Éste es uno de los santuarios precristianos más interesantes de la Península Ibérica. Su configuración heredada y sus inscripciones son de época romana, pero su sincretismo con creencias anteriores parece claro. Así algunos autores interpretan el lugar como sagrado ya para los galaicos -pueblo celta que ocupaba dicho territorio- antes de la llegada de los romanos y donde, con la llegada de estos últimos, la actividad de culto continuó, pero bajo la dirección del nuevo orden establecido, donde la llegada de los nuevos cultos mistéricos del oriente se hicieron notar. Hay un altar rupestre con escaleras muy parecido a otros como los vetones de la Silla de Felipe II y Ulaca.
Se localiza en Vale de Nogueiras, en el concejo de Vila Real, Portugal.
El santuario es un recinto donde se encuentran tres grandes rocas, donde fueron abiertas varias cavidades de varios tamaños, en las que también se construyeron escaleras de acceso. En la roca situada en la entrada del recinto fueron gravadas varias inscripciones - tres en latín y una en griego, describiendo el ritual celebrado, los dioses a quienes era dedicado y quien dedicaba - , una de ellas fue destruida el siglo pasado, pero fue reconstituida a partir de lecturas y registros anteriores.
La inscripción desaparecida, en latín, estaba 6/7 metros al Este de la segunda inscripción, al lado derecho del camino por donde se entraba al área sagrada. El texto estaría orientado para la roca situada en la entrada del recinto y dice lo siguiente:
“A los Dioses y Diosas de este recinto sagrado. Las víctimas se sacrifican, y se matan en este lugar. Las vísceras se queman en las cavidades cuadradas en frente. La sangre se vierte aqui al lado para las pequeñas cavidades. Lo estableció Gaius C. Calpurnius Rufinus, miembro del orden senatorial.”
Para la roca de la entrada, se sube por unos escalones, y antes de subir, a la izquierda, se encuentra la segunda inscripción:
(la primera traducción es de António Rodriguez Colmenero, y la segunda de Geza Alföldy)
"A los dioses, con la aedes y el estanque, el pasaje subterráneo, que se junta por voto."
“G. C. Calpurnius Rufinus consagró dentro del templo (templo entendido como recinto sagrado), una aedes, un santuario, dedicado a los Dioses Severos.”
Esta interpretación sobre Panóias es de Geza Alföldy. Con base en sus estudios, podemos hoy decir que tuvimos en el lugar un ritual de iniciación con un orden y un itinerario muy precisos – la matanza de las víctimas, siempre animales y nunca humanas, el sacrificio de sangre, la incineración de las víctimas, el consumo de la carne, la revelación del nombre de la autoridad máxima de los infiernos, y por fin la purificación. En la segunda roca del recinto la iniciación se repetia en um grado mas elevado, y en la tercera roca, la mas elevada, había un pequeño templo, donde ocurría el acto principal de inicición – la muerte ritual, el entierro y la resurrección.
Hoy en cualquiera de las tres rocas tenemos vestígios de los pequeños templos que eran parte integrante del recinto. Quedan también las diferentes cavidades rectangulares que servían para quemar las vísceras, una cavidad redonda – gastra, para asar la carne, y todavía otra donde se procedía a la limpieza de la sangre, manteca y aceite. Otras cavidades estaban relacionadas con los pequeños templos existentes, y se destinaban a guardar los instrumentos sagrados usados en los rituales.
Existen por tanto en Panóias testimonios de un rito de iniciación de los misterios de las divinidades infernales. Las prescripciones se identifican como partes de una ley sagrada, pero aplicadas a un lugar concreto y preciso. La elección de este lugar no fue hecha por casualidad, sino como fruto de criterios específicos y previamente establecidos. La topografia del lugar desempeñó aqui un importante papel.
La primera piedra contiene las escaleras, y al lado, el "lacus" y el "laciculus". Es visible el rebaje hecho en la roca granítica, para construir un templo, y dentro del mismo, abiertos a pico, los "lavacra" purificatorios donde los "mystae" se limpiaban antes de ofrecer las víctimas, o los depósitos donde los sacerdotes guardaban los instrumentos de sacrificio.
En la segunda piedra existe un orificio que serviría para un poste de hierro o de bronce, apoyado en dos puntales, donde se ataban los animales a sacrificar, que venían adornados con guirnaldas. Los sacerdotes, con vestiduras blancas y coronas hechas de ramas de laurel/roble/acebo/hiedra/parra, conforme al dios al que se destinaba el sacrifício, traían en las manos la patena, una especie de platos redondos de metal. Después, venían los "victimarii", armados del "securis", hachita utilizada para el decuartizamiento de las víctimas.
Cuando todo estaba preparado, un heraldo imponía silencio y los profanos abandonaban el lugar sagrado. Los sacerdotes rociaban a la víctima con la "mola". Los presentes bebían un poco de vino, con el que también hacían la libación derramando un poco en la cabeza del animal. Se encendía el fuego en el respectivo "lacus" y se quemaba el incienso. Ahí, los "Popae", desnudos de la cintura para arriba, conducían la víctima al altar, donde era herida de muerte con un hacha por los "Cultrarii", que le cortaban el cuello. La sangre era recogida en la "patera" y derramada en los "laciculi". La víctima era colocada en la mesa "anclabris", desollada y descuartizada. De acuerdo con un epígrafe hace décadas destruido, se quemaban las vísceras de la víctima en honor de los dioses y el resto de la carne era asada y comida por los presentes, en confraternización con las divinidades.
En esta piedra es visible también un conjunto de "lavacra" (los referidos estanques purificatorios), así como los cimientos de un segundo templo, cuyos sillares se encuentra en las actuales paredes de las casas de la aldea vecina, principalmente en el suelo de la iglesia
.(Wikipedia)
Estuve hace unos días, de noche, cuando la verja estaba cerrada (tiene un acceso 'ilegal' al lado de una pequeña casa en ruinas) y no había nadie.
ResponderEliminarLo recordaré como una de las experiencias mas intensas.
Añañdo: tienes un blog interesantísimo que leo con frecuencia.
ResponderEliminarMuy agradecida por todo lo que me aporta.
Muchas gracias por tus palabras y por contarnos tu experiencia en este antiguo santuario. La verdad que estos lugares, que casi siempre vemos de día, bien merecen igualmente una visita de noche para saborearlos de otra manera.
ResponderEliminarUn saludo y encantado de que participes por aquí
Os recomiendo:
ResponderEliminarwww.LaNocheDeLosTiempos.es
Qué buena página la tuya, amigo Corpus
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola a todos: ¿Alguien puede decirme a que se refiere Alföldy con lo de "los dioses severos"? Por favor contestar a luciuscastusartorius@gmail.com, gracias.
ResponderEliminarSe trata de una interpretación errónea de las inscripciones. La respuesta la tienes aquí https://www.researchgate.net/publication/290448073_Nuevas_lecturas_de_las_inscripciones_del_santuario_de_Panoias_Vila_Real_Portugal
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