Lo que no sabemos es si ha sustituido a alguno anterior, que pudiera haber sido árbol de concejo y ser verdaderamente el que se incluye en el escudo de la localidad, pero independientemente de ello, es más que evidente que estamos ante un heredero de aquel respeto reverencial, proveniente de tiempos ancestrales, que recibían estos ejemplares y que, afortunadamente, suponen una excepción al poco respeto por el medio natural existente en el mundo contemporáneo, por mucho que el orden instituido, culpable de su devastación, se autoproclame protector de lo natural. La parte negativa, es la dificultad que tiene para su desarrollo en el medio artificial en el que se halla, puesto que sus ramas encuentran, como obstáculo, los edificios adyacentes, incluida la iglesia parroquial, lo que supone otro encuentro más entre árbol y santuario.
Foto: arvores-do-norte.blogspot.com |
Fuente: arvores-do-norte.blogspot.com
Está protegido por una baranda, flanqueada por un banco donde podemos sentarnos disfrutando de su sombra. Tiene un letrero colgante, con una prosa poética alabando al Árbol, que marca su centenario (1856-1956). Se dice en Alijó que las raíces del plátano se extienden por todo el subsuelo alijoense, llegando a más de 500 metros.
La mayor limitación del árbol son los edificios adyacentes, la iglesia principal y la vivienda, que entran en conflicto con las ramas del plátano. La compactación no será insignificante ya que hay tráfico de automóviles y estacionamiento alrededor del árbol.
Foto: Cartel de la Asociación Cultural El Plátano de Alijó |
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