Esta semana estuvimos en
Navalmoralejo para hablar de una piedra con una ritualidad aún en uso en
San Antón, la conocida como
Peña Fariza. Hoy nos acercamos a otra población, muy cercana a esta última, donde también existe una tradición celebrada por el pueblo alrededor de otra piedra: la
Peña Rastraera de
Villar del Pedroso, población de la comarca de
La Jara, en su parte cacereña. La ritualidad es similar a la de la
Peña Fariza de
Navalmoralejo, así la gente se desliza por la roca sobre ramas de retama, pero mientras la otra se celebra, como se ha dicho, en
San Antón, la de
Peña Rastraera se da el día de
Reyes, en un contexto temporal o de calendario más o menos similar, con pocos días de diferencia y a caballo entre las festividades del solsticio y las de mitad de estación invernal, aunque en el caso de
Villar del Pedroso encuadradas, en mayor medida, dentro de las festividades solsticiales. Volvemos a destacar la característica de que todas -o casi todas- estas fiestas giran en torno a la fertilidad e invitan o celebran el que poco a poco el invierno vaya dejando paso a la primavera, con todo su poder vital.
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ciudad-dormida.blogspot.com |
*Fuente: ciudad-dormida.blogspot.com
Esta extensa masa de rocas de granito, conocida como batolito, que se extiende desde Peraleda de San Román, al oeste, hasta Villar del Pedroso, al este, cuenta con lugares curiosos donde las piedras tienen para la población local un protagonismo interesante que debería considerarse como valor cultural del Geoparque Villuercas, Ibores, Jara. Entre ellas, cabría destacar la Peña Rastraera, de Villar del Pedroso, una roca singular situada en el berrocal conocido con el nombre de Cabezaeza. Como es tradición, desde antiguo y cada seis de enero, la gente del pueblo se reúne en La Peña para pasar todo el día de Reyes arrastrándose por el tobogán de la roca montados sobre una especie de trineo confeccionado con retamas. Según cuentan, poco después de la guerra civil algún desaprensivo dinamitó la roca -supuestamente los dueños de la finca-. A pesar de ello, los molestos huecos producidos por la explosión no consiguieron acabar con la tradición que sigue hasta nuestros días.
Maite muchas gracias por todo lo q. mandas. Casi lloro recordando la peña arrastraera de mi adolescencia
ResponderEliminarGracias también por escribir este artículo tan interesante. La peña me trae muchos recuerdos de mi niñez. Esta tradición se ha quedado muy viva en mi memoria.
ResponderEliminarhttp://piedrassagradas.redex.org/
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