Seguimos trayendo al blog distintos megalitos, como llevamos haciendo, poco a poco, en estos 9 años que han transcurrido desde que se inició este blog. Hoy, como en nuestra penúltima ficha, traemos, de nuevo, un ejemplo norteño y también en forma de crómlech. En concreto, me estoy refiriendo al
Crómlech de Eteneta, en el municipio guipuzcoano de
Urnieta o, más bien, habría que decir a los crómlech, pues son dos y no uno en realidad. Al igual que en el caso del
Crómlech de Orgambide, se componen de una serie de piedras configurando sendos círculos y un gran menhir o monolito. Continuando con la comparativa, los
Crómlech de Eteneta tienen un diámetro menor que el de
Orgambide, pues únicamente, el mayor de ellos, tiene 4,50 metros, no superando las piedras que lo componen el medio metro de altura, salvo el menhir del que hablamos, que supera los 2 metros de altura, que serían 3 metros, si contáramos el metro que mantiene enterrado.
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Foto: pinterest.es |
Los dos crómlech fueron descubiertos para la ciencia de la Historia en 1951 por
Luis Peña Basurto, mientras que
J. Altuna y
K. Mariezkurrena hallaron en 1978 el menhir tendido en el suelo, el cual se encontraba cubierto de hierba y matorral.
El conjunto se encuentra bastante cerca de las cimas de los montes
Adarra y
Onyo, con lo que podría estar sacralizando todo el entorno en su conjunto, pues ya conocemos el gran contenido simbólico que guardan las montañas desde bien antiguo. En concreto el paraje es conocido como los rasos del
Collado Eteneta, de ahí el nombre que ha recibido el propio crómlech.
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