Volvemos a un valle de gran magia, a los pies del
Monte Abantos, aquel que dibuja la silueta de un buitre con las alas extendidas, de ahí su nombre, para dejar constancia de una manifestación rupestre más, de las muchas existentes en este lugar. Ya estuvimos en el santuario rupestre de
Canto Gordo, en el de
Castrejón y rastreando la huella de alguno de sus megalitos. Hoy queremos dedicar una humilde ficha a una peña, nombrada como
Peña Sacra, por la fuente que hoy aportamos, perteneciente al municipio de
El Escorial. La hemos visto en más de una ocasión y su forma de piedra caballera, además de la cruz que tiene colocada en su parte superior para cristianizarla, nos ha hecho entrever que esa piedra pudo tener algún significado, no sé si ritual o no, en un pasado más ancestral del tiempo que nos ha tocado vivir. Pero ha sido con la nueva lectura del magnífico estudio que la
Plataforma de vecinos de
Galapagar ha realizado sobre los vestigios arqueológicos de la comarca, con la que nos hemos dado cuenta de que nuestra intuición podía ir encaminada. La peña, curiosamente, se encuentra junto al cementerio de la localidad, junto a un cruce de caminos y fue, según nos comenta
Daniel Salmador, el lugar de reunión de los pastores trashumantes tras cruzar los puertos de montaña.
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Iberia Mágica |
*Fuente: plataformagalapagar.com
Entrando en El Escorial, junto al cementerio, tenemos una gran peña culminada por un crucero. Está en el cruce de la Cañada Real del Camino de Madrid con la Colada de Navalquejigo. Para ser exactos, está dentro de la cañada, que junto con la cristianización que supone la instalación del crucero hace pensar en un lugar de culto prerromano. Quizás incluso una necrópolis, dado el uso que actualmente se mantiene. El canto está sobre un enorme batolito granítico, a modo de piedra caballera, no obstante se puede apreciar la mano del hombre en ciertas formas apuntadas que le dan una cierta orientación preferente. Es un ejemplo de lo que se llama Peña Sacra.
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