El Caldero de Cabárceno - Foto: eldiariomontanes.es |
El otro aspecto llamativo y misterioso del caldero es su funcionalidad; parece ser que unos mil años después de que fuera manufacturado al otro lado del mar, cuando el yugo imperial romano había caído tristemente sobre la antigua tierra de cántabros, alguien lo escondió en el fondo de una mina de Cabárceno, como queriendo poner fuera del alcance de alguien la pieza. Se especula, quizás, del saqueo de "bárbaros", ya en plena caída del imperio, aunque pienso que pudiera ser también del poder de turno del momento, dejando claro, a pesar de ello y como ya comenté, que podría haber sido traído por los propios romanos desde Britania. Lo curioso es que el caldero no había sido puesto nunca al fuego, es decir, no se utilizó para cocinar, pues su base se encontraba intacta, y el mismo hecho de que fuera escondido podría ser un claro indicio para hacer creer que éste sería una pieza de gran valor para una persona o grupo humano concreto -por ejemplo, para los mineros, a buen seguro descendientes de indígenas esclavizados-, con lo que podría haber tenido un uso religioso o ritual para este grupo humano, lo que, de descubrirse, nos haría creer, por tanto, que este hubiera llegado a la Península antes de la llegada de los itálicos.
Actualmente el caldero se encuentra en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, en la ciudad de Santander.
Para finalizar diremos que parece merecer la pena la visita a este antiguo centro minero, el cual aún no hemos conocido in situ, pero que, contemplado en fotografía, nos recuerda bastante, en menor escala, a Las Médulas, lo cual, no es poco decir. Es triste pensar que la destrucción de un paraje pueda resultar bello con el paso de los siglos, pero tampoco se puede negar dicha evidencia, aunque, personalmente, hubiera preferido, evidentemente, que dicha sobreexplotación, tanto natural, como humana, no se hubiera producido.
Parque de la Naturaleza de Cabárceno - Foto: dimedondeir.com |
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