sábado, 3 de octubre de 2015

La lápida romana de la Ermita de la Soledad, Torres de la Alameda

Traemos un ejemplo más de reutilización de una antigua lápida en la construcción del muro de un edificio. Son bastante habituales estas reutilizaciones en templos cristianos, como el que hoy traemos, pero también fue común su uso en la construcción de murallas -ahí tenemos, por ejemplo, el caso de la muralla de Ávila, con gran abundancia de lápidas incrustadas en sus muros, sobre todo del antiguo cementerio judío- e, igualmente, también se las puede encontrar en algunos muros particulares o en linderos, como ya hemos observado con algún ejemplo en este blog.
Centrándonos en nuestra ficha de hoy, la Ermita de la Soledad de Torres de la Alameda, población de la comarca conocida como La Alcarria de Alcalá, Alcarria alcalaína o Alcarria madrileña, continuación o parte integrante de la extensa comarca de la Alcarria, tiene, en la parte inferior derecha de su fachada principal, una curiosa lápida romana. En su parte superior parece tener una cruz solar -que el texto que traemos como fuente, de la web del propio ayuntamiento de la localidad, califica como roseta-, símbolo ancestral, con raíces en la Prehistoria, del que hablamos cuando dedicamos un artículo a la Cruz de Mayo de Noez, población de los Montes de Toledo, además de siete arcos de medio punto en su parte inferior. El epígrafe de la lápida o ara no parece demasiado claro en cuanto a su traducción, pero algunos investigadores creen que puede hacer referencia a la tribu de los Metturici, a buen seguro una gens prerromana que pervivió tras la romanización.
Decir que, como aspecto muy importante ocultado en la multitud de los casos de la memoria por el poder contemporáneo, ante este templo renacentista hay constancia de que se celebraban las reuniones vecinales de Torres de la Alameda o asambleas conocidas como concejos abiertos, antes de que los ayuntamientos, o concejos cerrados, acabaran con estos ejercicios de verdadera democracia. Por lo tanto, el pasado, en muchos aspectos, no fue tan espantoso como nos han hecho creer.

Lápida romana de la Ermita de la Soledad - Foto: madridrutasdelvino.es

*Fuente: torresdelaalameda.es

A pesar de su pequeña planta, constituye uno de los capítulos de la historia de Torres, pues no en vano allí se reunían tradicionalmente los ciudadanos, convocados a golpe de campana, para conversar sobre las decisiones que afectaban a toda la comunidad, y así fue hasta que se implantaron las casas consistoriales. Por si fuera poco, la Ermita de la Soledad conserva en la parte inferior derecha de su fachada principal una lápida romana, perfectamente estudiada y catalogada, una lápida que denota la existencia de un asentamiento en la zona donde Complutum alcanzó todo su esplendor. En esta estela funeraria de finales del siglo I se lee: DOMITIA FUSCINA FUSCI ME TTVRICUM F H S E S T T L. El Tturicum se creyó mucho tiempo que aludía al topónimo "Torres". 

No obstante, hay otra teoría que afirma que alude a la cognatio (una especie de tribu) de los Metturici, una organización suprafamiliar del centro de Hispania que pervivía en la época romana.

La estela, recortada por la parte superior, tiene un frontón en relieve en el que se halla una roseta. En las pechinas formadas por el frontón hay también pequeñas rosetas. El campo epigráfico, en forma de tabula ansa, está bordeado por un marco escalonado con cuatro escuadras en las esquinas. 
Tiene una serie de arcos incisos (siete, curiosamente, los mismos que el frontón de la Iglesia Parroquial) y una media luna entre dos ruedas de radios curvos.

Ermita de la Soledad - Foto: torresdelaalamedareflexiones.blogspot.com

3 comentarios:

  1. Hace un tiempo, viajando por la provincia de Teruel, me topé en la iglesia del pueblo de Calomarde, con dos lápidas romanas incrustadas en la pared exterior trasera de la iglesia. Bastante grandes y en muy buen estado, una contenía caracteres latinos mientras que la otra, muy curiosa, presentaba relieves en forma de vid, con sus hojas y sus racimos de uva. Pensé entonces que acaso el vino ha sido siempre alimento de dioses, desde Baco hasta la liturgia cristiana.
    Un saludo Argantonio.

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    1. Buena reflexión. Desde siempre, parece ser, que el vino y otro tipo de sustancias que alteran la conciencia han formado parte de los rituales religiosos o se han considerado como una vía para contactar con los dioses o la propia espiritualidad, con lo que creo muy acertada tu reflexión. Cruzando "El Charco", ahí tenemos los ejemplos de la ayahuasca o el peyote, que también se han usado para trascender o con fines religiosos. Pero en el caso concreto que citas del vino, muy acertada esa comparación entre el dios Baco, asociado al vino, y la creencia cristiana de identificar al vino con la sangre de Cristo.
      Otro saludo para ti, Placentino y gracias de nuevo por tus comentarios.

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    2. Es un placer poder participar, comentado o intercambiando pensamientos.
      Dejando a un lado el tema del vino (me he quedado perplejo al comprobar ahora que la foto de la lápida de esta ermita madrileña, está tomada de madridrutasdelvino.es), la verdad es que tienes razón al decir que es frecuente la reutilización de estos lápidas en iglesias, ermitas así como otros edificios como ayuntamientos o palacios, seguramente haya bastantes por toda la península y una curiosa manera de conservar nuestro patrimonio.
      Gracias a tí por deleitarnos con estas fichas.

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