Hace poco
Félix Barroso me habló de un
trilito existente entre las aquerías de
Las Erías y
El Castillo, pertenecientes al concejo de
Pinofranqueado, en el paraje conocido como
El Cravileju, junto al
río Esperabán y muy cerca de la confluencia del
arroyo de La Zambrana con el citado río. A este lugar ya acudimos, in situ y en el blog, para contemplar los petroglifos del
Tesito de los Cuchillos o
Pisás de los Moros, que se encuentran justo en dicha confluencia, pero, cuando visitamos este enclave rupestre, no sabíamos de la existencia de este trilito. Para ilustrar la ficha, hemos encontrado una foto en la web
celtiberia.net, de
Carlos del Sol Mesa, donde no parece quedar del todo claro si es obra de la propia
Naturaleza o de factura humana. Lo que sí es cierto, según nos cuenta
Félix, es que alrededor del mismo, como ocurre en tantos otros lugares de este tipo, existe una leyenda en torno a una reina mora, que posteriormente, con la cristianización, se puso en conexión con la
Virgen de la Peña de Francia, moradora de la montaña sagrada de los hurdanos: la
Peña de Francia.
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Foto: Carlos del Sol Mesa |
Fuente: Félix Barroso Gutiérrez
[...] otro trilito, por ejemplo, hay en las inmediaciones del viejo camino de El Castillo a Las Erías, en el paraje de EL CRAVILEJU. La paleoleyenda dice que fue la Reina Mora que habitaba en el castillo de LA ZAMBRANA la que trajo aquellas enormes peñas cargadas a sus costillas, mientras iba volando y, a su vez, hilando con el huso y con la rueca. La leyenda a la que le echaron agua bendita habla ya de que fue la Virgen de la Peña de Francia.
Pocos lugares tan mágicos como las Hurdes. Siempre es una maravilla descubrir cosas de esta comarca, que ha sabido conservar en toda su pureza el misterio que encierra.
ResponderEliminar¡Salud!
Hola, Miguel. Así es, pocos lugares se han mantenido tan puros, en la herencia ancestral y mitológica como la comarca de Las Hurdes hasta hace poco. Qué lástima que se le haya denostado y faltado al respeto en tantas ocasiones de manera totalmente infundada y, por tanto, injusta. La modernidad no podía permitir que quedaran territorios no domesticados por el Estado y lucharon para aculturarlos como hicieron con el resto. Dentro de la lucha que los poderes ilegítimos mantuvieron contra el mundo rural tradicional, de cultura popular, en general, Las Hurdes fue uno de sus más claros puntos de mira, donde colaboraron intelectuales de todos los pelajes.
Eliminar¡Salud, amigo!.