Esta iglesia se encuentra en la freguesía de Duas Igrejas, en el concejo de la famosa y bella población de Miranda do Douro, en el Trás-os-Montes, antigua tierra peninsular de influencia asturleonesa. El nombre de Duas Igrejas, precisamente, se debe a la existencia de lo que sería la iglesia parroquial, propiamente dicha, de esta población, situada, como es normal, en el caso urbano, y la que es nuestra protagonista de hoy, a las afueras, en campo abierto.
Nossa Senhora do Monte -Duas Igrejas- Foto: Google Maps |
A priori no son muchos los indicios históricos que nos puedan hacer pensar que estemos ante un antiguo lugar de culto, más allá de esa combinación entre un elemento sagrado dentro del cristianismo, como es el culto a la Virgen, que ya de por sí, muchos autores relacionan con antiguos cultos a la Tierra o a la Madre Tierra, como se la suele denominar por otros muchos, y un monte o montaña, que ya conocemos que constituye uno de los elementos naturales, junto a otros, más sacralizados en la antigüedad; pero decimos que no son muchos los indicios históricos, en un principio, pues si tratamos de extraer información sobre la existencia de la construcción de la iglesia y del propio pueblo al que pertenece, vemos que la Iglesia de Nossa Senhora do Monte es de mediados del siglo XX y el pueblo no va más allá del siglo XVIII; esto, unido a que la ubicación del santuario no es un monte verdaderamente de entidad, de los que suelen tener, en muchos casos, incluso forma piramidal, y que solían ser muchos de ellos sacralizados desde tiempos prehistóricos, nos podrían haber hecho descartar la verdadera existencia de esta simbiosis sacra mencionada al principio de esta entrada. Si finalmente no hemos descartado esto, es porque hemos comprobado que existe una romería, de gran devoción no sólo en Duas Igrejas, sino en todo el entorno, que se celebra a mitad de agosto en este santuario, además de la orografía del lugar, con un espacioso llano, tan común en otros antiguos lugares de culto y de reunión. Los datos históricos no invitan a decantarse claramente por esta posibilidad, pero, por otro lado, creemos que una romería de tal devoción, difícilmente se puede remontar a poco más de dos siglos, aunque, nunca se sabe. Aunque así fuera, estaríamos, evidentemente, ante lo que sería la repetición de un patrón muy habitual en estos sincretismos que tanto nos gusta traer al blog y, ya sólo por eso, merecería, igualmente, ocupar un espacio en esta recopilación de antiguos lugares sacros de la Península Ibérica.
Queda abierta, por tanto, en este sentido, la puerta a la especulación en relación a este lugar.
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