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*Fuente: inforural.com
La Danza de los Pastores, que se ejecuta en Labastida durante la Misa de Gallo –también conocida como la Misa de los Pastores- a media noche, entre el 24 y el 25, para recibir la Navidad, tiene origen en época altomedieval, con fecha desconocida, pero que ha trascendido a través de los siglos, llegando hasta nuestros días la versión retransmitida de los siglos XVI, XVII y XVIII.
Los pastores, son 12 personajes que están cubiertos con pieles, tanto en el cuerpo como en la cabeza, y llevan un bastón o palo de madera que utilizan para acompañar sus cantos y bailes. Están dirigidos por un capitán cuyo nombre es “Cachimorro”.
Junto a los pastores va otro grupo de personajes, de entre los cuales destacan el abuelo, quién está encargado de llevar el cordero, y la zagala que representa a la Virgen y que está encargada de llevar al Niño. El niño está representado por el bebé más joven de la población, que ha nacido en el año.
Antes de la media noche, un ángel recorre las calles de la población para anunciar a todos los vecinos y visitantes que el Niño Jesús ha nacido. Ya llegada la media noche, los pastores salen a las calles de Labastida, cantando y danzando -sin el acompañamiento de música- al son de las castañas del Cachimorro y de los bastones que ellos mismos llevan y golpean contra el piso.
Primero, se dirigen al Ayuntamiento donde cantan y danzan para invitar a las autoridades locales y transmitirles la noticia del nacimiento del Salvador, para que estos los acompañen en la adoración al Niño y la celebración por su nacimiento.
A continuación, guiados por el Cachimorro, se desplazan hacia la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, a donde ingresan saludando al párroco y los presentes con su baile que -como siempre- está caracterizado por el golpear de sus palos de madera contra el piso. Aquí se celebra la Misa de Gallo.
Cuando llega el instante de realizar el Ofertorio, el órgano (que es el más antiguo y valioso del País Vasco) empieza a tocar una melodía que acompaña los cantos y bailes de los pastores mientras, de dos en dos, estos van acercándose hasta el altar donde se encuentra el Niño Jesús, que está sostenido por el sacerdote.
Junto se encuentran la zagala, de cuyos brazos tomó el sacerdote al niño, y el abuelo, que sostiene un cordero. Este cordero es presentado por el Cachimorro como ofrenda viva; por supuesto, también lo hace cantando y bailando.
Terminados la misa, los cantos y bailes, todos los presentes se dirigen a la plaza de la iglesia –donde se encuentra uno de los mejores Belenes Vivientes de Álava- para reunirse en torno a una hoguera. Allí se preparan “las sopas del Niño”; se trata de una sopa de ajo que se ofrece al Niño y también a la zagala que representa a María.
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