A Festa das Morcelas ou da Mocidade, o
Fiesta de las Morcillas o de la Mocedad en castellano, es una festividad, con mascarada invernal incluida, celebrada en
Constantim, freguesia del concelho de
Miranda do Douro, en la región de
Tras os Montes. Fue cristianizada a través de la figura de
San Juan Evangelista y no es otra cosa que una festividad más en torno al
Solsticio de invierno. Una vez más encontramos la hoguera de grandes dimensiones que ayuda a "renacer" al Sol que, a partir del tercer día, tras el solsticio, volverá a elevarse poco a poco camino del equinoccio de primavera, "venciendo" de nuevo a las tinieblas. Tras la alborada del amanecer en la hoguera el
Carocho -o brujo- y la
Velha -o vieja- acompañarán a los pauliteiros que ejecutan sus danzas de paloteo, yendo por todas las casas del pueblo junto a los gaiteros y a los enmascarados, robando estos últimos chorizos y morcillas -de ahí el nombre- que finalmente servirán de alimento al propio pueblo en el conocido como convite. Los enmascarados irán gastando bromas, principalmente a las mozas del pueblo. Forma parte de los festejos de fertilidad tan típicos en esta época del año, en torno al inicio del invierno, pudiendo encuadrarse también entre los ritos de iniciación, pues los jóvenes del pueblo se convierten en pauliteiros, pasando a ejecutar esas danzas de paloteo. Esta festividad se celebra entre los días 27 y 30 de diciembre.
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museudamascara.cm-braganca.pt |
*Fuente: Ayuntamiento de Miranda do Douro (câmara municipal, cm-mdouro.pt). Traducido del portugués
En los días previos a la fiesta, propiamente dicha, los mozos acarrean leña para formar la conocida como pila dos Pauliteiros, para posteriormente encender un fuego que en pocos minutos toma dimensiones gigantescas. Al día siguiente temprano, por la mañana, los cohetes anuncian el inicio de esta celebración en la que los gaiteros locales tocan una canción o alborada. Después de esto, la mascarada toma el control total del pueblo, acompañados de los gaiteros y pauliteiros, visitando todas las casas del pueblo y "robando" las morcillas y chorizos que alimentarán al pueblo al final del día. Este festejo se perdió en los años cincuenta del siglo pasado, pero la juventud de Constantim la retomó en 1979, viviéndose año tras año con mayor intensidad.
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