jueves, 19 de diciembre de 2013

La Monda y la diosa Ceres, Ocaña

Seguimos a vueltas con la obra de Antonio Martín Asperilla y su Guía Mágica de La Mesa de Ocaña. La reciente visita a aquellas tierras aún tiene obnubilado al que esto suscribe. Es mucho lo que, como dijimos, esconde de interés aquella comarca y mucho lo que ha recogido Antonio en su Guía. Hoy traemos uno de esos vestigios: la conexión que el autor encuentra entre una festividad ocañense, la conocida como La Monda, también celebrada con el mismo nombre en Talavera de la Reina, y la Ludi Ceriales celebrada en honor de la diosa Ceres en tiempo de romanos, en cuyo honor se le entregaban una serie de presentes en unas cestas conocidas como Munda Cerelis, de cuyo nombre y ritual probablemente viene La Monda. La Monda está relacionada con la Virgen de los Remedios de Ocaña, una virgen negra que bien pudiera ser una heredera del culto a Ceres, la cual, a su vez, también podría provenir del culto a la Madre Tierra, otorgadora, con su oscura tierra fértil -del mismo color, por tanto, de algunas vírgenes y deidades en general-, de las cosechas.
Aprovechando nuestra visita a la ciudad de Ocaña diremos que, sobre su topónimo, existen distintas hipótesis que van desde la que lo emparenta con el prefijo celtibérico olca-, que significa campo fértil o vega, pasando por la que afirma que tiene un origen indoeuropeo no céltico -Nieto Ballester-, o la opinión de Menéndez Pidal, a la que se adhiere Antonio Martín, que le encuentra un origen ligur -o ibero-ligur-, en concreto conectándolo con el prefijo ouca- o occa-.


El Rollo y la Torre mudejar de Ocaña - Rowanwindwhistler - Wikipedia


*Fuente: Guía Mágica La Mesa de Ocaña, Antonio Martín Asperilla

...uno de estos actos era una procesión a la que llamaban La Monda. Dicha procesión, como ocurre en la que se festeja en la también localidad toledana de Talavera de la Reina, es una festividad religiosa con raíces paganas. En la antigüedad dicha fiesta se conocía como Ludi Ceriales y estaba consagrada a la Diosa Ceres, deidad, cómo no, de la agricultura, de las cosechas y de la fecundidad. En los ritos arcaicos unas doncellas vestidas de blanco llevaban unas ofrendas dentro de unas cestas, dichas cestas recibían el nombre de Munda Cerelis, y de ahí el nombre que tenemos hoy en día. Los ritos eran seguidos por multitud de gente que acompañaban a su diosa por las calles del pueblo en cuestión en un estado de alegría y regocijo. Leyendo las crónicas que narra el libro de Díaz Ballesteros sobre la fiesta y procesión que se celebró en honor a la Virgen de los Remedios de Ocaña y comparándola con las de la Diosa Ceres, se puede llegar a la conclusión de que tuvo que haber poca diferencia entre las mismas, solapándose una con otra con el transcurrir de los siglos.

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