En este bonito templo románico del valle de Amblés en la localidad de Narros del Puerto, situado sobre lo que fue un antiguo templo romano, según se dice -y quién sabe si sobre otros santuarios anteriores, pues la existencia del culto prerromano sobre el que hoy hablamos bien puede constituir una prueba al respecto-, se encuentran sendas aras dedicadas a una divinidad, posiblemente de origen vetón, la diosa Ilurbeda, que ha sido documentada en otros puntos, todos ellos prácticamente alrededor de la Sierra de Gredos, con lo que se ha pensado que bien pudo ser la personificación de esta cordillera o, en su caso, de los distintos pasos o caminos que la cruzan, pues los distintos testimonios se han dado en muchos de estos puntos.
Es mucho lo que se desconoce y, por tanto, lo que se especula sobre el origen, tanto desde un punto de visto etimológico como etnológico, de esta divinidad a la que se otorga naturaleza femenina. En concreto, la raíz Ilur, tiene un marcado tinte ibero, por lo que dicho teónimo pudo ser una aportación foránea, pero ésta sólo ha dejado huella alrededor de este territorio, lo que por otra parte parece dar a entender que pudiera ser una divinidad local dentro de este concreto ámbito territorial.
Hemos comprobado la existencia de una ficha en wikipedia, por lo que traemos unas cuantas líneas de la misma como fuente en el día de hoy.
Los recientes hallazgos abulenses (Rodríguez-Almeida, 2003)(Hernando y Gamallo, 2004) no sólo refuerzan la presencia de Ilurbeda en el ámbito vetón, sino que amplían notablemente su ámbito de dispersión, constituyendo los testimonios más orientales de un culto cuyo centro originario se venía situando en territorio salmantino, y por tanto, confirmando el caracter supra-regional de esta deidad. Sin embargo, desde el punto de vista lingüístico-etimológico, los dos elementos en los que tradicionalmente se viene descomponiendo el teónimo (Ilur-, -beda), parecen situar el origen de la divinidad lejos del territorio vetón, pues se han explicado a través del vasco, el aquitano, el ibérico o el protocéltico, remitiendo, en consecuencia al sector Noreste de la Península Ibérica.
Del análisis de la dispersión geográfica de las epigrafías encontradas, (Hernando, 2005) pone de manifiesto dos hechos: primero, que todos los testimonios han aparecido en un mismo contexto, la montaña, en las sierras que de Este a Oeste conforman el Sistema Central; segundo, que en buena parte están especialmente bien emplazados desde el punto de vista de las comunicaciones, cerca de los pasos que permiten franquear sus respectivas montañas. Por ello, Ilurbeda podría explicarse, siempre según Hernando, bien como una divinidad relacionada con la montaña, entendida ésta en sentido amplio, bien como una divinidad relacionada de modo específico con los pasos o caminos de montaña, una divinidad a la que se invocaría para asegurar el tránsito de personas y ganados por un paso o puerto difícil.
(Wikipedia)
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