El cabo Espichel, también conocido por los clásicos como Promontorio Barbario, fue confundido en la Antigüedad por los autores con el punto más occidental del continente, que como ya se sabe, verdaderamente, es el Cabo da Roca, del que ya dimos cuenta por aquí. Nuestra mención a este otro cabo cercano al de la Roca, es su presunta sacralidad ancestral. El santuario mariano actual, un importante lugar de peregrinación -ya se sabe que muchos de estos rituales son la cristianización de antiguos cultos-, y algunos hallazgos de la zona pueden apuntar en este sentido. En el cabo se encuentran algunas huellas fosilizadas de dinosaurios -se conocen científicamente como icnitas-, lo que puede suponer otro indicio de la supuesta sacralidad, pues solía darse la coincidencia de que lugares abundantes en icnitas eran elegidos como sagrados por los antiguos pobladores de la especie humana.
De una más exacta representación de la península sólo se puede hablar desde Piteas y Eratóstenes. Por Piteas tiene Eratóstenes una idea de la giba, constituida por varios promontorios que tienen su vértice en el Cabo de San Vicente. El punto más occidental de Europa es para él, como para Avieno, el Cabo Sagrado, que busca sin embargo en el Cabo Espichel, hacia el Sur de Lisboa. Con ello se acerca mucho al verdadero lugar, el Cabo de la Roca.
(Hispania, Adolf Schulten)
El área de las montañas de la Sierra y el Cabo Espichel puede haber sido, desde los tiempos antiguos, lugar de magia y culto religioso. De hecho, se especula con que el Espichel ya era sagrado en época precristiana. En cuevas naturales situadas en la zona, se encontraron objetos de pizarra, piedra caliza y hueso asociados a prácticas funerarias y religiosas.
(Heitor Baptista Pato)
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