Con todo esto la conclusión que se puede sacar es la de la existencia de un escaso número de festejos tradicionales que no vayan más allá de la forma conocida y de la religión vigente.
Pintura de Pompeya que se dice recrea la celebración de la Saturnalia - Foto: gladiatrixenlaarena.blogspot.com |
Fuente: lapiedradesisifo.com
Por tanto, conviene ir más atrás en el túnel del tiempo, si queremos explicar la calendarización de estas fiestas de bromistas, locos o inocentes, precisamente un día que evoca un episodio tan terrorífico como debió de ser la matanza de los inocentes, y remontarnos a tiempos precristianos, hasta la antigüedad romana cuando se celebraban las Saturnales (en honor al dios Saturno), próximas al solsticio de invierno (en concreto del 17 al 24 de diciembre). Eran fiestas populares durante las cuales las barreras sociales se subvertían, siendo el amo el que servía al esclavo en comilonas en las que se brindaba por la mutua felicidad, una ficción que ha llegado hasta nuestros días bajo el deseo de paz y amor del espíritu navideño. Esa ficción duraba, como hoy, solo unos días, pero eran los mejores días, según el poeta Catulo.
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