Volvemos a Galicia para citar, de nuevo, una leyenda antigua relacionada con el acto de cruzar un río y que fue, además, recogida por Tito Livio. Este río fue conocido como río del Olvido -el río Limia- pues se decía que quién lo cruzaba perdía la memoria. El protagonista de esta aventura es el cónsul Décimo Junio Bruto, conocido como El Galaico, que en una campaña en Lusitania, marchó más tarde hacia el norte, a tierra de galaicos, hasta que llegaron al río que denominaron Oblivio o Lethe (del Olvido), el actual Limia, donde su tropa se negó a avanzar, por lo que, Décimo Junio Bruto lo cruzó para después llamar uno a uno a sus hombres demostrando que no había perdido la memoria. Eso sí, según nos cuenta Tito Livio, cuando el cónsul vio al Sol ponerse en el océano, se llevó un gran susto, creyendo que caía sobre él un castigo por su osado acto. Dejando al margen esta graciosa ingenuidad poco creíble, lo que no parece quedar muy claro es si ésta fue una superstición fruto de las creencias propias de la legión romana, por identificar dicho río con algún mito propio de su cultura grecorromana, o era mitología propia de los nativos del lugar, siendo conocida después in situ por la tropa de Décimo Junio Bruto.
Tapiz de Almada Negreiros que recrea este episodio
*Fuente: José María Blázquez, La religiosidad de los pueblos hispanos vista por los autores griegos y latinos
En Galicia había un río, el actual Limia en Orense, del que se decía que el que lo atravesara perdía la memoria. Décimo Junio Bruto fue el primero que lo atravesó con su ejército, cuando marchaba contra los galaicos (137 a. de C.):
Decimus Iunius Lusitaniam expugnationibus urbium usque Oceanum perdomuit et cum flumen Obliuionem transire nollent raptum signifero signum ipse transtulit et sic ut transgrederentur persuasit. (Liv., Per. 55).
El paso del río del Olvido, traducción latina de la palabra griega Αήθη, por D. I. Bruto, es citado por varios autores de la antigüedad; así por Plut. Quaest. Rom., XXXIV, Pap. Oxyrh. del año 137 a. de C. y Floro I 33, 12. Este historiador añade que cuando el general advirtió que el sol caía en el Océano y sus fuegos se apagaban en las aguas, se echó a temblar, creyendo haber cometido un sacrilegio. El sacrilegio se refiere probablemente al paso del río del Olvido: cf. Plin., NH IV 115; Sil It. I 235-36; XVI 476-77; Sal., Hist. III 4.
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