En el término municipal de Carrascosa de la Sierra, pero más cerca del casco urbano de Castilfrío de la Sierra, encontramos el Dolmen de Alto de la Tejera; en concreto, en tierras sorianas de la Comarca de Almarza. El dolmen, pese a no ser muy llamativo a la vista, ya que ha sufrido un gran expolio, durante siglos, para la reutilización de sus piedras, sí tiene un alto valor, no sólo para el territorio comarcal, sino en cuanto a la propia demarcación provincial o del Alto Duero, dado que es el único monumento de este tipo que se conoce en todo aquel territorio. Fue descubierto, para el estudio científico, en 1985 y se le estima una antigüedad de entre 4000 y 5000 años.
Fotografía: arkeologica.blogspot.com |
Fuente: Cartel explicativo situado junto al dolmen
Los dólmenes eran monumentos funerarios colectivos destinados a los miembros de un grupo humano, que comenzaron a construirse en el occidente europeo en el IV milenio a. C., continuando su utilización sistemática hasta comienzos del II milenio a. C.
Actualmente se piensa que estos monumentos, además de un fin funerario, tenían un fin social, al ser el único punto fijo de referencia e identificación del grupo humano, sin asentamiento fijo, que lo realizaba, así como la realización o marca del dominio territorial que éste ejercía sobre la zona circundante.
Este dolmen presenta escasa altura, poco más de 1 m., con unas características de construcción y solución de problemas técnicos que tuvieron que supeditarse al tamaño de los bloques y características de resistencia y fragmentación que presenta la arenisca cementada de esta zona.
Consta de una cámara circular, destinada a los enterramientos, de unos 3,8 m. de diámetro, formada por seis grandes bloques de piedra dispuestos verticalmente (ortostatos), algunos con más de 2 m. de largo. La cubierta, ahora desaparecida, debió realizarse con grandes lajas de piedra, y a ella deben corresponder algunas halladas fuera de la cámara y otra caída en su interior.
A la cámara se accedía a través de un pasillo o corredor, a veces ligeramente entallado en el manto natural de unos 0,70 m. de ancho y 5,30 m. de largo, construido a diferencia de la cámara con piedras de proporciones reducidas. La entrada al corredor estaba tapada por una gran laja de 1,06 m. de alto y 0,72 de ancho, recortada semicircularmente en su parte superior. El monumento se rodeaba y cubría con un túmulo o amontonamiento circular de piedras y tierra de unos 18 m. de diámetro.
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