Luminarias de San Antón, 2014. Carlos González Ximénez |
En este mes de enero en la antigua Roma, por ejemplo, se realizaban rituales religiosos de purificación para el ser humano, los campos y también los animales; ya se sabe que San Antón es el patrón, entre otras atribuciones, de los animales. El reparto de los panecillos de San Antón se asemeja a lo narrado por Ovidio en Fastos en relación a esta festividad romana: "y ofrendad sobre las hogueras aldeanas los anuales pastelillos". El cerdo -jabalí en algunas representaciones- era el animal que acompañaba a San Antón, animal consagrado también a distintas divinidades paganas. En la noche previa a San Antón son también muchas las hogueras que se encienden, en un ritual que parece ser una continuación del propio Solsticio de invierno, con el fuego como elemento purificador. Es el caso que hoy nos ocupa, el de Las Luminarias de San Antón de San Bartolomé de Pinares, pueblo de la Comarca de Pinares, cerca del río Alberche. Esa noche, en San Bartolomé de Pinares, se encienden unas veinte hogueras por las calles del pueblo, sobre las que pasarán casi un centenar de caballos en un acto de purificación de los mismos que, según se cuenta, viene desde hace unos doscientos años cuando una epidemia acabó con todos los caballos del pueblo. No quitándole verosimilitud a esta afirmación, apostamos, en su trasfondo, por un pasado mucho más lejano para esta celebración.
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