Uno de los símbolos más importantes -seguramente el que más- de lo que conocemos a día de hoy como Asturias, cuyo barniz, actual, cubre lo más profundo y oculto de su esencia ancestral o pasado prerromano, es la famosa Cruz de la Victoria. Tanto es así, que forma parte del escudo y de la bandera de Asturias. Esta cruz latina que se halla en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, hecha de metales y piedras preciosas, como el oro o la gema, recubre una cruz de madera que la tradición dice fue utilizada por Don Pelayo en la famosa batalla de Covadonga. Posteriormente se ha sabido, por un análisis reciente, que la madera de la cruz no es de la época de Don Pelayo, sino más bien de la de Alfonso III el Magno, del siglo X, o lo que es lo mismo, de dos siglos después.
Pero, lo que queremos remarcar es el tipo de madera que lo compone, que no es otra, que la madera de roble. Ya sabemos el carácter sagrado que este árbol tenía para los antiguos celtas, grupo de pueblos en el que se encuadraban también los antiguos astures, con lo que, a pesar de los muchos siglos transcurridos entre éstos y la época del propio Alfonso III el Magno, queríamos hacer constar, por nuestra parte (otros muchos lo habrán hecho con anterioridad, evidentemente, aunque lo desconozco) la posible conexión entre el carácter sagrado del roble y la propia Cruz de la Victoria, pues es posible que esa antigua sacralidad se hubiera transmitido al periodo cristiano, en lo que sería un curioso sincretismo.
Se puede decir, en contra, que esto quizás sea pura casualidad, a pesar de que también se afirma que las casualidades no existen, pues estamos ante un árbol muy abundante, por no decir casi que dominante, en la zona, pero, a pesar de la gran consistencia de esta objeción que se pudiera oponer, lo que es cierto es que está hecha de madera de roble y no de la cualquier otro árbol. Con lo que, desde éste, mi humilde espacio, ahí lanzo mi hipótesis.
Reproducción de la Cruz de la Victoria en el famoso puente de Cangas de Onís - Foto: Wikipedia |
Fuente: Wikipedia
Según refiere la tradición, la cruz de madera que se encuentra en el interior de la cruz de la Victoria fue la que el rey don Pelayo enarboló en la batalla de Covadonga, librada en el año 722, en la que las tropas asturianas derrotaron a las musulmanas. No obstante, dicha tradición, que no fue recogida por los eruditos hasta el siglo XVI, ha sido desmentida recientemente por los arqueólogos César García de Castro Valdés y Alejandro García-Álvarez del Busto, que han demostrado, basándose en la prueba del Carbono 14, que la cruz de madera que se encuentra en el interior de la cruz de la Victoria procede de un árbol talado durante el reinado de Alfonso III el Magno, y no de la época de don Pelayo, primer rey de Asturias.
Argantonios, hipótesis nada descabellada la que planteas, dada la sacralidad que tenía el roble para los celtas, como bien dices, legada seguramente al mundo cristiano posteriormente.
ResponderEliminarEn su fabuloso libro "El alma de los árboles", Miguel Herrero ya menciona el carácter mágico del Carbayón de Valentín, en Tineo. Donde según la tradición, la protección de las xanas hacen que se torne invisible cuando se acerca un leñador. Me ha parecido una leyenda muy bonita, que da idea de la importancia del carbayu en la cultura asturiana.
Un abrazo, amigo.
Me alegro de coincidir contigo, entonces, Miguel, en cuanto a esta especulación. Está claro que la iconografía cristiana está llena de reminiscencias anteriores.
ResponderEliminarGracias por la referencia que haces al Carbayón de Valentín, en la obra de Miguel Herrero. Tengo el libro, ya hace un tiempo, dedicado por él, además, a quien tuve el gusto de conocer en Las Hurdes, en una reunión que organizó Félix Barroso, pero aún no lo leí, con lo que trataré de localizar esa bella referencia que hace a ese roble.
Otro abrazo, amigo, y encantado como siempre de charlar contigo por aquí sobre estos asuntos que tanto nos gustan.
No sabes que envidia me das. Miguel Herrero Uceda es la persona que más sabe de árboles en España.
EliminarSeguramente le puedas conocer en alguna de sus charlas o actividades que realiza sobre los árboles. Recita también, junto a sus hermanos (principalmente junto a su hermana) dichos y cantares de la cultura popular extremeña. A ver si alguna vez pasara por tu zona y te pudieras acercar a verle.
EliminarNo hay que olvidar que la batalla de Covadonga es muy posible que se produjera en Cillaperlata, Burgos. Parece ser muy fantástico todo lo relacionado con los moros y Asturias
ResponderEliminarGracias por la puntualización, muy interesante.
EliminarUn saludo.