Hoy volvemos a citar un lugar supuestamente consagrado a la diosa Ataecina. En este caso nos acercamos a la Cueva del Valle en Rasines, Cantabria. En ella nace un río de significativo nombre, el río Silencio y además del ara protagonista de esta entrada, del que algunos autores dicen que estuvo consagrado a Ataecina, se descubrió un importantísimo yacimiento de objetos de distintos periodos prehistóricos, de entre los que destaca un bastón perforado, hoy día desaparecido y del que se conserva una réplica en el Museo Arqueológico Nacional.
En el nacimiento de un arroyo de Rasines (Cantabria), junto a la entrada de la cueva del Valle, apareció un ara en cuya dedicatoria González Echegaray considera que pudiera mencionarse a la diosa Ataecina. Se han propuesto otras lecturas del epígrafe, aunque no se descarta completamente la anterior posibilidad. La diosa Ataecina era una dividad infernal asimilada a Proserpina, la diosa de los infiernos. Se han planteado diferentes etimologías para explicar su nombre. Probablemente se base en el indoeuropeo *at(e)r- ("fuego"), latín ater ("negro"), irlandés adaig ("noche"), pues es una diosa nocturna e infernal.
(Los Cántabros antes de Roma, Eduardo Peralta Labrador)
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¿Se puede saber cuál es exactamente la inscripción que aparece? Hasta ahora pensaba que las únicas inscripciones dedicadas a Ataecina se encontraban concentradas principalmente en Extremadura, y algunos ejemplos en la parte noroccidental de Andalucía y en Toledo.
ResponderEliminarRespecto a la etimología, parece ser que el término "adaig" está descartado porque es una palabra atestimoniada a partir del siglo V d.C., por lo que no puede ser que "Ataecina" provenga de ahí. Otra teoría que he visto es que el nombre derivaría de "ate", "re-" y "gina", "nacida", por lo que Ataecina querría decir la "renacida". Esto concuerda con el hecho de que los romanos la asimilaron a Proserpina, quien todas las primaveras volvía a la tierra desde el Inframundo y hacía que la tierra renaciese.
Muchas gracias, Laura, por la información que aportas, interesantísima esa otra teoría que citas sobre el origen del nombre de la diosa. Siento no poder ayudarte con la inscripción en cuestión, únicamente he topado con este libro en la red (está en Google Libros) y es el texto que he citado en la entrada de hoy, pues desconocía que se especulara con la existencia de una inscripción a Ataecina en una cueva de Cantabria y me ha parecido interesante ponerlo por aquí.
ResponderEliminarPor lo visto no está nada clara su lectura y, como dicen las líneas de más arriba, un tal González Echegaray cree que hacen referencia a esta diosa.
En el mismo libro, unas líneas más abajo, que no he puesto en el blog, comenta el autor del libro -Eduardo Peralta Labrador- lo que tú dices, que la mayoría de las inscripciones a Ataecina se han encontrado en lo que fue la antigua Lusitania y la Beturia, por lo que de ser cierto, sería un testimonio localizado en una zona bastante alejada de su núcleo principal, con respecto hasta lo que ahora se conoce.
Muchas gracias de nuevo, y un honor que una historiadora participe en la página de un simple aficionado como yo.
Un saludo
Oh, vaya, me interesaba mucho saber qué decía la inscripción por la misma razón que tú comentas, ya que es una zona bastante alejada. En cualquier caso, tampoco sería extraño porque existe otra inscripción en Cerdeña, si no recuerdo mal, presumiblemente por parte de un soldado que sirvió en Hispania y después fue cambiado de destino.
ResponderEliminarY no me dés las gracias, el honor para mí es poder seguir leyendo tu blog ^^
Lo extraño es que no he encontrado ninguna referencia más en la red sobre dicha inscripción. Seguiré buscando a ver si encuentro algo más. Si doy con más información ya te tengo al corriente.
ResponderEliminarP.D. Muy interesantes tus páginas, ya formo parte de tu grupo de facebook.
¡Ten Salud!
De acuerdo, lo mismo digo, a ver si aclaramos esto, jajaja.
ResponderEliminarGracias por unirte, espero que te gusten! ^^