Los distintos ritos de unión y de paso de los mozos -los juderos- y la colocación primaveral del propio árbol en la plaza, nos acercan a dichos "mayos" ya mencionados, con lo que el autor que hoy traemos, Víctor Manuel Renero Arribas, en un artículo de 1993 para la Revista de Folklore, afirmó que era muy probable que este festejo se hubiera adelantado de mayo a la Semana Santa, cambio producido seguramente, en palabras suyas, durante el siglo XVIII o XIX.
Un elemento de vital importante en el festejo, junto al álamo y "los juderos" y que no podemos obviar, es el fuego, el cual, más que la quema de un personaje mitológico cristiano, estaría representado la quema de lo viejo, para que resurja lo nuevo, buscando esa fuerza vital cíclica y generadora que representa la Primavera, elemento que se manifiesta, además, año tras año con el paso o relevo de unos "juderos" a otros.
Quema del Judas en 2013 - Foto: tielmes.es |
*Fuente: Víctor Manuel Renero Arribas (Revista de Folklore número 149, año: 1993)
Los protagonistas de la fiesta son los llamados "juderos", es decir, los jóvenes que cumplen los 18 en ese año; desde 15 días antes de la fecha mencionada, se reúnen en una cueva o casa que actuará como su lugar de reunión durante toda la fiesta; allí realizan comidas en común, duermen y deciden sus actuaciones. Estas son coordinadas por el que cumple los años antes, el "judero mayor", quien, además, se encarga de las cuestiones de la tesorería.
El Domingo de Ramos, los juderos cortan un árbol, un álamo negro, limpiándolo de ramas y bajándole al pueblo. Este álamo suele ser cortado previo permiso del dueño de la finca, y debe ser un ejemplar alto y recto. Concretamente el árbol utilizado en 1992 medía aproximadamente 12 m. de alto y 50 cm. de ancho.
El árbol es tumbado en la plaza del Ayuntamiento y junto a él se colocan seis palos que serán los que formen los "brazos" del "judas" y las "cabrillas". El primer árbol llevado al pueblo no es el verdadero sino uno casi podrido; es costumbre que alguien quiera robar el auténtico y por eso se realiza este truco. El año que presenciamos la fiesta se llevó un falso tronco y aunque era evidente que no podía ser el auténtico, alguien se encargó de robarlo; tras desaparecer el tronco falso, se llevó el verdadero.
Durante esta semana los juderos recaudan el dinero para la fiesta ofreciendo limonada a los automovilistas que pasan por la carretera cercana.
La noche del viernes santo al sábado abren el agujero, en el centro de la Plaza del Ayuntamiento, donde se colocará el "judas"; para ello es necesario a veces quitar el tronco del año anterior. Durante la realización del hoyo los juderos celebran toda la noche entre gritos y tracas que son más o menos soportados por los demás vecinos.
Por fin la noche del sábado al Domingo de Resurrección es cuando se realiza el rito. Esa noche los juderos se reúnen en su cueva donde cenan juntos. La semana anterior han ido apilando ramas y sarmiento, que servirán para la quema, en la esquina de la plaza del Ayuntamiento. Mientras, otro grupo realizaba la "cabeza" del "judas", que suele representar a algún personaje famoso y que ese año lo era en forma de presidente de un club de fútbol madrileño.
En torno a las 8,30 de la mañana se inician los preparativos para levantar el "judas". Se colocan dos grandes cables de hierro en el árbol para tirar de él; mientras, los "juderos", junto con otros jóvenes, fingen tirar de ellos ante la mirada atenta de todo el pueblo reunido en la plaza. Hacia las 9 de la mañana, jóvenes, "juderos" y algunos adultos, comienzan a tirar del árbol arrastrándolo hacia el hoyo. El proceso de izado es lento y laborioso y requiere un gran esfuerzo por parte de los participantes, reclamándose a veces la ayuda de los asistentes.
[...] Al tiempo que se eleva el "judas", se colocan debajo las cabrillas manteniendo así un nivel de inclinación creciente. El árbol se levanta poco a poco ante la presencia del pueblo que les anima y se aparta ante la menor sospecha de que el "judas" pueda caerse.
Finalmente, una vez levantado se cubre la base con tierra y piedras y se trae la cabeza. Dos "juderos" ascienden por el tronco, apoyándose en el entramado de cuerdas, y sentados sobre los "brazos" la colocan en la parte superior del tronco. A las 10 la procesión de la Virgen, llevada por mujeres, entra por un extremo de la plaza al tiempo que la del Cristo, llevado por algunos "juderos" y guiada por el sacerdote, entra por el lado opuesto.
El Cristo avanza hacia la Virgen, situada en la dirección en que ha quedado mirando la cabeza del "judas". Una vez juntas ambas procesiones, se colocan las figuras en el suelo y se procede a la quema del "judas" apilando ramujo en la base y prendiéndolo. La gente permanece hasta la total combustión del motivo y después el fuego es apagado, permaneciendo en el sitio el tronco desnudo.
[...] Este ritual se nos presenta en primer lugar como un "rito de paso", definido por Van Gennep (1909) como los que acompañan todo cambio de lugar, estado, posición social o edad. Es decir, el ritual del "judas" no se puede entender sin las implicaciones sociales representadas por sus protagonistas, los "juderos". El exclusivismo del grupo, los que cumplen 18 años, y por tanto la separación del resto de la comunidad, caracteriza la fase de "separación" de los "ritos de paso".
Esta separación ritual de la comunidad da paso a la creación del grupo, los "juderos", como seña de identidad propia. Esta se ve reforzada por otra serie de actitudes que aparecen imbricadas en el ritual del "judas". La "comensalidad", es decir, la actitud de comer en común, con lo que supone de acciones compartidas, viene regida por este esfuerzo de la identidad; pero, por otro lado, no tendría sentido sin el tiempo y el objeto, es decir el ritual del "judas" y la constitución del grupo. Este aspecto se acompaña de otros como la convivencia, la realización común, y la negociación, de los pasos del ritual y en general la libertad de acción otorgada por la comunidad (la dispensa de trabajo, la algarabía durante la realización del hoyo, la permisividad ante ciertos comportamientos...).
Amigo Argantonio, me gusta conocer los escudos municipales, porque suelen decir mucho del pueblo, en un escudo se sintetiza su historia o se significan sus rasgos mas peculiares. La celebración de la que hablas en el pueblo de Tielmes, debe tener bastante importancia porque en su escudo aparece un "Judas" ardiendo en una hoguera.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, amigo Placentino. Muy buena observación la tuya, lo acabo de ver, tras leer tus palabras, y sí que le dan bastante importancia, como dices, pues han colocado este festejo hasta en el escudo. Me acabas de dar una idea, que es poner, además de la ubicación de los distintos pueblos en las capturas que hago de los mapas la wikipedia, el escudo del municipio o localidad donde se encuentre el enclave, objeto o festejo del que se trate, porque ya se ve, que en la mayoría de los casos, dicen mucho sobre la población en cuestión. Un saludo.
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ResponderEliminarExcelente idea Argantonio. Se me ocurren varios ejemplos de escudos interesantes: El del pueblo de Balazote, contiene su famosa bicha; en el de Montealegre del castillo, figura su asombrosa Dama oferente íbera; el de Noia presenta un arca de Noé; el de Padrón, una barca con dos peregrinos atada a una piedra; el de Cedillo, un dólmen; el de Segura de Toro,un verraco vetón; el de Capilla, una estela de piedra con un guerrero. Y seguramente los escudos de las freguesías portuguesas guarden también muchos secretos.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues gracias a ti por darme luz al respecto, Placentino, son un lujo tus intervenciones para mí. Buen número de ejemplos me has puesto al respecto con todos esos escudos. Hoy precisamente he colocado el primero de ellos en el blog, de una población muy cercana a tu ciudad de origen: Navaconcejo. Observando el escudo, nada aparece en relación al festejo del que he hablado, pero sí, además de una cruz y un castillo o fortaleza, aparecen, como he podido leer, un castaño y un pino. Seguramente puedan ser una muestra de los árboles que más abundaban en el valle del Jerte (o al menos en este pueblo), antes de que se extendieran masivamente los cerezos. Iré colocando todos los escudos, incluidos los de las freguesías portuguesas.
EliminarUn saludo.
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ResponderEliminarGracias a ti por tus fichas.