viernes, 8 de mayo de 2009

Martorell, Segovia, Tarragona y el mismísimo Diablo

Desconozco el origen de estas leyendas que atribuyen la construcción de estas obras relacionadas con el agua, ya sea para conducirla o para sortearla, no a los romanos, sino al mismísimo diablo. Paracen hundir sus raíces en el mismísimo medievo, pero quién sabe si fueron los propios románticos, tan amantes de aquellos tiempos, los creadores de dichas historias.Es curioso que la temática se repite, al menos en estos tres ejemplos:

El Pont del Diable de Martorell












Cuenta la leyenda que una anciana pasaba cada tarde por el puente para traer agua de una fuente que había al otro lado del río Llobregat. Un día el río se desbordó y se llevó el puente, con lo que la mujer se quedó sin su habitual paseo y sin agua.
Aquella noche, el diablo se apareció a la pobre mujer y le propuso reconstruir el puente, con la condición de llevarse el cuerpo y alma del primero que pasara por él. La anciana aceptó, y el propósito del diablo era acabar el puente antes del amanecer.
Al día siguiente, cuando la anciana se disponía a cruzar el río, el puente ya estaba construido. Pero he aquí que la mujer, antes de poner su pie sobre la nueva obra, soltó un gato para que pasase delante de ella. Ante este ardid, el diablo tuvo que llevarse al gato, en cuerpo y alma, y dejar tranquila a la pobre mujer, que siguió con su habitual costumbre, feliz por haber devuelto el puente a la población. Desde entonces al puente se le llama EL PONT DEL DIABLE.
(martogat.galeon.com)

La Leyenda del Acueducto de Segovia













Cuenta una leyenda que el acueducto no es de origen romano, sino producto del demonio. Una criada que servía en una casa de un rico lugareño, cuya casa miraba desde lo alto a la plaza de Azoguejo, tenía como misión trasladar cada día el agua fresca del río para uso y disfrute del señor. La faena era tremendamente penosa, tanto por la distancia como por las cuestas que había hasta llegar a la casa. Así iba desgastando su energía la muchacha día a día, sabiendo que al día siguiente le esperaba el mismo calvario. Como necesitaba el dinero, no podía abandonar el trabajo. Un día, se derrumbó de auténtico cansancio y desesperación antes de llegar a la casa. Tanto fue su desespero, que aun siendo una buena muchacha, entre lágrimas invocó al diablo ofreciéndole su alma con tal de no tener que ejercer nunca más faena tan penosa. El diablo raudo y veloz, como si hubiera leído su pensamiento se presentó ante la joven para aceptar el trato. La joven lanzó su propuesta y le dijo: “Si eres capaz de hacer algo para traer el agua del río justo a la casa de mi señor y librarme de esta agonía antes de que salga el sol y cante el gallo, te entregaré mi alma para siempre”. El diablo aceptó el trato pero hizo firmar a la muchacha un pacto de sangre allí mismo. Contento por poder contar con un alma más, se esfumó antes de que la joven se diera ni cuenta. La muchacha se arrepintió enseguida de lo que había hecho, pero se tranquilizó pensando que seria imposible que el diablo cumpliera su promesa en una sola noche, así que terminó como pudo su jornada y se fue a su casa a descansar, aunque no pudo conciliar el sueño. Cuando cayó la noche, una gran tormenta asoló la ciudad. Solo la muchacha sabía que no era un simple tormenta, si no el mismo diablo cumpliendo lo que ella le había pedido. Se asomó a la ventana y pudo contemplar como miles de diablos estaban trabajando en la construcción del acueducto. La muchacha entonces se dio cuenta de que estaba perdida y rezó y rogó pero nadie le contestó. La obra siguió durante toda la noche hasta que solo quedaba una piedra por poner. El diablo agradeció a todos sus maléficos ayudantes su colaboración y entre bailes y risotadas se encaminó hacia el último hueco que quedaba sin prisa, sabiéndose ganador. De pronto, sonó un gallo y el diablo paró en seco desconcertado. Un rayo de luz se anticipó a la noche y el diablo no había colocado la última piedra... Indignado, se fue, dejando atrás la grandiosa obra casi terminada y el alma de la muchacha libre. La joven arrepentida corrió hacia la iglesia para confesar al sacerdote lo que había ocurrido y éste, convencido de que había sido un milagro que la muchacha escapara de las garras del diablo, ordenó colocar una imagen de la Virgen y de San Esteban en el hueco de la piedra.
(Wikipedia)


"Pont del Diable" o "Acueducto de les Ferreres" es un acueducto romano situado en las afueras de la ciudad de Tarragona.

4 comentarios:

  1. excelente blog, muy buenas fotos

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  2. Muchas gracias, pero las fotos no son mías, las he tomado "prestadas" de la red, espero que a sus dueños no les importe, yo no saco nada con ellas, sólo la satisfación de hacer este humilde blog.
    Un abrazo y gracias por tu comentario

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  3. En realidad también se le atribuye ese nombre por el hecho de que la construcción misma del acueducto es como de magia negra, los bloques de piedra están montados unos sobre otros por pura gravedad, sin ningún aditivo que los una y el hecho de que se mantenga hasta la actualidad es como de brujería, también porque en esa parte de España no ocurren temblores se ha conservado hasta ahora

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  4. bueno yo no creo en la magia negra pero en las hadas si pero estan bonitas tus fotos

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