miércoles, 27 de septiembre de 2017

Cueva de Trómbalos o de Nuño, Anguiano

Hace seis días estuvimos en Anguiano, hablando de la antigua sacralidad existente alrededor del Monasterio de Valvanera, justo a los pies de la antigua montaña sagrada de San Lorenzo. Hoy volvemos para hablar de una cueva, que tiene su leyenda, una leyenda que, además, conecta con la del propio monasterio, pues vuelve a aparecer la figura de Nuño como protagonista. En concreto estamos hablando de la Cueva de Trómbalos, que fue a la cueva a la que se retiró, como ermitaño, para huir de la vida delictiva que llevó hasta ese momento y es aquí donde queremos dejarnos llevar por la intuición, como en tanta otras ocasiones, con el riesgo que ello supone. No hemos encontrado ninguna referencia en cuanto a la posible existencia de alguna huella sacra en ella, en forma de cazoletas, pinturas rupestres o leyendas brujeriles, por lo que entendemos que es posible que no exista nada más allá de la propia leyenda perteneciente a la mitología cristiana, pero el resto de elementos que confluyen en ésta (culto junto a un roble y una fuente cercana a la cueva), nos hacen sospechar que esta cueva pudiera esconder, tras la leyenda cristiana, igualmente un pasado sacro que desconocemos, con lo que desde aquí, volvemos a pedir la colaboración de quien conozca más detalles sobre ella, para descubrir si pudiéramos estar, o no, en lo cierto.
Como anécdota diremos, tal y como se puede leer tras estas líneas en el texto aportado como fuente, que Nuño era originario, según se nos cuenta, de Montenegro de Cameros, precisamente el municipio que visitamos ayer tras el rastro del dios Airón.

Cueva de Trómbalos o de Nuño - Foto: ayuntamientodeanguiano.org

Fuente: Las formas locales de la vida religiosa. Antropología e Historia de los santuarios de La Rioja - Óscar Calavia Sáez

El lugar de Valvanera, presentado como "lugar de horrendo", inhabitable desde antiguo, es refugio de fieras y de una "astutísima serpiente". Nuño Óñez, hmbre perversísimo, ladrón y homicida, natural de Montenegro de Cameros, se arrepiente de su vida viendo un día orar a un labriego en el momento en que se disponía a asaltarle. A partir de entonces, lleva vida de eremita en la cueva de Trómbalos, junto a Anguiano. Instala en ella un pequeño oratorio de madera dedicado a Sta. Columba. Vive con su hijo pequeño que un día, al bajar a por agua por la pared de roca, se despeña y muere. Sabiéndose su santa vita por los alrededores, un varón justo, el sacerdote Domingo (que se dice natural de Brieva) llega a su cueva para compartir el retiro. Cuando Domingo está ausente, Nuño recibe en sueños la visita de un ángel que le dice: "Nuño, despierta; deja la cueva de Trómbalos y vete a Valvanera. hallarás un gran roble que sobrepuja en elevación a los demás árboles. A sus pies, una fuente de aguas perennes y cristalinas cuyo caudal no sufre aumento ni disminución. Dentro del árbol hay varios enjambres de abejas que allí labran sus paneles. Cortarás el árbol, construyendo en aquel sitio un altar a la Virgen María, haciendo del mismo tronco una imagen de Nuestro señor Crucificado. Tiene el árbol una cavidad, y en ella sobre un enjambre de abejas y panales, de cuya miel te alimentarás en ese tiempo, una imagen de la Virgen María, e igualmente muchas reliquias de santos, que en otro tiempo fueron escondidas".




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