Una vez más nos acercamos a Galicia, una de las tierras peninsulares que quizás más número de manifestaciones en forma de tradiciones y leyendas haya conservado. El gran Leite de Vasconcelos recogió una curiosa tradición practicada al cruzar el río Miño, a la altura del concello de Arbo, que bien pudiera ser una reminiscencia de esos cultos ancestrales relacionados con el agua. El más emblemático de los ríos gallegos fue morada para feiticeiras, xarcos e, incluso, hombres-pez, personajes mitológicos propios del acervo cultural gallego, además de curiosas leyendas como la que hoy recogemos.
El río Miño a su paso por Arbo
*Fuente: Alfredo Orte, rutasyleyendas.com
Leite de Vasconcelos apunta que esta superstición o creencias en relación a las corrientes fluviales ha permanecido viva en el inconsciente colectivo de buena parte de la fachada atlántica; así las personas que cruzaban el río Miño por la pedanía gallega de Arbo, debían llevar una piedra en la boca para no hablar mientras lo cruzaban, pues era bien sabido que “falar provocaría a saída de espíritos sobrenaturais, habitadores da água”.
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Gracias, te he echado de menos.
ResponderEliminarJulián
Gracias a ti, Julián, y encantado de poder encontrarme por aquí con personas como tú, con quien compartir esta afición
ResponderEliminarHice un comentario y no salió... ¿? Es muy curioso lo que cuentas, y a buen seguro a muchos dentistas les gustaría que se recuperara esa tradición de meterse piedras en la boca al cruzar un río, una carretera, la calle...
ResponderEliminarSí, al correo electrónico sí me llegó, pero luego no aparecía aquí, pensé que lo habías eliminado tú, éste era:
ResponderEliminar"Que curioso el dato. Y que antihigiénico, jajaja."
Los dentistas iban a estar encantados, sí señor jaja