Según Martín Almagro Gorbea esta ciudad tartésica se fundó hacia el 675 a. C. por gentes procedentes de la ciudad de Carmona.
Necrópolis de Conisturgis - Cantiquity.ac.uk |
*Fuente: Mercedes Barrado Timón, hoy.es
Se llamó Conisturgis y fue una de las principales ciudades de la civilización tartésica, esa forma de vida que casi siempre se ha tratado con ribetes legendarios y que ahora se hace realidad palpable en una ciudad extremeña: Medellín.
El trabajo de un grupo de arqueólogos a lo largo de casi treinta años en lo que de forma genérica se conocía como Necrópolis Orientalizante de Medellín, se ha concretado en una serie de conclusiones científicas según las cuales esta ciudad extremeña alcanzó, bajo el impulso de las gentes tartesias, un nivel de vida creciente y unas conquistas culturales admirables, convirtiéndose en capital de todo un estado.
Conisturgis tuvo un alfabeto propio, que alimentó la existencia de una escuela de escribas y reclamó su derecho al disfrute de algunas de las más bellas piezas artísticas del momento.
[...] Conisturgis, con su posición estratégica, articulaba un extenso territorio cuyo eje era la actual Ruta de la Plata, que se cruzaba con el camino que de Olisipo (Lisboa) iba a Toletum (Toledo) «y eso explica la enorme importancia de Medellín, que pierde cuando Augusto funda Emérita Augusta», explica el arqueólogo Almagro Gorbea.
Conisturgis ocupó una posición de relevancia en un entorno histórico en el que se relacionaba con los conios, al sur de Portugal y con los lusitanos y vetones, pueblos responsables finalmente de la desaparición de los tartésicos.
[...] Los estudios arqueológicos han permitido fechar las tumbas de aquel viejo Medellín y reconstruir los límites de la necrópolis cuya superficie total aún está pendiente de determinar. Martín Almagro piensa que debe quedar entre la mitad y un tercio por excavar del cementerio que debió inaugurarse en el 675 a.d.C.
[...]Martín Almagro casi se emociona cuando recuerda el descubrimiento de aquella pequeña isla del Guadiana en la que, en su día, se enterraron las gentes de Conisturgis. Los enterramientos estaban en dos niveles: en uno se realizaba la incineración en una ollas y en el inferior se guardaban las urnas con las cenizas. Los años de excavaciones hicieron aflorar joyas; también la mejor colección de marfil fenicio que hay en España; objetos de bronce y hierro, cerámicas y grafitos e inscripciones que certifican el origen tartésico de sus gentes.
Un pequeño garabato incluido en una pieza nada destacable prueba que las gentes que lo labraron escribían hacia la derecha, mientras que los fenicios lo hacían hacia la izquierda. «Es la prueba de que fue, muy probablemente, labrada por un tartesio», dice Almagro Gorbea.
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