viernes, 29 de septiembre de 2017

Cueva de La Ermita y Ermita de San Pelayo, Hortigüela

Volvemos a la comarca de Sierra de la Demanda, a uno de los lugares más importantes dentro de la mitología castellana, pues nos acercamos a un paraje, que se encuentra prácticamente al lado del Monasterio de San Pedro de Arlanza, aquél que fue fundado por el mismísimo Fernán González. Muy cerca se encuentra un peñón, con los restos, en su parte superior, de la conocida como Ermita de San Pelayo y, a sus pies, la Cueva de La Ermita, que según se dice fue el antiguo eremitorio, alrededor del cual, posteriormente, se construyeron la ermita y el monasterio. En la Cueva de la Ermita o de San Pelayo, como también se la conoce, se hallaron restos de neandertales, y se cuenta, no se sabe si es o no leyenda, que tanto la ermita. como la cueva, estuvieron comunicadas. Sobre restos prehistóricos, ya propios de nuestra especie, en forma de pinturas rupestres u otras huellas que puedan mostrarnos algún elemento cultual, que son los que por aquí buscamos, nada se dice, pero esa simbiosis de un peñón, con ermita y cueva a sus pies, más la existencia de los restos, muy cercanos, del que fue un importante monasterio medieval y multitud de leyendas, igualmente medievales, pero que pudieran haber sustituido a otras anteriores, nos han hecho considerar que había que traer este lugar a Iberia Mágica. Pero, que sean los conocedores del lugar quienes nos cuenten.

Cueva de La Ermita o de San Pelayo - Foto: panoramio.com

Fuente: Javier Iglesia Aparicio, condadodecastilla.es

A escasos metros del monasterio de San Pedro de Arlanza, por un camino que atraviesa un frondoso bosque de encinas, sabinas y carrascas, se encuentran las ruinas de la ermita de San Pelayo o San Pedro el Viejo de Arlanza.  Situada en lo alto de un peñón, desde ella se divisan unas fabulosas vistas del río Arlanza. 
Su antecedente inmediato es la Cueva de La Ermita o de San Pelayo, situada varios metros más abajo, descendiendo por la abrupta ladera que mira al río. En esta cueva se han hallado restos de Homo neandertalensis. Puede que también fueran ocupadas por eremitas de la Alta Edad Media y es más que factible que sea en esta gruta donde se sitúe la sección de El Poema de Fernán González en la que el conde Fernán González, persiguiendo un jabalí blanco, encontró una cueva santa donde habitaban los eremitas Pelayo, Silvano y Arsenio. Allí Pelayo profetizó al conde castellano su victoria sobre las huestes cordobesas.
[...] Según Enrique Flórez, quien escribe en el siglo XVIII, esta ermita estaría comunicada por una abertura a modo de silo con la Cueva de La Ermita que se encuentra más abajo:

"Debajo de esta ermita hay una gran cueva de larga concavidad, a la cual se baja por una boca a modo de silo desde dentro de la ermita, y en la misma cuesta hay otra puerta o ventana exterior hacia el río, pero de entrada muy difícil y peligrosa en el tiempo presente."

Es factible que siendo la cueva el eremitorio original estuviera comunicada con la ermita facilitando así la subida y bajada de los monjes y aprovechando la cueva como almacén o habitaciones adicionales. Hoy en día no se puede apreciar rastro de dicha comunicación. Seguramente solo una intervención arqueológica pueda arrojar luz sobre esta pregunta.


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