miércoles, 7 de octubre de 2009

San Saturio, San Polo y San Juan de Duero, Soria.

Hoy volvemos a uno de los territorios más despoblados, no sólo de la Península Ibérica, sino de toda Europa, la provincia de Soria. En concreto a su capital, aquélla que guarda muy mágicos rincones a la ribera del mítico Duero.
















San Saturio al fondo


A unos 3 km de la orilla derecha del Duero está la ermita de San Saturio. Para acceder a ella hay que recorrer todo un paseo, sin duda de los más evocadores y sugestivos de España, puesto que era el lugar de tránsito habitual de D. Antonio Machado. Bajo los árboles del camino existen unos bancos muy curiosos porque en realidad no son tales, sino tapas o laudas de sepulturas cónicas clavadas en el suelo.
Toda Soria es un asentimiento de adoración a la divinidad de nuestros antepasados, una divinidad innombrable, aunque posiblemente la llamasen Lug. Todo aquello es un laberinto iniciático donde se venera a un tótem, prácticamente jacobeo, porque es la ejemplificación de Saturno en un busto.
















San Polo


A poco de salir, a unos 400 m se llega al monasterio de San Polo. Ésta fue una hacienda templaria. Algo más allá, San Juan de Duero, uno de los emplazamientos mágicos más importantes de España, porque el sincretismo es ya, si me permiten el término, de un impacto brutal. Es un patio con la mitad de la arcada mudéjar y la otra mitad románica. Los dos Juanes limitan por un lado con el propio río Duero, el padre, y detrás el monte de las ánimas. Bécquer no se inventa nada al llegar a Soria, escucha las tradiciones de los sorianos de su momento, del mismo modo que en Granada, Washington Irving escucha y refleja las tradiciones ya existentes. Los "Cuentos de la Alhambra" no son invenciones, sino un seguimiento literario de las tradiciones iniciáticas del lugar.
(www.editorial-na.com)
















San Juan de Duero

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