Hoy nos acercamos para hablar de un lugar que ya de por sí, por su nombre, y como comprobamos en el blog muy a menudo, nos sugiere distintas posibilidades: o que pudiera esconder alguna leyenda/s; o que pudiera tener huellas de un pasado lejano, incluso cultual; o, por otra parte, ambas cosas a la vez, como ocurre en nuestro ejemplo de hoy. De este modo, hemos de decir que nos encontramos ante un importante yacimiento de la Edad del Bronce, con restos de enterramientos rituales, además de no ser sólo necrópolis, sino poblado fortificado y, como decimos, el topónimo nos pone sobre la pista de una nueva leyenda sobre una encantada, en la que confluyen elementos comunes a otras "encantadas", pero con alguna que otra particularidad. Así se dice que en este lugar habita una "bicha", que en la noche de San Juan (elemento recurrente) sale de su cueva y se transforma, según la ocasión, en una hermosa joven o en una anciana. La cueva que se señala como hábitat de esta "bicha" encantada es un antiguo aljibe que se encuentra en el propio Cerro de la Encantada.
Foto: ciudad-real.es |
Fuente: turismocastillalamancha.es
La Motilla de La Encantada se encuentra en un cerro a casi 800 metros de altura, una posición estratégica sobre el valle del río Jabalón y los pasos naturales con la Sierra de Alcaraz y los que conducían a Sierra Morena, a través del Valle de Alcudia.
En él existe un templo de carácter funerario de la Edad del Bronce y fue hábitat, necrópolis y construccion defensiva, formada por una importante muralla con bastiones. Ofrece la particularidad, en relación con las demás motillas, de su situación topográfica y presentar enterramientos rituales y ajuares muy variados. Entre el abundante material arqueológico que ha aportado pueden citarse diversos recipientes cerámicos, hachas pulimentadas, brazaletes de arquero y colgantes, botones, puntas de flechas y puñales de bronce. A este poblado de altura se le ha relacionado con una economía de carácter ganadero y pastoril, también con vinculación a la minería y al comercio.
El típico caso de En casa del herrero, cuchara de palo. Lo tengo al lado y aun no lo he visitado...
ResponderEliminarY saludos, que hace años (pero te sigo por twitter ;) )
Qué alegría verte de nuevo por aquí, Pichuneke. Sí, esas cosas a veces pasan, que teniendo algo cerca se tarda en conocer.
ResponderEliminarMe alegro de que me sigas por ahí, amigo, aunque a veces tengo tanto el twitter, como el facebook, un poco abandonados.
Saludos también para ti.
Bueno, soy como el Guadiana, me gusta asomar aunque sea de higos a brevas :)
Eliminar¡Por lo menos que sepas que te leo!
Abrazo.
Pues con eso ya me doy más que por contento, aunque agrada mucho verte por aquí cuando te dejas caer. Buen símil el de vuestro río paisano.
EliminarOtro abrazo para ti.
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