En los contemporáneos tiempos, tan pueriles, una representación fálica produce risas, pero en la Edad Antigua eran auténticos elementos protectores, además de símbolos de fecundidad, como posiblemente lo fue este colgante de época romana, en concreto, del siglo I d. C.
Foto: Iberia Mágica |
*Fuente: Cartel explicativo de la exposición "Dioses, héroes y atletas. La imagen del cuerpo en la Grecia Antigua".
La representación del falo simboliza la fuerza germinativa de la naturaleza, una potencia mágica, la fuerza vital generadora que puede representar incluso el Genius del difunto, lo que le sobrevive después de la muerte, la continuidad de su individualidad. El desnudo mágico, con la potente exhibición de los órganos sexuales, era común a todos los pueblos de la Antigüedad. El amuleto fálico protege a los seres más vulnerables, como los niños, contra el mal de ojo y era frecuente en la vida cotidiana de las gentes de Grecia y de Roma.
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