En la Sierra Falconera, no lejos de la Cova del Parpalló de la que ya hemos hablado por aquí en más de una ocasión, se encuentra la Cova de les Meravelles, un nombre que se repite, pues no lejos tampoco, cerca de Alcira, hay otra con la misma denominación. Nuestra protagonista de hoy se haya muy cerca del eremitorio de Marxuquera, en un paraje de maravillosas vistas sobre el valle y las montañas que rodean a esta cueva. En esta cueva, además de grabados y pinturas del Paleolítico Superior -en concreto cuatro figuras, siendo la más importante el grabado completo de un caballo-, se han hayado monedas de época íbera -de ceca celtíbera- y romana, junto con restos de cerámica, que hacen especular con su posible uso ritual a finales del I milenio a. C. y principios del I d. C. La fuente que hoy traemos son unas líneas de Desireé García Espinosa, recogidas en un estudio de 2004 pertenecientes al Archivo de Prehistoria Levantina de Valencia.
Serra Falconera, donde se haya la Cova de les Meravelles
El grupo de monedas, junto con los materiales asociados, podría estar indicando que el lugar pudo ser utilizado como santuario de culto desde época ibérica, dada la presencia de cerámica y fragmentos de piezas consideradas votivas, como torsos o piernas, y otros de estatuillas
cerámicas de datación claramente ibérica; al igual que estos materiales, las lucernas y las monedas indicarían que durante la romanización la cueva también pudo ser utilizada con el mismo fin. La moneda es un elemento relacionado, en muchas ocasiones, con el culto a divinidades ctónicas, y en especial a aquellas relacionadas con los ciclos agrícolas y las aguas. Es bien sabido que en Hispania los romanos hicieron uso de las monedas para hacer ofrendas a divinidades acuáticas o ninfas, sobre todo en lugares en los que se localizan fuentes termales. Su presencia en manantiales, santuarios u otros lugares de culto, se debe a que fueron depositadas intencionadamente con el fin de realizar una petición a los dioses o por agradecimiento a una petición concedida, pero tampoco debemos olvidar que en estos lugares las pérdidas casuales también son muy frecuentes.
[...]...dadas las condiciones en las que se encontraron las monedas, es difícil establecer una relación de las mismas con algún tipo de culto. No se puede relacionar con ninguna divinidad concreta por el mero hecho de desconocer qué actividades rituales se podían llegar a realizar, y tampoco se puede relacionar con ningún contexto funerario ya que en la cavidad no existen indicios de enterramiento. La posibilidad de que se realizara un culto y ritual relacionado con divinidades acuáticas no parece probable, ya que este hecho debería estar estrechamente vinculado con algún tipo de manantial subterráneo o fuente natural, y de momento se carece de información que atestigüe la existencia de aguas subterráneas. Por todo ello, parece posible que este modesto conjunto sea fruto de simples ofrendas de las personas que visitaron la cavidad, de pérdidas casuales en el transcurso de la visita o de las actividades llevadas a cabo en su interior, y que al fin y al cabo, mantuvieron vivo el lugar con una misma finalidad, la expresión de una actitud piadosa que pudo llevar parejala donación, la cual implica una petición a nivel privado.
(Hallazgos monetarios en la Cova de les Meravelles, Desireé García Espinosa)
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