Nos acercamos a
Cuevas de San Marcos, en la
comarca de Antequera. Allí, en la
Cueva de Belda se halló un
Ídolo oculado que ha sido adscrito al periodo
Calcolítico. Según se dice, podría estar representando a una deidad, posiblemente relacionada con el culto a la fertilidad, pues nos encontramos en un periodo en el que el ser humano ya vivía de forma sedentaria, practicando la agricultura, con lo que no sería, en un principio, descartable dicha posibilidad. Igualmente se dice que podría haber sido un
amuleto-protector, pero ya sabemos que sobre creaciones de este tipo, procedentes de la
Prehistoria, es muy poco lo que sabemos, aunque, quizás, no se encuentren lejos de la realidad todo este tipo de especulaciones. Sólo sus creadores, y las gentes que lo poseyeron, lo saben.
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Foto: cuevadelapileta.blogspot.com |
Fuente: ceres.mcu.es
Ídolo-placa de falange con forma bitriangular, simulando una figura femenina, resaltando elementos de este sexo, como la presencia de protuberancias a modo de los senos de la mujer y en la parte media-inferior en forma de triángulo invertido, el pubis de la mujer. En la cara anterior presenta incisiones en forma de ondas simulando los ojos. La cara anterior y laterales están pulimentadas y grabadas con un objeto punzante. Se puede apreciar un ojo completo, con la pupila marcada por un punto central, y parte del otro; a su alrededor, unas finas incisiones representan las pestañas. Debajo de cada ojo cuatro líneas onduladas en la parte inferior, más gruesas, señalan la zona del triángulo sexual.
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Foto: ceres.mcu.es |
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