El Guirria - Foto: multimedia.lne.es |
Recorre las calles con un zurrón lleno de ceniza para arrojar a los que no van a caballo y con un largo báculo para saltar y brincar. El Guirria abraza, besa y achucha a las mozas durante el recorrido, incluso colándose en las casas por sus ventanas, en lo que parece un claro ritual de fertilidad. La ceniza, tan típica en muchos de estos festejos, además de en los carnavales más ancestrales, simboliza igualmente a la fertilidad, aunque las mozas, y mujeres no tan jóvenes, para evitar ser rociadas de la misma, han de besar al Guirria, pues paradójicamente se considera que podrían ser infértiles si acabaran bajo la lluvia de ceniza. Por tanto estamos ante un travieso personaje besucón y bailarín que nos recuerda que la primavera y la fertilidad de los campos están a la vuelta de la esquina tras el paso de la estación invernal. En cuanto al aguinaldo, los mozos reciben dulces, comida, bebida y dinero, cenando los más pequeños juntos la noche del 1 de enero y los más mayores o mozos, la noche del 5, donde las parejas formadas comparten regalos, cena y al menos el baile en un par de piezas de la verbena del Guirria, y como dicen en la web plataformadigitaldefiestas.com, "Lo que suceda después ya es cosa suya".
Para finalizar hemos de hacer un apunte con respecto al nombre del pueblo, pues el genitivo Beleño que ostenta el topónimo, nos recuerda a esa hipótesis que enlaza a nombres de pueblos como, por ejemplo, Beleña de Sorbe (Guadalajara) con el dios celta Belenos.
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