El tesoro de El Carambolo es uno de los hallazgos arqueológicos más importantes y más conocidos de todo el mundo antiguo peninsular. Desde que fue descubierto en los años cincuenta del siglo pasado, son muchos los expertos que han seguido estudiando esas maravillosas piezas de orfebrería, creyéndose hasta hace poco que constituía un tesoro tartésico. Pero muy recientemente la concepción sobre este tesoro está cambiando y así, a día de hoy, está tomando bastante fuerza la hipótesis que explica que dichas piezas pertenecieron, seguramente, a un sacerdote, y que el lugar donde fueron encontradas habría constituido un santuario fenicio dedicado a la diosa Astarté, pues así lo hace sospechar la dedicatoria de la estatuilla encontrada en el yacimiento. Sea cierta o no esta hipótesis, ahí queda abierto el debate entre los que defienden su origen tartésico y los optan por un origen púnico del yacimiento.
El texto que añadimos hoy pertenece a dos estudiantes de bachillerato que realizaron un trabajo sobre este supuesto santuario fenicio de El Carambolo.
El Tesoro del Carambolo es un conjunto de veintiuna piezas de oro de 24 quilates, con un peso total de 2950 gramos, que primitivamente se creyeron de origen tartésico y recientes investigaciones lo consideran el ajuar del sacerdote de un santuario fenicio dedicado al dios Baal y la diosa Astarté. Fueron encontrados en el cerro del Carambolo en el municipio de Camas, a 3 kilómetros de Sevilla.Tras las investigaciones de los últimos años, el Tesoro del Carambolo ha dejado de ser el paradigma de la cultura tartésica. El santuario del Carambolo es ahora mismo el más grande fenicio encontrado en todo el Mediterráneo. Este lugar fue visitadísimo por multitud de fenicios y por gentes de aquí, indígenas. Los santuarios eran centros que emitían oráculos, operaciones comerciales, en cierto modo eran como bancos también. Servían además de observatorio ya que era el lugar más elevado del entorno. Era un importante centro de decisiones y de consulta. En realidad, es un tesoro muy raro ya que no es femenino (diadema, collares). Por ello es único en todo el Mediterráneo.Con El Carambolo, se explica también la fundación de Sevilla. Stal, el primer nombre de Sevilla, era la ciudad fenicia, y frente a ella, cruzando las aguas y sobre un promontorio, estaba el santuario. Según los arqueólogos, Araceli Rodriguez y Álvaro Fernández, Sevilla fue una colonia de primer orden y El Carambolo su santuario.
(Cristina Rocha y Yolanda Domínguez para el 'Proyecto Integrado' del Colegio Argantonio de Cádiz)
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