en la roca, que podrían haber sido hechas por pastores, por brujas o por sacerdotes de antiguas religiones. Frente al Arco de San Pascual se halla la cueva que lleva el nombre del mismo santo, y a la que se accede a través de una redonda oquedad.
(Diario Las Provincias)

martes, 4 de mayo de 2010

Las Leyendas de la Laguna de Antela

Esta laguna gallega, en la comarca de La Limia, fue desecada en la década de 1950 para ganar tierras al cultivo, aunque en la actualidad se están recuperando algunas zonas que están volviendo a ser inundadas. Constituía uno de los humedales de mayor extensión de la península Ibérica con una gran riqueza biológica. Pero hoy la traemos aquí porque son varias las leyendas que la rodean, donde el rey Arturo, Anfíloco y el ancestral culto al gallo se mezclan con los intentos del poder eclesiástico, una vez más, por demonizar todo lo que huela a herencia de cultos anteriores. Según el autor que hoy traemos a colación, Ramón Sainero, los elementos que en estas leyendas confluyen tienen un claro origen céltico.

















Los lagos y lagunas ocupan capítulo aparte en las leyendas celtas. En lugares del norte de España algunas lagunas, como la de Antela o el lago de Sanabria, ocultan en sus profundidades verdaderas ciudades sumergidas y seres humanos. En las leyendas irlandesas los lagos son mirados con respeto y superstición: en sus entrañas anidan seres del mundo invisible y muchas veces de sus aguas parten lamentos humanos de los seres humanos que han tenido la desgracia de caer en sus aguas. Pedro de Frutos nos indica cómo la laguna de Antela presenta claras afinidades con el mundo céltico y nos dice que los mosquitos y otros insectos que se encuentran en el lugar se consideran las figuras encantadas del rey Arturo y sus caballeros.Según la leyenda, en el fondo de la laguna existió una ciudad que por su pecado de idolatría de rendir culto al gallo recibió el castigo de ser inundada por las aguas. Hoy en día todavía destaca la figura del gallo en campanarios y torres. Según el cura párroco Abavides fue un castigo de Dios por separarse de la doctrina predicada por Jesucristo, quien vestido de mendio fue llamando de puerta en puerta por la ciudad pidiendo limosna; al ser rechazado por todos la ciudad recibió el castigo de desaparecer en las aguas. Lo más sorprendente es que en los trabajos realizados en las zonas desecadas se han encontrado restos de edificaciones circulares, así como puntas de flechas y otros objetos que indican la primitiva existencia de una ciudad bajo las aguas, posiblemente fundada por Anfíloco, griego emigrado, que, según Estrabón, se asentó después de la guerra de Troya en estas regiones.
(Ramón Sainero, La huella celta en España e Irlanda)

lunes, 3 de mayo de 2010

El culto a las Ninfas en Baños de Montemayor

Hoy nos acercamos a un punto concreto de la Vía de la Plata, a un un lugar cuyos antiguos baños termales de época romana siguen en uso en la actualidad y de los que toma el nombre la localidad de Baños de Montemayor, en el Valle del Ambroz. En estos antiguos baños se han verificado dieciséis testimonios de culto a Las Ninfas, dieciséis inscripciones dedicadas a estas divinidades asociadas al culto de las aguas (aunque también existen las epigeas o ninfas terrestres), de las que las Náyades eran las consagradas al agua dulce, como es el supuesto que nos ocupa. No se aprecia, como ocurre en otros casos, un indigenismo de origen en el culto a estas aguas termales, al menos deducible a través de los teónimos, pero no se descarta dicha posibilidad.
















La Vía de la Plata a su paso por Baños de Montemayor. Las losas apreciables ocultan el verdadero firme de época romana

Baños de Montemayor conserva el mayor conjunto de epigrafía votiva en contexto termal dedicada a las Ninfas de la zona que estudiamos. Lo constituyen dos grupos definidos por dos grados en el estudio que en hoy en día es posible realizar del material. Nueve son epígrafes que existen en la actualidad, ocho expuestos en el propio balneario (junto a dos aras dedicadas a Salus) y uno en el Museo Arqueológico Nacional. Siete están perdidos y resultan mucho más difíciles de estudiar al margen de hipotéticas conjeturas puntuales.
El conjunto de Baños de Montemayor incluye tres tipos de denominación de las Ninfas. Se dedican a las Ninfas Caparenses (con un adjetivo tópico que se refiere a la ciudad más cercana, vertebradora de la comarca, Capera) siete aras; una a las Ninfas de la fuente (Nimphis fontanae) y ocho a las Ninfas sin ulterior epíteto o caracterización. Las variedades ortográficas del teónimo son también notables y se las nombra Nymphis, Nimphis, Ninphis, Nympis o Nimpis.
(Francisco Diez de Velasco)
 
Tweets por @IberiaMagica