De este modo, nos encontramos ante la herencia de antiguas tradiciones bastante más antiguas que el propio cristianismo y que, por suerte para nuestro acervo cultural, no han acabado extinguidas como tantas otras.
Esconjuradero del siglo XVI de Guaso. Foto: ricardogracia.files.wordpress.com |
*Fuente: tiempo.com
Los esconjuraderos son unas sencillas construcciones de piedra, orientadas a los cuatro puntos cardinales y cercanas al templo parroquial que servían para conjurar, desconjurar o esconxugar, los males que atenazaran al pueblo, en su mayoría en forma de tormentas. Estas construcciones son habitualmente cuadradas, aunque las hay también circulares, y en ocasiones tienen una cruz encima de la techumbre o dentro del edificio.
En Sobrarbe, comarca pirenaica de Huesca, los encontrarás en Asín de Broto, Burgasé, Campol, Asín, Guaso, Almazorre, Mediano y San Vicente de Labuerda. Cuando la bruxa del lugar enviaba la tormenta, repicaban las campanas, el mosén corría a refugiarse en el esconjuradero, y lanzando a viva voz las formulas sagradas, asperjaba agua bendita contra las nubes negras. Hoy se conserva una de esas fórmulas que el mosén gritaba en San Vicente:
"Boiretas en San Bizien y Labuerda: no apedregaráz cuando lleguéz t’Araguás: ¡zi! ¡zas!"
A los esconjuraderos hay que ir en día despejado…, no porque pongamos en duda su funcionamiento sino porque normalmente desde su situación podremos ver las vistas más hermosas.
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