jueves, 16 de julio de 2009

La ermita de San Bartolomé de Ucero, el río Lobos y los templarios

Hoy traemos a Iberia Mágica un lugar que merece un sitio muy especial en cualquier página, libro o documento que sobre estas temáticas trate. Hace poco visité por segunda vez el lugar y me produjo tanta o más admiración que la primera. La impactante aparición de esa hoz y la ermita ubicada en mitad del cañón dejan a uno sobrecogido y rápidamente tienes la impresión de que ese no es un lugar más. No es sólo el paisaje tan soberbio que se ha producido allí a través de la sucesión de las eras geológicas y el trabajo del río lo que te impacta, sino que es bastante más.
La sacralidad de un lugar tan perdido te impacta, lugar donde el templo ancestral –la espectacular cueva (la Cueva Grande) frente a la ermita- se mira cara a cara con el templo medieval, del que dicen perteneció al temple, y así consta en un documento, como es la resolución, a cargo del obispo de Burgo de Osma, de un pleito sobre Ucero entre Frey Fernando Escaça, maestre de Calatrava, y Frey Hermindo, maestre del temple.























Algunos autores se plantean los siguientes interrogantes sobre las reconstrucciones posteriores a la posesión templaria de la ermita: "¿Por qué decidieron ocultar los suelos del ábside y la Capilla de la Salud? La labor fue realizada utilizando pesados sillares. ¿Qué necesidad había de una obra tan costosa cuando para el resto del suelo utilizaron simples baldosas de barro cocido? ¿Y por qué derribar y sellar con un coro la surgencia rocosa que dicen se encontraba en el muro oeste del templo? Sólo unas prospecciones arqueológicas podrían dar respuesta a preguntas como ésta, y el caso es que, por muy raro que parezca, jamás se haya hecho ninguna en el templo de San Bartolomé, cuando son tantos los indicios que apuntan a que se encuentra cuidadosamente ubicado sobre lo que fue un importante lugar de culto desde tiempos remotos. Algún tipo de acción en este sentido aportaría la luz que se hace necesaria para aclarar muchos de los misterios que se dicen sobre esta ermita y su entorno." (iberica-documental.es)
















Aquí os dejamos con las palabras de Juan G. Atienza. Él, por entonces, afortunadamente pudo disfrutar de la soledad de dicho paraje, circunstancia bastante complicada en la actualidad, sobre todo si no puedes acudir un día entre diario en épocas invernales bastante adversas. Aunque claro está, a una maravilla como ésta, todos estamos invitados, por supuesto. Vaya esta entrada, de nuevo, en homenaje a la verdad oculta de los grupos humanos proscritos por la historia oficialista, como también lo fueron los templarios.

Allí tomaremos, siempre hacia el Sur, la carretera del Burgo de Osma, pasaremos por Casarejos y descenderemos la cuesta que llaman la Degollada, hasta el puente que cruza el río Lobos. Es aquí donde debemos tomar el camino de tierra que nace a la derecha, para internarnos en el valle. Si lo hacemos en un día cualquiera que no sea el de la romería de san Bartolomé, este lugar nos parecerá el más solitario y abandonado del mundo. En lo alto planean las águilas y no será raro ver un zorro mirándonos a cierta distancia. Las paredes del valle son escarpadas y en las rocas cimeras se distinguen covachas que nunca han sido exploradas. Unos dos kilómetros valle adentro, el lecho del río se ensancha y, al fondo, distinguiremos una ermita de tipo cisterciense. La construyeron los caballeros templarios, que tuvieron precisamente aquí uno de los enclaves más importantes de la Península. Y al decir importante no me refiero precisamente a su importancia política o estratégica, sino al profundo significado que el lugar tiene dentro del elemento mistérico propio de la orden del Temple. El lugar lo he estudiado a fondo en mi libro La meta secreta de los templarios y me parece inútil reproducir lo que allí cuento, pero, en síntesis, planteo la sospecha –muy fundada- de que los cabelleros templarios conocían a la perfección el lugar en el que construían su capilla, como probablemente lo conocieron también los sacerdotes de religiones muy anteriores que utilizaron el altar megalítico que se encuentra al lado mismo de la capilla y la enorme cueva que hay a sus espaldas. Porque este preciso lugar de Ucero en el río Lobos forma con la cumbre del San Lorenzo un eje vertical equidistante de los dos extremos clásicos peninsulares, los cabos de Creus y Finisterre. Y, aún más, este lugar constituye, en el conjunto de las posesiones templarias peninsulares, un auténtico centro desde el que se pueden situar los enclaves ocultistas más importantes que la orden poseyó en los reinos medievales. Desde la capilla del Lobos están perfectamente localizados Ponferrada y Monzón, Toledo, Tomar y Jerez de los Caballeros, Culla y Castelló d’Empúries, Caravaca y Villaba del Alcor. Desde allí se puede trazar la franja mágica de tierra por donde discurre la ruta jacobea y pueden localizarse los principales santuarios protohistóricos de las culturas cantábricas paleolíticas. Es tal la exactitud del enclave, que incluso justifica la misma estructura de la cruz templaria, anuncia en clave sus fines y delata muchos misterios nunca descifrados que aclaran los porqués de los principales emplazamientos de la orden.






















Esta geografía mágica de los templarios, que trato de apuntar en el libro mío que cito, nos lleva a la conclusión de que el conocimiento cosmológico que poseyó la orden sobrepasaba con creces la idea que se sigue teniendo en la actualidad de los saberes que pudieron estar en manos de determinadas sectas y grupos ocultistas medievales. Abona esta idea el hecho de que no fueron sólo los templarios los que fomentaron unos profundos estudios sobre la estructura de la tierra, sino que los ocultistas sufíes, a través de sus caballeros monjes, practicaron también estos saberes. Aquí tenemos una razón por la cual los templarios aparecen muy a menudo como sustitutores y ocupantes de antiguos conventos fortalezas islámicos que fueron obra de sufíes, auténticos ribbatts iniciáticos donde se practicaban los mismos estudios que en los conventos del Temple.

3 comentarios:

  1. Hola!
    Visitaré el próximo miércoles la ermita, es el único día al año que la abren al público y es para sacar en procesión a la virgen.
    Utilizare de guía este "Post".
    Muchas Gracias! Y enhorabuena por tu blog
    Saludos.

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  2. Me hubiera gustado asistir hoy a la procesión en la ermita de San Bartolomé y así poder conocer un poco más los alrededores, pero no podrá ser este año, me caso el 2 de septiembre en Alemania(Niederbayern). Muchas gracias por tu blog, es fenomenal. Un saludo desde München.

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  3. hola. Yo he estado en la ermita hace unos días. Cuesta un euro la entrada y abre todo el verano.
    A título informativo.

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