Seguramente, el culto a este árbol -a los morales y moreras- hunda sus raíces -nunca mejor dicho- en tiempos mucho más lejanos que el propio medievo.
Moral de Palacios del Arzobispo - A.A.Glez. |
Fuente: Intervención de Raúl Tapia en El bosque habitado
En la frontera entre Salamanca y Zamora, porque estamos justo en la linde, en la separación de una provincia con la otra, y hasta la raya con Portugal, la mayor parte de los pueblos presentan moreras en sus plazas. Son moreras en torno al siglo XVII y XVIII, tienen todas edades muy semejantes y es un continuo, es una línea y Abella (Ignacio Abella) planteaba el poder mapear, en un momento dado, la Península y ver donde se establecían esas líneas, es decir, donde podíamos ir uniendo morales, moreras que estuvieran en plazas, en lugares públicos, con este concepto de árboles de juntas, de árboles vecinales.
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