Por mucho que nos encontremos en un periodo totalmente cartesiano, en el que impera la dictadura de la razón, la creencia en lo sobrenatural o trascendente, sigue siendo, en mi opinión, algo consustancial al ser humano, pues ambas visiones no tendrían por qué ser contrapuestas y pueden convivir perfectamente; de este modo, no se ha de considerar como gente atrasada a nuestros antepasados. Quizás ellos manejaran registros que hoy nosotros hemos perdido por completo, pero nuestro egocentrismo no nos deja velo. Pero esto es meternos en disquisiciones demasiado profundas que se escapan a la brevedad de las entradas de este blog.
Foto: folleto del Museo de Arqueología de Álava |
Fuente: Orígenes. Xabier Peñalver.
Las trepanaciones o perforaciones del cráneo, llevadas a cabo mediante diferentes sistemas, son complejas prácticas quirúrgicas que se utilizaron a partir del Neolítico y que están escasamente representadas en nuestros yacimientos funerarios. Sin embargo, algunos de los restos hallados, como los de Fuente Hoz (Anúcita), corresponden a etapas antiguas y el individuo intervenido sobrevivió a la operación. La causa para practicar las trepanaciones se desconoce en estos momentos, anque pudo obedecer tanto a motivos de tipo ritual como a otros cuyo fin fuese el de combatir males como los traumatismos, las epilepsias o las cefalalgias. Dentro del período prehistórico, contamos con cráneos trepanados en yacimientos como el citado covacho de Fuente Hoz, correspondiente al Neolítico Final y fechado en el 3210 antes de nuestra Era.
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