Antaño hacía acto de aparición la llamada a concejo, ya tristemente desaparecida. Pero dejemos que el antropólogo y periodista zamorano Francisco Rodríguez Pascual nos cuente.
Carlos González Ximénez |
*Fuente: Francisco Rodríguez Pascual - rodriguezpascual.wordpress.com
Según los propios habitantes de Villanueva, para ellos “el martes es un día festivo, quizás la mayor fiesta del año, en el que el vino y la gaita hacen olvidar muchas de las rencillas que pudiera haber”. Su celebración ha tenido diferente contenido a lo largo de los siglos, que todavía puede variar con el correr del tiempo. Seguimos al opúsculo tantas veces citado en la descripción de los actos especiales del Martes de Carnestolendas.
Hasta hace pocos años, por la mañana de dicho día se tocaba a Concejo y se iba a arreglar caminos vecinales hasta las doce o la una aproximadamente. Por la tarde se volvía a reunir a todo el pueblo y se hacían con brevedad otros actos de común interés: subastar los robles de propiedad colectiva, arrendar los pastos comunales, como la era, etc. Estas formalidades no solían llevar mucho tiempo, pues la mayor parte de él había que dedicarla a “correr el carnaval”.
Tradicionalmente se ha celebrado esta comensalidad del pueblo entero en la Plaza del Palacio, corriendo la invitación a cargo de la Junta Administrativa. Hasta épocas cercanas se ha convidado solamente a pan y vino, que regalaban el alcalde y unos almacenes. Después se añadió escabeche, aceitunas, galletas… Todos deben participar en la misma comida y en la misma bebida. Durante el convite y al son de la gaita, se iniciaba el baile popular, en el que era frecuente que los matrimonios cambiasen de pareja. Se continuaba el baile en la Casa del Concejo hasta el anochecer en que el cura tocaba al rosario. Como dijimos antes, uno de los números más esperados del baile del Salón era la aparición del Diablo en el mismo, con el terror de los presentes, sobre todo de las mozas.
Se sucedían -las mascaradas- ininterrumpidamente a lo largo del día, interceptando con frecuencia los actos que acabamos de mencionar. Como dijimos al hablar del Domingo Gordo, las mascaradas son reducibles a tres formas: corridas, escenificaciones y carrozas.
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