Foto: desdeSoria.es |
Fuente: Gargoris y Habidis - Fernando Sánchez Dragó
...queda al menos un lugar de España, y hay seguramente otros, donde todos los años se celebra por carnaval un taurobolio incuestionable, aunque algo recortado por la comicidad, que es miseria de estos tiempos. La cosa sucede en el pueblo soriano de Abejar y no con un bicho de carne y hueso, que saldría caro, sino con uno de esos vacos o vaquillas de cartón piedra que esconden chavales en la bariga y animan el cotarro lugareño con sus arrancadas antes de morir en el fuego o a jirones por cualquier cuneta. El pelele de Abejar se llama la Barrosa y tiene bula para hacer lo que le venga en gana, así sea sacar a empellones de la iglesia al mismísimo párroco cuando oficia misa mayor o embestir al alcalde mientras con sayuela adamascada preside el capítulo del Ayuntamiento. Al terminar el antruejo se degüella simbólicamente al simulacro, pellejos de vino tinto se vacían sobre su lomo y el mocerío, hacinado bajo los tablones, bebe lo que puede poniéndose perdido. Una vez apuntillado el dios, empieza la cuaresma.
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