Nosotros traemos el festejo en cuestión por ser una muestra más de ese sincretismo tan rico que se da en la Península Ibérica en general, pero, mayormente, en Galicia en particular. No recuerdo ahora el autor que dijo -agradezco alguna ayuda por tu parte, lector- que si se querían encontrar muestras de antiguos cultos precristianos o paganos, se debía venir a la Península Ibérica, a cualquiera de los dos Estados en los que está dividido su territorio en la actualidad, pues en ellos, bajo el barniz de la festividad cristiana, se hallaban cultos mucho más antiguos. Desconocemos si esto es también algo bastante generalizado en otros territorios del mundo, aunque suponemos que sí, por algunos casos conocidos (un claro ejemplo lo encontramos en los muchos sincretismos existentes, por ejemplo, en festejos de países como Méjico), pero lo que es bien conocido, por nuestra parte, por ser oriundos de estas tierras, es la abundancia de estas muestras en la antigua Iberia, abundancia de rituales que han llegado hasta nuestros días, a pesar de los muchos que, a buen seguro, han desaparecido, lo que otorga a muchas de estas celebraciones y enclaves y lugares un mayor contenido antropológico del que pudiera apreciarse a primera vista.
En las anteriores entradas ya hemos hablado de las distintas peticiones y agradecimientos realizados a distintos santos o santas, en lo que supone, se puede decir, un politeísmo encubierto o, también se podría afirmar lo contrario, un politeísmo que, como no pudo ser del todo eliminado, se tuvo que tamizar por la jerarquía eclesiástica tirando de santoral cristiano. Una procesión de ataúdes, con vivos en su interior, claramente parece no casar con los cánones católicos, lo que ya nos hace sospechar que estamos ante un festejo que seguramente no era muy del gusto del posterior orden imperante, pero que, ante la gran devoción que se procesaba en este lugar, no se pudo eliminar. No es más que una suposición por nuestra parte, pero es algo que ha regido en muchos otros festejos "extraños" de este tipo. Dejemos que el maestro Juan García Atienza, en pocas palabras, nos explique el sentido de esta celebración.
Foto: easyvoyage.co.uk |
Fuente: Los peregrinos del Camino de Santiago. Juan García Atienza.
Si el primer motivo de encomendarse a un determinado santo y de acudir a su santuario es la petición de una gracia o de un favor, el segundo consiste en acudir a ese santuario para expresarle el agradecimiento por lo que ya se ha obtenido de él. Significativamente, Galicia abunda también en estas manifestaciones. Y de muchos son conocidas las romerías a lugares sagrados como Santa Marta de Ribarteme, donde acuden todos los años numerosos feligreses que presuntamente fueron librados de la muerte por la santa, cargados con los féretros que les habrían servido de última vestidura si no se hubiera producido el milagro en el que creen a pies juntillas.
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