Este monte llama la atención por estar compuesto de piedra arenisca, lo que le hace contrastar con el resto de montañas que le rodean, en concreto con los montes del Duranguesado, entre los que se encuentra el Anboto, la morada principal de la diosa Mari. Esta divinidad principal del panteón vasco también tuvo su morada en el monte Oiz, de ahí nuestra ficha de hoy. Como muchos otros lugares de antiguo culto, una ermita, la de San Cristóbal, cristianiza esta montaña, ubicándose no lejos de la cumbre.
Ermita de San Cristóbal y cumbre del monte - Txo, Wikipedia |
*Fuente: oizegin.com
Además de testigo de gestas históricas, el monte Oiz es también escenario ideal de leyendas y cuentos mitológicos con gran presencia en Durangaldea. De la misma manera que su vecino el monte Anboto, Oiz también es hogar de Mari La Dama y Diosa de Anboto. Una vez cada 7 años, Mari deja Anboto para quedarse en Oiz. Para nuestros antepasados la presencia de Mari tenía una gran influencia en la meteorología y en la calidad de las cosechas.
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