sábado, 26 de mayo de 2018

Recreación de sacerdote augur en la Villa Romana de Materno Cinegio, Carranque

Hace dos semanas se celebraron en la villa romana de Carranque las XIII Jornadas Romanas, siendo las de esta última edición, nuestra primera visita a las mismas. Se recrearon escenas como la jornada de un magistrado, o parte de ella, desde que éste despertaba, hasta que realizaba la audiencia de su clientela; la descripción de las clases sociales; de un campamento militar; luchas de gladiadores; un funeral romano del periodo precristiano o de incineración; el cielo nocturno y el mundo de los astros para los romanos; una descripción del ejército romano y la evolución de su armamento en los distintos periodos de la Antigua Roma; y una escena o ceremonia religiosa, que es la que traemos, en forma de documento videográfico, a esta entrada.
En ella el grupo de estudio y recreaciones romanas, Ab Urbe Condita, recreó el ritual practicado por un augur, aquellos sacerdotes que acompañaron al mundo romano, desde prácticamente su fundación y hasta el periodo cristiano, cuando desaparecieron, y que tomó muchos elementos prestados del mundo griego y del etrusco. La corporación de los augures constituían uno de los cuatro colegios sacerdotales por antonomasia de la Antigua Roma, pudiendo ser augures oficiales, de los que sólo podían requerir sus servicios los magistrados, o augures particulares.
A su vez, se dividían entre los que interpretaban la voluntad de los dioses a través de ciertas fórmulas religiosas y los que descifraban dichas voluntades sin previa solicitud, tras la contemplación de ciertos elementos que consideraban designios. La adivinación se podía, en este sentido, extraer de señales del cielo, en forma de rayos, relámpagos, entendiendo que eran augurios favorables, si mirando hacia el sur, los rayos caían hacia su izquierda -entre el Sur y el Este-, considerándose la derecha de Júpiter; a través de los vuelos de las aves e incluso de sus gritos o graznidos, sobre todo de los cuervos, grajos o lechuzas; adivinación observando las vísceras de los animales; posiciones y actitudes de mamíferos y reptiles; acontecimientos imprevistos, que normalmente eran considerados como de mal augurio, etc.
Pero dejemos que sean los que recrearon la escena los que nos cuenten sobre los augures o, más bien, sobre la religión romana en general, pues no sólo se ciñeron a recrear la ceremonia de un augur.







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