En tierra de antiguos oretanos, en el municipio en el que se dice se ubicaba la antigua Iliturgi, en Mengíbar, se encuentra el Cortijo de Máquiz donde, en 1862, se hallaron unas cabezas de bronce que acompañaban como elemento decorativo -o quizás con un significado ritual que iba más allá de la mera función ornamental- a un carro íbero. Una de ellas representa la cabeza de una loba y la otra una cabeza mitad lobo, mitad hombre, con lo que, además de poder constituir un vestigio más del culto a este animal existente entre los pueblos prerromanos, es posible que también entre los íberos se diera la manifestación mitológica de los hombres-lobo, algo que también ocurría entre los pueblos indoeuropeos.
*Fuente: Tesoros de la Real Academia de la Historia.
Pero el mayor interés de estos bronces está en documentar la creencia en mitos del hombre-lobo entre los íberos, seguramente de origen indoeuropeo, también profundamente arraigados en otros pueblos mediterráneos como griegos y etruscos.
El lobo ha sido la fiera más popular y temida de la Península Ibérica desde la Antigüedad, capaz de atacar por sorpresa y con rabia mortal, pero también de organizarse en grupo y de obedecer al jefe, el individuo más poderoso de la manada, siendo por ello símbolo de la guerra, la muerte y el Más Allá. Según estas creencias el joven íbero que se iniciaba como guerrero tendría, como las fieras, que vivir de la rapiña separado de la sociedad, agrupándose con otros para sobrevivir los más fuertes, preparándose de este modo para la guerra. Además, el lobo, como animal del Más Allá acompañaría a los guerreros difuntos y sería un símbolo de jefatura y, al mismo tiempo, con poderes protectores mágicos para su portador, que se consideraría un guerrero-lobo, como evidencia la escultura de un régulo de Elche del siglo V a.C. con una cabeza lobuna esculpida en su torso o la divinidad femenina protectora de una de las torres de la muralla de Tarragona, con otra cabeza de lobo en su escudo, fechada ya en el siglo II a. C. En consecuencia, el carro al que parecen haber pertenecido estas espléndidas piezas debe atribuirse a uno de estos reyes-lobo que regían la sociedad ibérica basándose en su poder guerrero y mágico.
viernes, 31 de mayo de 2013
Cerro del Santuario y la Dama de Baza, Baza
Hoy nos acercamos a un lugar muy emblemático, una ciudad que daba nombre a toda una etnia íbera que ocupaba el sureste peninsular: los bastetanos. Estamos hablando de la antigua Basti, ubicada en Cerro Cepero, -actual Baza, -, en la que en una de sus necrópolis, la del Cerro del Santuario, apareció hace 42 años una de las damas íberas más conocidas, y que hasta ahora sólo había sido nombrada de pasada este blog, la Dama de Baza, sin acercarnos a su lugar de procedencia. Este año la necrópolis de Cerro del Santuario (una de las dos necrópolis de Bastia, la otra es la de Cerro Largo) ha vuelto a ser noticia por el hallazgo de una estructura funeraria muy singular con una cámara subterránea y una escalera de acceso, donde se han hallado restos humanos, lo que supone una novedad en el mundo íbero, pues en este periodo los muertos eran incinerados, como demuestran, por ejemplo, las propias cenizas de una mujer de unos 30 años de edad que contenía la urna de la escultura de la Dama de Baza. En relación a la famosa dama sedente, se ha llegado a decir que podría ser la representación de alguna diosa estilo a la Perséfone griega o Tanit fenicia.
*Fuente: Lorenzo Abad y Manuel Bendala
En circunstancias afortunadas no muy repetidas, la de una excavación arqueológica, desenterró F. Presedo en 1971 a la Dama de Baza. Una sencilla tumba de la antigua Basti, consistente en una fosa cuadrangular, contenía un espléndido ajuar en vasos cerámicos, armas y otros complementos, y la pieza excepcional de la escultura, adosada al centro de una de las paredes de la fosa. Se halló en perfecto estado de conservación, con toda su rica policromía, factor siempre destacado en esta obra, por cuanto llena en algo el hueco dejado por la pérdida casi total del colorido en las demás esculturas ibéricas. Está esculpida en una sola pieza de caliza de color grisáceo, ultimada con una fina capa de enlucido de yeso, y, sobre ella, pintada. Mide 1,30 m de altura, y 1,05 m de anchura máxima.
Es una figura entronizada, creada a partir de un tipo muy difundido en todo el mundo griego o helenizado.
[...] La Dama se sienta en él hierática, solemnemente. Viste una túnica azul, sobre dos sayas visibles bajo el borde inferior, que se adorna con una cenefa pintada, compuesta de una banda roja, un ajedrezado de este color y blanco, y otra de azul intenso; se cubre, de la cabeza a los pies, con un manto de tela gruesa, de color azul y cenefa pintada al borde como la túnica; lo mantiene abierto, ondulados los bordes asimétricamente, con naturalidad, hasta caer en punta a un lado y otro de los pies. Asoman éstos bajo la túnica, embutidos en calzados de paño rojo, y reposados sobre un cojín. Apoya las manos, cargadas de anillos, sobre el regazo: la derecha abierta, doblada palma abajo a la altura de la rodilla; la izquierda, cerrada, aprisiona un pichón de color azul.
Luce varios collares al estilo de la Dama de Elche.
[...] Por otra parte, para la interpretación de la Dama de Baza, sus particularidades iconográficas y el hallazgo en la tumba se completan con un dato de primer orden: el hecho de servir de urna cineraria, para lo cual dispone de un amplio hueco abierto en un costado, bajo el brazo derecho del sillón (contenía, en efecto, los restos de una cremación). Se ha supuesto, sumando todos los datos, que fuera una diosa infernal, del tipo de la Perséfone griega o de la Tanit púnica. Y no faltan razones.
Luis García - Wikipedia |
*Fuente: Lorenzo Abad y Manuel Bendala
En circunstancias afortunadas no muy repetidas, la de una excavación arqueológica, desenterró F. Presedo en 1971 a la Dama de Baza. Una sencilla tumba de la antigua Basti, consistente en una fosa cuadrangular, contenía un espléndido ajuar en vasos cerámicos, armas y otros complementos, y la pieza excepcional de la escultura, adosada al centro de una de las paredes de la fosa. Se halló en perfecto estado de conservación, con toda su rica policromía, factor siempre destacado en esta obra, por cuanto llena en algo el hueco dejado por la pérdida casi total del colorido en las demás esculturas ibéricas. Está esculpida en una sola pieza de caliza de color grisáceo, ultimada con una fina capa de enlucido de yeso, y, sobre ella, pintada. Mide 1,30 m de altura, y 1,05 m de anchura máxima.
Es una figura entronizada, creada a partir de un tipo muy difundido en todo el mundo griego o helenizado.
[...] La Dama se sienta en él hierática, solemnemente. Viste una túnica azul, sobre dos sayas visibles bajo el borde inferior, que se adorna con una cenefa pintada, compuesta de una banda roja, un ajedrezado de este color y blanco, y otra de azul intenso; se cubre, de la cabeza a los pies, con un manto de tela gruesa, de color azul y cenefa pintada al borde como la túnica; lo mantiene abierto, ondulados los bordes asimétricamente, con naturalidad, hasta caer en punta a un lado y otro de los pies. Asoman éstos bajo la túnica, embutidos en calzados de paño rojo, y reposados sobre un cojín. Apoya las manos, cargadas de anillos, sobre el regazo: la derecha abierta, doblada palma abajo a la altura de la rodilla; la izquierda, cerrada, aprisiona un pichón de color azul.
Luce varios collares al estilo de la Dama de Elche.
[...] Por otra parte, para la interpretación de la Dama de Baza, sus particularidades iconográficas y el hallazgo en la tumba se completan con un dato de primer orden: el hecho de servir de urna cineraria, para lo cual dispone de un amplio hueco abierto en un costado, bajo el brazo derecho del sillón (contenía, en efecto, los restos de una cremación). Se ha supuesto, sumando todos los datos, que fuera una diosa infernal, del tipo de la Perséfone griega o de la Tanit púnica. Y no faltan razones.
Vista aérea de la necrópolis de Cerro del Santuario, ugr.es |
miércoles, 29 de mayo de 2013
Altar de Baco cercano a Las Pilillas, Requena
Nos acercamos a una tierra típicamente vinícola como es la comarca de Requena-Utiel, una tradición que se remonta muy atrás si se observa la cantidad de lagares tallados en piedra existentes en el poblamiento prerromano de Las Pilillas, en Requena, muy cercano al lugar donde se halló al Altar dedicado a Baco, nuestro protagonista de hoy, y que, como es bien conocido, era el dios latino del vino, la romanización del Dioniso griego. Queda de esta forma bastante claro que la producción de vino se remonta muy atrás en el tiempo en esta comarca. Tratando de buscar las raíces prerromanas de este territorio, vemos que la oficialidad califica el yacimiento arqueológico de Las Pilillas como íbero, aunque hay quienes dicen que nos encontraríamos en zona celtíbera. Es curioso por ejemplo comprobar como recientemente, aunque evidentemente esto no sea nada más que una simple anécdota nada aclaratoria, se celebraron unas Jornadas Celtíberas en Requena en octubre de 2012, lo que deja claro que existe esa doble vertiente de opinión. También parece claro que nos encontramos en una tierra fronteriza, condición que ha perdurado a lo largo de los siglos, pues en la actualidad se habla de su evidente naturaleza castellana, a pesar de que la actual división administrativa la haya incluido en el territorio conocido como Comunidad Valenciana.
*Fuente: 2500 años de producción de vino en la comarca de Requena-Utiel. Arquitectura y espacios de elaboración: lagares, bodegas y haciendas. Asunción Martínez Valle y Carmen Pérez García.
Un testimonio arqueológico más de viticultura en época romana se recuperó muy próximo a los lagares ibéricos de las Pilillas. El arranque y desfonde de una viña actual sacó a la luz un altar dedicado a Baco, del S. II d. C.; en este ara que documenta el culto a la divinidad grecoromana más relacionada con la viticultura, un joven Baco derrama vino sobre su pantera que con
las fauces abiertas lo recibe, una representación clásica de la iconografía báquica muy repetida también en otro tipo de relieves como son los sarcófagos (el vino simboliza la sangre, la vida o la muerte).
*Fuente: 2500 años de producción de vino en la comarca de Requena-Utiel. Arquitectura y espacios de elaboración: lagares, bodegas y haciendas. Asunción Martínez Valle y Carmen Pérez García.
Un testimonio arqueológico más de viticultura en época romana se recuperó muy próximo a los lagares ibéricos de las Pilillas. El arranque y desfonde de una viña actual sacó a la luz un altar dedicado a Baco, del S. II d. C.; en este ara que documenta el culto a la divinidad grecoromana más relacionada con la viticultura, un joven Baco derrama vino sobre su pantera que con
las fauces abiertas lo recibe, una representación clásica de la iconografía báquica muy repetida también en otro tipo de relieves como son los sarcófagos (el vino simboliza la sangre, la vida o la muerte).
Lagar rupestre en Las Pilillas - labitacoradejenri.blogspot.com |
martes, 28 de mayo de 2013
Santuario de Mogueira, São Martinho de Mouros-Resende
Nos acercamos a la freguesía de São Martinho de Mouros, del concejo -concelho- de Resende. El propio "apellido" de la población -Mouros- nos pone sobre la pista de encontrarnos con un lugar con vestigios del pasado. Ya hemos expuesto recientemente en más de un ocasión su posible significado, sobre todo a través de algunas valiosísimas intervenciones de participantes en esta página, con lo que nos remitimos a ello.
El yacimiento arqueológico, en el que se encuentra el santuario rupestre que hoy visitamos -Santuario de Mogueira-, se encuentra en la margen izquierda del río Duero. La ubicación exacta del santuario se halla a media ladera de un monte, a uno y otro lado del un arroyo que por él desciende hacia el Duero. En el santuario existen vestigios que van desde el Bronce a la época romana.
*Fuente: Maria Joao Correia Santos
El sitio de Mogueira es un lugar de gran potencial arqueológico, al reunir importantes indicios de ocupación desde la Prehistoria reciente hasta Época Medieval.
[...] El espacio de santuario, al parecer, relacionado con el arroyo, denuncia una ocupación que se parece extender entre la transición del Bronce Final a la Edad del Hierro y los siglos III-IV d. C y se compone de un conjunto de dos grabados rupestres y un total de ocho inscripciones identificadas. Los grabados rupestres, posicionados cada uno en una orilla del arroyo, en frente uno al otro, corresponden, los de la orilla derecha, a una composición de motivos lineales y los de la orilla izquierda, a una composición más compleja, con una espiral y dos huellas de pies en el centro, motivos que ya han sido relacionados por ciertos autores con posibles ritos de investidura.
La presencia romana parece estar concentrada sobre todo en el área entre el arroyo y la pendiente S-SW, y corresponde, por lo tanto, a la utilización del espacio de santuario.
El yacimiento arqueológico, en el que se encuentra el santuario rupestre que hoy visitamos -Santuario de Mogueira-, se encuentra en la margen izquierda del río Duero. La ubicación exacta del santuario se halla a media ladera de un monte, a uno y otro lado del un arroyo que por él desciende hacia el Duero. En el santuario existen vestigios que van desde el Bronce a la época romana.
Mogueira - Maria Joao Correia Santos |
*Fuente: Maria Joao Correia Santos
El sitio de Mogueira es un lugar de gran potencial arqueológico, al reunir importantes indicios de ocupación desde la Prehistoria reciente hasta Época Medieval.
[...] El espacio de santuario, al parecer, relacionado con el arroyo, denuncia una ocupación que se parece extender entre la transición del Bronce Final a la Edad del Hierro y los siglos III-IV d. C y se compone de un conjunto de dos grabados rupestres y un total de ocho inscripciones identificadas. Los grabados rupestres, posicionados cada uno en una orilla del arroyo, en frente uno al otro, corresponden, los de la orilla derecha, a una composición de motivos lineales y los de la orilla izquierda, a una composición más compleja, con una espiral y dos huellas de pies en el centro, motivos que ya han sido relacionados por ciertos autores con posibles ritos de investidura.
La presencia romana parece estar concentrada sobre todo en el área entre el arroyo y la pendiente S-SW, y corresponde, por lo tanto, a la utilización del espacio de santuario.
Maria Joao Correia Santos |
lunes, 27 de mayo de 2013
¿Santuario-oráculo de Menesteo junto al Castillo de Doña Blanca?, El Puerto de Santa María
Estrabón habló del culto que se rendía a Menesteo en las proximidades de la antigua Cádiz. Este antiguo personaje homérico, undécimo rey de Atenas, según una tradición navegó hasta el río Criso -actual Guadalete- tras haber sido desposeído del trono al volver de la guerra de Troya. Se dice que admirado por la fertilidad y el suave clima de la zona decidió instalarse en estas tierras fundando lo que hoy es El Puerto de Santa María, el antiguo Puerto de Menesteo. Seguramente no sea nada más que un mito, pero de lo que sí hay constancia es del culto que se le rindió por estos lares; culto que según Adolf Schulten le sería profesado en la desembocadura del río Guadalete, junto al yacimiento arqueológico de Doña Blanca. Este yacimiento no es otra cosa que una antigua ciudad fenicia, enclave que se disputa el honor de ser el más antiguo poblamiento púnico junto a la actual Cádiz y el Cerro del Castillo del municipio de Chiclana. Una vez más nos encontramos con la mitificación del lejano occidente de la oikoumene por parte de la tradición griega como una tierra próspera, quizás constituyendo una forma de invitación a futuras colonizaciones helenas que compitieran con la primacía fenicia en los confines del Mediterráneo occidental, en este caso, más allá de las Columnas de Hércules.
*Fuente: Iconografía y culto a las aguas de época prerromana en los mundos colonial e ibérico, Ricardo Olmos
En honor del héroe ateniense Menesteo celebraban los gaditanos sacrificios como nos dirá en otro lugar Filóstrato {Vida de Apolonio V, 4). Tal vez, con ello se quiera sugerir una tradición que remontarla probablemente al siglo V a. C, en la que Cádiz establece unas estrechas relaciones comerciales con Atenas, lo que tenemos ya documentado por la cerámica ática de este período distribuida por el Suroeste peninsular. ¿Controlaba Cádiz el santuario-oráculo de Menesteo, al otro lado de la bahía, en el Guadalete —allí donde se localizan hoy las ruinas de la Torre de Doña Blanca— y con ello todo el comercio de Grecia en el extremo occidente? Parece lo más verosímil.
Castillo de Doña Blanca - Antonio M. Romero Dorado |
*Fuente: Iconografía y culto a las aguas de época prerromana en los mundos colonial e ibérico, Ricardo Olmos
En honor del héroe ateniense Menesteo celebraban los gaditanos sacrificios como nos dirá en otro lugar Filóstrato {Vida de Apolonio V, 4). Tal vez, con ello se quiera sugerir una tradición que remontarla probablemente al siglo V a. C, en la que Cádiz establece unas estrechas relaciones comerciales con Atenas, lo que tenemos ya documentado por la cerámica ática de este período distribuida por el Suroeste peninsular. ¿Controlaba Cádiz el santuario-oráculo de Menesteo, al otro lado de la bahía, en el Guadalete —allí donde se localizan hoy las ruinas de la Torre de Doña Blanca— y con ello todo el comercio de Grecia en el extremo occidente? Parece lo más verosímil.
viernes, 24 de mayo de 2013
El Antruejo, Llamas de la Ribera
Ya dejamos atrás, en muchos lugares, las festividades que celebran el apogeo de la primavera, justo cuando se cruza el ecuador de esta estación (los mayos), a principios del mes en el que aún nos encontramos. Pero hoy retrocedemos algo más atrás, en lo que llevamos de año, para hablar de uno de los festejos ancestrales celebrados cerca del final del invierno -justo cuarenta días antes del primer plenilunio de primavera-, donde se celebra que la estación fría va terminando para dejar paso a la primavera que ya se avecina, en una especie de triunfo de la luz sobre las tinieblas.
Este festejo, junto con otros de este tipo, son el origen del Carnaval. Estamos hablando del Antruexu o Antruejo, donde el bien -los Guirrios (también conocidos como Sidros en Asturias)- luchan contra el mal -los Antruejos- hasta vencer a estos últimos, representantes del oscuro y frío invierno que finaliza para dar paso a la estación en la que todo vuelve a renacer.
Es típica de la zona asturleonesa, acercándonos como muestra hoy a Llamas de la Ribera, población de Ribera del Órbigo, donde ésta tiene una gran raigambre.
*Fuente: gatitoamarillo.wordpress.com
El Guirrio viste ropas blancas, calcetines largos negros y por encima otros más cortos de color blanco; cinturón o tirantes de color vistoso de los que penden ruidosos cencerros (cuya misión era ahuyentar los malos espíritus cuando el guirrio se pusiese a bailar y los cencerros sonasen), abarcas de piel de vaca, una tenaza de madera (se supone que servían para atrapar al vecino y hacerse con una propina de huevos, leche, pan…) y una vejiga de cerdo hinchada (con la que se dan golpes a los que se cruzan en su camino, también para espantar a los malos espíritus). Pero quizá, lo más característico son las “mázcaras”, una especia de máscara en forma de cono de más de un metro de alto, decorada con grandes abanicos de colores muy vivos de papel y flores (antiguamente se adornaban con plumas de gallo y gallinas) rematadas con flecos de lana y coleta de pelo natural; estas mázcaras, que llegan a pesar 6 ó 7 kilos, se mueven abriéndose y cerrándose con los saltos y bailes de los guirrios.
Además de los Guirrios también tenemos a las Madamas, que son las mozas del pueblo vestidas con el traje de gala; y los madamos, que van vestidos como las madamas, pero llevan la cara cubierta y su misión consiste en correr detrás de las mozas y darles castañuelazos.
Y los Antruejos, que dan nombre a la fiesta y que son los seres temibles que encarnan el mal y que serán finalmente derrotados por los Guirrios.
Este festejo, junto con otros de este tipo, son el origen del Carnaval. Estamos hablando del Antruexu o Antruejo, donde el bien -los Guirrios (también conocidos como Sidros en Asturias)- luchan contra el mal -los Antruejos- hasta vencer a estos últimos, representantes del oscuro y frío invierno que finaliza para dar paso a la estación en la que todo vuelve a renacer.
Es típica de la zona asturleonesa, acercándonos como muestra hoy a Llamas de la Ribera, población de Ribera del Órbigo, donde ésta tiene una gran raigambre.
Los Guirrios - leonocio.es |
*Fuente: gatitoamarillo.wordpress.com
El Guirrio viste ropas blancas, calcetines largos negros y por encima otros más cortos de color blanco; cinturón o tirantes de color vistoso de los que penden ruidosos cencerros (cuya misión era ahuyentar los malos espíritus cuando el guirrio se pusiese a bailar y los cencerros sonasen), abarcas de piel de vaca, una tenaza de madera (se supone que servían para atrapar al vecino y hacerse con una propina de huevos, leche, pan…) y una vejiga de cerdo hinchada (con la que se dan golpes a los que se cruzan en su camino, también para espantar a los malos espíritus). Pero quizá, lo más característico son las “mázcaras”, una especia de máscara en forma de cono de más de un metro de alto, decorada con grandes abanicos de colores muy vivos de papel y flores (antiguamente se adornaban con plumas de gallo y gallinas) rematadas con flecos de lana y coleta de pelo natural; estas mázcaras, que llegan a pesar 6 ó 7 kilos, se mueven abriéndose y cerrándose con los saltos y bailes de los guirrios.
Además de los Guirrios también tenemos a las Madamas, que son las mozas del pueblo vestidas con el traje de gala; y los madamos, que van vestidos como las madamas, pero llevan la cara cubierta y su misión consiste en correr detrás de las mozas y darles castañuelazos.
Y los Antruejos, que dan nombre a la fiesta y que son los seres temibles que encarnan el mal y que serán finalmente derrotados por los Guirrios.
Los Antruejos - rlplus.radioleon.com |
miércoles, 22 de mayo de 2013
Antiguo santuario prerromano en calle Ruaya, Valencia
Como ya hemos comentado en más de una ocasión, la mayoría de las ciudades con pasado romano se ubicaban en lugares que ya fueron habitados previamente. En este sentido, cuando hablamos de Valencia, aquella que dicen las crónicas fue fundada el 138 a. C. por el cónsul Décimo Junio Bruto, nos encontramos seguramente ante el mismo caso. Es posible que no hubiera una continuidad entre las poblaciones anteriores, ya fueran íberas o púnicas, que se encontraran junto a la ribera del Turia en lo que es hoy en día Valencia, y la propia Valentia romana, pues tras las guerras púnicas el lugar pudo haber sido abandonado. Así parece demostrarlo un santuario, nuestro protagonista de hoy, calificado como fronterizo por sus estudiosos, hallado en la calle Ruaya, en la margen izquierda del Turia, y que parece ser fue destruido unos años antes de lo que fue la "fundación" de la Valencia romana. Pero hubiera una continuidad o no, lo que es evidente es que el lugar ya fue un foco de ocupación para pueblos anteriores a la llegada de los itálicos, donde también hay que incluir incluso hallazgos prehistóricos encontrados en este mismo yacimiento y que no carecen, igualmente, de poca importancia.
*Fuente: lasprovincias.es, 18/05/2013
Los técnicos del Ayuntamiento han llegado a la conclusión de que el subsuelo de la calle Ruaya, donde se localizó el yacimiento en el que los arqueólogos municipales trabajaron durante 2008, fue un santuario, una zona sacra, con un pequeño templo y múltiples pozos donde se realizaban sacrificios y ofrendas. Los trabajos arqueológicos en Ruaya han logrado echar la máquina del tiempo todavía más atrás.
[...] Rivera -sección de Arqueología descartó que cuando Junio Bruto fundó Valentia lo hiciese en un espacio habitado en ese momento por otra población. El arqueólogo consideró «muy probable, teniendo en cuenta cómo eran los romanos», que el santuario que protagoniza la exposición hubiese sido arrasado años antes de poner en marcha el asentamiento que hoy es la capital del Turia. Precisamente, la existencia del río y su posible uso como frontera natural entre cartagineses e íberos convirtió el templo en una especie de santuario fronterizo.
El material estaba en el interior de pozos (en cuyo interior también se localizaron las piezas prehistóricas del Holoceno) que servían como contenedores de las ofrendas y animales sacrificados de aquellas comunidades, que consideraban la zona como lugar de culto.
lasprovincias.es |
*Fuente: lasprovincias.es, 18/05/2013
Los técnicos del Ayuntamiento han llegado a la conclusión de que el subsuelo de la calle Ruaya, donde se localizó el yacimiento en el que los arqueólogos municipales trabajaron durante 2008, fue un santuario, una zona sacra, con un pequeño templo y múltiples pozos donde se realizaban sacrificios y ofrendas. Los trabajos arqueológicos en Ruaya han logrado echar la máquina del tiempo todavía más atrás.
[...] Rivera -sección de Arqueología descartó que cuando Junio Bruto fundó Valentia lo hiciese en un espacio habitado en ese momento por otra población. El arqueólogo consideró «muy probable, teniendo en cuenta cómo eran los romanos», que el santuario que protagoniza la exposición hubiese sido arrasado años antes de poner en marcha el asentamiento que hoy es la capital del Turia. Precisamente, la existencia del río y su posible uso como frontera natural entre cartagineses e íberos convirtió el templo en una especie de santuario fronterizo.
El material estaba en el interior de pozos (en cuyo interior también se localizaron las piezas prehistóricas del Holoceno) que servían como contenedores de las ofrendas y animales sacrificados de aquellas comunidades, que consideraban la zona como lugar de culto.
martes, 21 de mayo de 2013
El santuario urbano de El Oral, San Fulgencio
Ya estuvimos hace un tiempo hablando en este blog de San Fulgencio, un municipio de la Vega Baja del Segura, para visitar el yacimiento de La Escuera, también cercano a la desembocadura del río Segura, y dejar constancia de un santuario urbano en él existente. Hoy hablamos de otro, del santuario urbano del yacimiento arqueológico de El Oral, poblamiento ibero más antiguo, del Periodo Orientalizante, cuyos habitantes parece ser que lo abandonaron para fundar el de La Escuera, ya del periodo íbero pleno. Un reciente estudio de arqueoastronomía afirma que el santuario de El Oral, al igual que otros santuarios del valle del Guadalquivir, apuntaba hacia un acimut de 55 grados, espacio celeste que ocupa Venus cuando se observa antes de la salida del Sol. Nuestra fuente de hoy no se detiene en este estudio, sino en la propia descripción del edificio identificado como santuario urbano.
*Fuente: Santuarios urbanos en el mundo ibérico, Martín Almagro Gorbea y Teresa Moneo
Este poblado ibérico, fechado a fines del siglo VI a. C. y comienzos del siglo V a. C., ocupa aproximadamente 1 hectárea de superficie sobre una meseta en una de las últimas estribaciones de la sierra de El Molar, en el margen izquierda del río Segura, controlando su desembocadura. En su interior, en el centro del poblado, se documentan dos habitaciones de uso cultual.
Completamos estas líneas con otras encontradas en la Wikipedia donde se habla de la existencia de un keftiu o lingote chipriota, según la Wikipedia, o minoico, es decir, cretense, según otras fuentes manejadas. No nos ha quedado por tanto muy claro en qué consiste ese elemento denominado como keftiu:
En la zona central del poblado se han identificado umbrales de adobe y decorados con conchas. Una de las plantas de mayor tamaño, de unos 25 m² ha sido identificada como un posible santuario, con una pequeña habitación aneja, posiblemente un almacén. En el centro de la estancia apareció un motivo con forma de lingote chipriota (keftiu).
Wikipedia |
*Fuente: Santuarios urbanos en el mundo ibérico, Martín Almagro Gorbea y Teresa Moneo
Este poblado ibérico, fechado a fines del siglo VI a. C. y comienzos del siglo V a. C., ocupa aproximadamente 1 hectárea de superficie sobre una meseta en una de las últimas estribaciones de la sierra de El Molar, en el margen izquierda del río Segura, controlando su desembocadura. En su interior, en el centro del poblado, se documentan dos habitaciones de uso cultual.
Completamos estas líneas con otras encontradas en la Wikipedia donde se habla de la existencia de un keftiu o lingote chipriota, según la Wikipedia, o minoico, es decir, cretense, según otras fuentes manejadas. No nos ha quedado por tanto muy claro en qué consiste ese elemento denominado como keftiu:
En la zona central del poblado se han identificado umbrales de adobe y decorados con conchas. Una de las plantas de mayor tamaño, de unos 25 m² ha sido identificada como un posible santuario, con una pequeña habitación aneja, posiblemente un almacén. En el centro de la estancia apareció un motivo con forma de lingote chipriota (keftiu).
lunes, 20 de mayo de 2013
Los petroglifos del Picu Berrubia, Tudela de Agüeria-Oviedo
Nos acercamos al Picu Berrubia, en la Sierra del Fayeu, una sierra que divide los concejos de Oviedo y Mieres. En este lugar se encuentra un conjunto de grabados rupestres o insculturas muy llamativos que fueron estudiados a partir de los años setenta del siglo pasado. En un principio se interpretó el lugar como un antiguo santuario rupestre, interpretación que sigue vigente para algunos autores, pero, actualmente, otros, como Mariano Serna Martinez, entiende que pudieran ser (incluidos los antropomorfos) antiguas marcas topográficas. Quizas pudiera haber cumplido dicho lugar ambas funcionalidades, ¿por qué no?.
Existen varios tipos de grabados que van desde ídolos antropomorfos, herraduras, cruciformes, un agujero con forma de cuadrilátero y grabados alfabéticos.
En cuanto a su cronología, no hemos encontrado ninguna afirmación clara sobre la misma que determine un periodo histórico determinado, encuadrándose en un espacio temporal bastante abierto que iría desde la Edad del Bronce a la Edad del Hierro, incluso en periodos posteriores, pudiendo ser, quizás, como ocurre con tantos otros espacios de este tipo, de distintos periodos o momentos históricos cada uno de estos grupos de grabados que componen dicho conjunto. Los grabados alfabéticos citados indican, evidentemente, una cronología posterior, no siendo prueba suficiente para afirmar que el resto son coetáneos, con lo que pudieran ser, por tanto, mucho más antiguos.
*Fuente: José María Montes Villa
Según algunos autores este conjunto de insculturas formaría parte de un Santuario Rupestre en el que se realizarían ceremonias religiosas. Otros, como Mariano Serna Martinez, cuestionan esta interpretación y consideran que muchos grabados en las rocas corresponden a marcas de antiguos levantamientos topográficos. Así una de las marcas más conocidas del Picu Berrubia, un agujero con un cuadrado (ver imagen) corresponde a una de estas marcas; “los petroglifos (cuadriláteros, generalmente, con un hoyo en su centro), que solos o acompañados de determinadas letras (T o L, generalmente, situadas a menos de veinte metros de ellos), se encuentran en lo alto de cerros o puntos dominantes algunos de los cuales han venido gozando de la consideración de santuarios rupestres o asimilados, deben ser revisados pues la mayor parte de ellos se corresponden con las referidas marcas topográficas de identificación de los viejos vértices geodésicos”.
Este mismo autor considera, también, que el ídolo antropomorfo de Berrubia corresponde a una de estas marcas y representa una señalización con la letra M de la Mortera en su base.
Existen varios tipos de grabados que van desde ídolos antropomorfos, herraduras, cruciformes, un agujero con forma de cuadrilátero y grabados alfabéticos.
En cuanto a su cronología, no hemos encontrado ninguna afirmación clara sobre la misma que determine un periodo histórico determinado, encuadrándose en un espacio temporal bastante abierto que iría desde la Edad del Bronce a la Edad del Hierro, incluso en periodos posteriores, pudiendo ser, quizás, como ocurre con tantos otros espacios de este tipo, de distintos periodos o momentos históricos cada uno de estos grupos de grabados que componen dicho conjunto. Los grabados alfabéticos citados indican, evidentemente, una cronología posterior, no siendo prueba suficiente para afirmar que el resto son coetáneos, con lo que pudieran ser, por tanto, mucho más antiguos.
asturtsalia.blogspot.com |
*Fuente: José María Montes Villa
Según algunos autores este conjunto de insculturas formaría parte de un Santuario Rupestre en el que se realizarían ceremonias religiosas. Otros, como Mariano Serna Martinez, cuestionan esta interpretación y consideran que muchos grabados en las rocas corresponden a marcas de antiguos levantamientos topográficos. Así una de las marcas más conocidas del Picu Berrubia, un agujero con un cuadrado (ver imagen) corresponde a una de estas marcas; “los petroglifos (cuadriláteros, generalmente, con un hoyo en su centro), que solos o acompañados de determinadas letras (T o L, generalmente, situadas a menos de veinte metros de ellos), se encuentran en lo alto de cerros o puntos dominantes algunos de los cuales han venido gozando de la consideración de santuarios rupestres o asimilados, deben ser revisados pues la mayor parte de ellos se corresponden con las referidas marcas topográficas de identificación de los viejos vértices geodésicos”.
Este mismo autor considera, también, que el ídolo antropomorfo de Berrubia corresponde a una de estas marcas y representa una señalización con la letra M de la Mortera en su base.
José María Montes Villa |
jueves, 16 de mayo de 2013
La Estela Almadén de la Plata II, Almadén de la Plata
Nos acercamos a un municipio bastante rico en arqueología, Almadén de la Plata, algo nada extraño si se comprueba que se encuentra en las proximidades de la Vía de la Plata, como ya nos indica su propio nombre, en la vertiente meridional de Sierra Morena. En Dehesa del Viar, en 2004, aparecieron dos estelas de las conocidas como Estelas del Suroeste. Nos centramos en una de ellas, la denominada como número II -Estela Almadén de la Plata II-, una estela que tiene la singularidad de representar dos figuras antropomorfas, pues lo normal es la representación de una sola, y que ha llevado a uno de sus investigadores -Leonardo García Sanjuán- a especular que bien pudiera constituir una estela fundacional, pues conecta esta doble representación con la tradición de las parejas de personajes "civilizadores", ya sean hermanos, al estilo de Rómulo y Remo, o padre e hijo, como Gárgoris y Habis.
*Fuente: Leonardo García Sanjuán, Museo Arqueológico Provincial de Sevilla
De las 120 estelas de guerrero tartésicas que se conocen, la de Almadén de la Plata es la única que presenta ese tipo de composición. Al hablar de Tartessos nos referimos a la cultura del suroeste de la península Ibérica que resulta de la interacción de los habitantes locales con los fenicios y los griegos. El contacto se produjo hacia el año 850 a. de C. No se puede discernir si las estelas corresponden al periodo pretartésico (1350-850 a. de C.) o al tartésico (850-550 a. de C.). No sabemos cómo era la sociedad pretartésica. Estas estelas son el único registro plástico-gráfico tangible para realizar especulaciones sobre la sociedad indígena, autóctona, antes de la llegada de los fenicios.
La estela puede dar claves sobre mitos fundacionales de Tartessos. Existe una tradición de ámbito europeo de los dioses gemelos. Hay una tradición muy extendida de parejas de hermanos -o de padre e hijo- que tienen una función mítica como fundadores o civilizadores de una comunidad.
[...] La estela cuestiona cosas que se decían hasta ahora, como que las figuras con diadema son femeninas. No se descarta que lo sean. Pero abre otra línea de investigación. La cosa que lleva la figura en la cabeza puede no ser una diadema que sujeta el pelo, sino un símbolo regio, como una corona. O incluso puede ser un motivo solar. La tradición europea desde el Neolítico señala que el culto principal se dirige al sol. De esta forma, cabe la posibilidad de que la estela muestre una dualidad de personajes donde uno de ellos representa el poder religioso (figura con diadema) y otro el militar (guerrero).
elpais.com |
*Fuente: Leonardo García Sanjuán, Museo Arqueológico Provincial de Sevilla
De las 120 estelas de guerrero tartésicas que se conocen, la de Almadén de la Plata es la única que presenta ese tipo de composición. Al hablar de Tartessos nos referimos a la cultura del suroeste de la península Ibérica que resulta de la interacción de los habitantes locales con los fenicios y los griegos. El contacto se produjo hacia el año 850 a. de C. No se puede discernir si las estelas corresponden al periodo pretartésico (1350-850 a. de C.) o al tartésico (850-550 a. de C.). No sabemos cómo era la sociedad pretartésica. Estas estelas son el único registro plástico-gráfico tangible para realizar especulaciones sobre la sociedad indígena, autóctona, antes de la llegada de los fenicios.
La estela puede dar claves sobre mitos fundacionales de Tartessos. Existe una tradición de ámbito europeo de los dioses gemelos. Hay una tradición muy extendida de parejas de hermanos -o de padre e hijo- que tienen una función mítica como fundadores o civilizadores de una comunidad.
[...] La estela cuestiona cosas que se decían hasta ahora, como que las figuras con diadema son femeninas. No se descarta que lo sean. Pero abre otra línea de investigación. La cosa que lleva la figura en la cabeza puede no ser una diadema que sujeta el pelo, sino un símbolo regio, como una corona. O incluso puede ser un motivo solar. La tradición europea desde el Neolítico señala que el culto principal se dirige al sol. De esta forma, cabe la posibilidad de que la estela muestre una dualidad de personajes donde uno de ellos representa el poder religioso (figura con diadema) y otro el militar (guerrero).
miércoles, 15 de mayo de 2013
Ara a Diana de Quinto Tulio Máximo, León
Tras el derribo de una torre de la muralla de León en el siglo XIX, cuando el urbanismo decimonónico se encontraba en plena expansión, apareció un ara dedicado a la diosa Diana conocido en el Museo de León, donde se encuentra, como el Ara a Diana. Éste se encuentra inscrito en su cara frontal donde dice: Consagrado a Diana, Quinto Tulio Máximo, Legado de Augusto de la Legión VII Gémina Félíx, además de en su cara posterior con el siguiente texto mucho más extenso: Acotó las llanuras de un campo y las consagró a los dioses, y para ti, virgen Delia triforme, estableció un lugar sagrado Tulio de Libia, caudillo de la legión Ibera, para poder ensalzar a las corzas veloces, y a los ciervos, y a los jabalíes de pelaje hirsuto, y a la raza de caballos que habitan los bosques; para poder competir en la carreta y con el filo del hierro, bien portando sus armas a pie, bien alanceando desde un caballo íbero.
Como se puede ver, y como ha quedado señalado en el título de esta entrada, estaba consagrado a la diosa por el gobernador militar Quinto Tulio Máximo de la Legio VII Gémina Félix, la que se aposentó donde la Legio VI Victrix lo hizo con anterioridad, dando esta última, según se dice, nombre a través del término Legio -Legión- a la actual ciudad de León. Nos encontramos, por tanto, ante una de las pocas excepciones de fundaciones ex novo de los romanos en la Península Ibérica, pues, como se sabe, en la mayoría de los casos, el urbanismo romano se desarrolló, o se asentó, en lugares con núcleos de población previamente existentes en época prerromana.
*Fuente: museodeleon.com
El Ara de Diana del Museo de León es posiblemente el epígrafe más bello de las numerosas inscripciones latinas leonesas y uno de los mejores del país. El espléndido desarrollo lírico de las tres restantes caras suscita su mayor atractivo: un poema con fuertes influencias de la literatura clásica latina (Virgilio, Horacio, Catulo…) donde podemos entrever la obra de algún autor culto, quizás perteneciente al séquito del gobernador (o él mismo), cuya obra conocemos sólo por estas escasas líneas y que pudiera ser oriundo de esta región. La pieza es consagrada, en su cara frontal, a Diana, diosa de la caza, por parte de Quinto Tulio Máximo, gobernador militar de la legión VII Gémina Félix, el León romano, el año 165 d.C. Hasta ahí nada nuevo, pero sus restantes tres caras se llenan de una serie de versos que describen las jornadas cinegéticas de Quinto Tulio por los páramos leoneses y la devoción a la diosa virginal a quien consagró un lugar de culto, dedicándola también algunos de sus trofeos: colmillos de jabalí y astas de ciervo, a quienes venciera “cabalgando sobre un impetuoso caballo de cascos resonantes”.
Como se puede ver, y como ha quedado señalado en el título de esta entrada, estaba consagrado a la diosa por el gobernador militar Quinto Tulio Máximo de la Legio VII Gémina Félix, la que se aposentó donde la Legio VI Victrix lo hizo con anterioridad, dando esta última, según se dice, nombre a través del término Legio -Legión- a la actual ciudad de León. Nos encontramos, por tanto, ante una de las pocas excepciones de fundaciones ex novo de los romanos en la Península Ibérica, pues, como se sabe, en la mayoría de los casos, el urbanismo romano se desarrolló, o se asentó, en lugares con núcleos de población previamente existentes en época prerromana.
winefromspain.com |
*Fuente: museodeleon.com
El Ara de Diana del Museo de León es posiblemente el epígrafe más bello de las numerosas inscripciones latinas leonesas y uno de los mejores del país. El espléndido desarrollo lírico de las tres restantes caras suscita su mayor atractivo: un poema con fuertes influencias de la literatura clásica latina (Virgilio, Horacio, Catulo…) donde podemos entrever la obra de algún autor culto, quizás perteneciente al séquito del gobernador (o él mismo), cuya obra conocemos sólo por estas escasas líneas y que pudiera ser oriundo de esta región. La pieza es consagrada, en su cara frontal, a Diana, diosa de la caza, por parte de Quinto Tulio Máximo, gobernador militar de la legión VII Gémina Félix, el León romano, el año 165 d.C. Hasta ahí nada nuevo, pero sus restantes tres caras se llenan de una serie de versos que describen las jornadas cinegéticas de Quinto Tulio por los páramos leoneses y la devoción a la diosa virginal a quien consagró un lugar de culto, dedicándola también algunos de sus trofeos: colmillos de jabalí y astas de ciervo, a quienes venciera “cabalgando sobre un impetuoso caballo de cascos resonantes”.
Muralla de León - Rodelar, Wikipedia |
lunes, 13 de mayo de 2013
Ara de Marti Tileno en Los Villares, Quintana del Marco
Continuamos tras las huellas del dios Teleno. En Tierra de La Bañeza, en la villa romana de Los Villares de Quintana del Marco, no lejos de La Maragatería y, por tanto, muy cerca de la montaña que tiene consagrada -el Monte Teleno-, apareció, un ara romana consagrada a Marti Tileno. En tiempo de romanos, como se puede ver, este dios astur fue emparejado con Marte, el dios de la guerra romano, aunque es posible que, dentro del panteón astur, este dios ocupara un papel primordial y no sólo fuera identificado con la guerra al modo del latino, como ya se apuntó por la fuente que manejamos en una reciente entrada de este blog.
*Fuente: lacronicadeleon.es
Al hablar de Quintana del Marco es imprescindible hacer referencia a su importancia ya en épocas romanas y a los vestigios que han quedado de sus raíces latinas. Uno de ellos es el paraje de Los Villares, descubierto en 1899 a la entrada de la localidad y a la vera del Jamuz, donde el hallazgo de un mosaico y la famosa lápida de Marti Tileno le hicieron lograr la declaración de Zona Arqueológica.
Karkeixa, Wikipedia |
*Fuente: lacronicadeleon.es
Al hablar de Quintana del Marco es imprescindible hacer referencia a su importancia ya en épocas romanas y a los vestigios que han quedado de sus raíces latinas. Uno de ellos es el paraje de Los Villares, descubierto en 1899 a la entrada de la localidad y a la vera del Jamuz, donde el hallazgo de un mosaico y la famosa lápida de Marti Tileno le hicieron lograr la declaración de Zona Arqueológica.
Quintana del Marco, turisleon.com |
viernes, 10 de mayo de 2013
Cancho Penero, Valencia de Alcántara
Nos acercamos a Cancho Penero, un conjunto rupestre de Valencia de Alcántara, en el que destaca un llamativo bolo granítico en lo alto de un canchal. En él destaca un grupo de escalones y entalles que permiten acceder a la parte superior del cancho, lo que demuestra un antiguo uso de esta roca, posiblemente como lugar de culto si lo comparamos con otras muchas rocas con escaleras talladas conocidas como altares rupestres. Tal y como se establece en el texto que hoy traemos como fuente, su autor no conoce si hay o no cazoletas en su parte superior, lo que constituiría, en caso de existir, la prueba definitiva para otorgar a esta piedra la naturaleza de antiguo lugar de culto.
*Fuente: Javier Jiménez Ávila
Esta peña es un referente topográfico y toponímico conocido tradicionalmente en Valencia de Alcántara, localidad famosa por sus dólmenes. Se sitúa en lo alto de un canchal que domina el paisaje, en el que destaca por su aspecto de bolo suelto. Se divisa como punto de referencia paisajística desde buena parte del territorio circundante. Para acceder a ella hay que pasar por un angosto pasillo formado por bolos graníticos en cuyo "umbral" se ha trabajado una primera serie de escalones. Una
vez en la roca se puede comprobar la fila de entalles que permiten acceder a la parte superior. No hemos podido comprobar si cuenta cazoleta en la cúspide.
foro-ciudad.com |
*Fuente: Javier Jiménez Ávila
Esta peña es un referente topográfico y toponímico conocido tradicionalmente en Valencia de Alcántara, localidad famosa por sus dólmenes. Se sitúa en lo alto de un canchal que domina el paisaje, en el que destaca por su aspecto de bolo suelto. Se divisa como punto de referencia paisajística desde buena parte del territorio circundante. Para acceder a ella hay que pasar por un angosto pasillo formado por bolos graníticos en cuyo "umbral" se ha trabajado una primera serie de escalones. Una
vez en la roca se puede comprobar la fila de entalles que permiten acceder a la parte superior. No hemos podido comprobar si cuenta cazoleta en la cúspide.
jueves, 9 de mayo de 2013
Teleña, ¿topónimo nacido del teónimo Teleno?, Cangas de Onís
Seguimos en el concejo de Cangas de Onís, pues en nuestra reciente visita nos sorprendió el nombre de Teleña, una parroquia canguesa que vimos en un indicador de carretera camino de Intriago, población, también canguesa, muy cercana a Teleña, en la que nos encontrábamos alojados. Rápidamente vino a nuestra cabeza el recuerdo del que dicen pudo ser el dios principal de los astures, el dios Teleno, con lo que instintivamente identificamos topónimo con teónimo. Sea o no cierta esa conexión -cualquier aporte en los comentarios al respecto será bienvenido- sirvió como excusa para acercarnos a esta pequeña y solitaria población, fuera de toda carretera de paso, y que mira hacia altas cumbres, moradas de antiguos dioses, a pesar de que desde aquí no se pueda contemplar el principal de los montes consagrados a este dios, el Monte Teleno, allá por la antigua Asturica -actual Astorga- población que tomó o dio nombre (seguramente lo segundo) al antiguo pueblo celta de los astures.
*Fuente: Marta de Paz, hijosdelteleno.blogspot.com
...fuera como fuera el "dios" que los romanos descubrieron que los astures adoraban, era muy importante para ellos, un dios principal, un dios relacionado con la mayor montaña de esta zona leonesa, que no es poco. Y eso sí encaja con un dios de carácter "padre de tribus", un dios con un "gran hogar" y con poder sobre muchas cuestiones, así que la conexión o parecido con Marte se queda en poca cosa.
*Fuente: Marta de Paz, hijosdelteleno.blogspot.com
...fuera como fuera el "dios" que los romanos descubrieron que los astures adoraban, era muy importante para ellos, un dios principal, un dios relacionado con la mayor montaña de esta zona leonesa, que no es poco. Y eso sí encaja con un dios de carácter "padre de tribus", un dios con un "gran hogar" y con poder sobre muchas cuestiones, así que la conexión o parecido con Marte se queda en poca cosa.
Los Picos de Europa nevados, al fondo, vistos desde Teleña |
miércoles, 8 de mayo de 2013
Ermita de la Santa Cruz (II), Cangas de Onís
Ya hicimos una ficha en los inicios de este blog a la Ermita de la Santa Cruz. Hoy, con la excusa de nuestra visita hace siete días a la misma, sin la fortuna de poder entrar para contemplar el dolmen que en su interior se encuentra, pues se hallaba cerrada la ermita, volvemos a hablar de este enclave, pues son bastantes los datos adicionales que encontramos en el cartel explicativo que se encuentra junto a la misma y del cual extraemos el texto que hoy usamos como fuente. Estamos en Cangas de Onís, en el corazón espiritual de lo que hoy conocemos como Asturias, de la Asturias cristiana nacida a partir de la figura o del mito de Pelayo, pero seguramente las tierras que ocupa este concejo ya fueran muy especiales para los antiguos astures precristianos, el cúmulo cultual de esta ermita y el túmulo sobre el que se encuentra quizás sean un indicio del culto que ya profesaban gentes incluso anteriores a los propios astures en esta zona.
El Picu Arbolín, aquel sobre cuya cima hundía sus raíces un roble, según unos, un castaño, según otros, o un haya, como tercera vía de opinión, contempla desde el norte este otro montículo, mucho más modesto, surgido de la mano del hombre a imagen y semejanza de los creados por la propia naturaleza y sobre el cual reposa nuestra protagonista de hoy.
*Fuente: cartel explicativo ante la ermita
Para su construcción el rey Favila eligió un montículo artificial vinculado al culto precristiano. Posiblemente existiese en el lugar un altar o pequeño templo de época romana (S. IV) pero, en todo caso, es segura la sacralización del lugar desde antiguo porque el mencionado montículo en realidad se trataba de un túmulo artificial que cubría un dolmen (enterramiento prehistórico) edificado en torno al año 4000 antes de Cristo.
Durante siglos se consideró que la capilla había servido de enterramiento a su fundador (Favila), y así lo recoge Ambrosio de Morales en el S. XVI durante su viaje a Asturias, Galicia y León, y menciona que "bajo la iglesia se conserva una cueva que la gente del lugar consideran el enterramiento del Rey Favila, de la cual recogen tierra por atribuirle propiedades curativas". Lo cierto es que el supuesto enterramiento real se demostró como una tumba prehistórica durante las excavaciones llevadas a cabo por Don Antonio Cortés Llanos y el Conde de la Vega del Sella a finales del S. XIX, encontrando un hermoso ajuar funerario (hacha de fibrolita pulimentada en el Museo Arqueológico de Asturias, en Oviedo). La posterior demolición de la iglesia durante la guerra civil dejó el dolmen al descubierto y en la reconstrucción de los años 40 se edificó una cámara para permitir contemplar este monumento megalítico desde el interior de la iglesia. Aún hoy se pueden apreciar a simple vista las decoraciones grabadas y pintadas de su piedra principal, formando zig-zags, cuyo simbolismo evidentemente desconocemos, pero que lo convierten en una caso único de dolmen decorado en la prehistoria hispánica.
El Picu Arbolín, aquel sobre cuya cima hundía sus raíces un roble, según unos, un castaño, según otros, o un haya, como tercera vía de opinión, contempla desde el norte este otro montículo, mucho más modesto, surgido de la mano del hombre a imagen y semejanza de los creados por la propia naturaleza y sobre el cual reposa nuestra protagonista de hoy.
*Fuente: cartel explicativo ante la ermita
Para su construcción el rey Favila eligió un montículo artificial vinculado al culto precristiano. Posiblemente existiese en el lugar un altar o pequeño templo de época romana (S. IV) pero, en todo caso, es segura la sacralización del lugar desde antiguo porque el mencionado montículo en realidad se trataba de un túmulo artificial que cubría un dolmen (enterramiento prehistórico) edificado en torno al año 4000 antes de Cristo.
Durante siglos se consideró que la capilla había servido de enterramiento a su fundador (Favila), y así lo recoge Ambrosio de Morales en el S. XVI durante su viaje a Asturias, Galicia y León, y menciona que "bajo la iglesia se conserva una cueva que la gente del lugar consideran el enterramiento del Rey Favila, de la cual recogen tierra por atribuirle propiedades curativas". Lo cierto es que el supuesto enterramiento real se demostró como una tumba prehistórica durante las excavaciones llevadas a cabo por Don Antonio Cortés Llanos y el Conde de la Vega del Sella a finales del S. XIX, encontrando un hermoso ajuar funerario (hacha de fibrolita pulimentada en el Museo Arqueológico de Asturias, en Oviedo). La posterior demolición de la iglesia durante la guerra civil dejó el dolmen al descubierto y en la reconstrucción de los años 40 se edificó una cámara para permitir contemplar este monumento megalítico desde el interior de la iglesia. Aún hoy se pueden apreciar a simple vista las decoraciones grabadas y pintadas de su piedra principal, formando zig-zags, cuyo simbolismo evidentemente desconocemos, pero que lo convierten en una caso único de dolmen decorado en la prehistoria hispánica.
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