Hoy volvemos a una zona rica en este tipo de testimonios, pues son muy abundantes los roquedales de granito con huellas de antiguos moradores en lo que fue territorio vetón. Además retornamos al Cerro del Berrueco, de muy rica arqueología, para dejar constancia de nuestro protagonista de hoy, del que todo parece indicar que fue un antiguo altar rupestre, pues resulta muy complicado encontrar un significado funcional a las huellas humanas que en él se encuentran en forma de peldaños y piletas y que tanto nos recuerdan a otros altares rupestres, unos cuantos de ellos bastante cercanos a éste. El lugar es conocido como La Atalaya, una elevación de forma más o menos piramidal que se eleva al sureste del Cerro del Berrueco.
*Fuente: J. Francisco Fabián García
...se encuentra dentro del complejo arqueológico del Cerro del Berrueco, suficientemente conocido en la bibliografía desde principios del s. XX. Dentro de una superficie de 8,7 km², presidida por una elevación principal – El Berrueco – y otra menor y adyacente – El Berroquillo – se conocen repartidos por diferentes puntos un total de 8 yacimientos arqueológicos de entidad, cuya cronología va desde el final del Paleolítico Superior hasta la época tardorromana y visigoda.Uno de esos lugares donde se encuentra cerámica fragmentada en cantidad aceptable, sin que se pueda decir nada muy seguro, es La Atalaya, una elevación de forma cónica que se alza en la ladera sureste del Berrueco, en la transición hacia las mesetasque la rodean. Constituye La Atalaya, como es común a todo el Cerro del Berrueco, una amalgama de bloques graníticos apiñados de todos los tamaños, que dan al paisaje una singularidad muy especial, constituyendo una elevación muy evidente desde el SEy el sur, dominando visualmente – como su nombre bien indica – todo el entorno, desde una diferencia de altitud de unos 230 m aproximadamente. La Atalaya culmina en una gran ›bola‹ granítica, destacada y evidente, que se eleva entre 10 y 15 m dependiendo del punto desde donde se mida. Inmediata, al lado de su base por el sur y de alguna manera protegido por la gran roca culminante, está el altar rupestre. Lo constituyen tres elementos: una roca con escaleras talladas, un abrigo yuna roca con cazoletas, los tres independientes pero inmediatos y formando un conjunto por su proximidad.[...]Interpretar este lugar resulta obviamente difícil. Si podemos considerarlo relacionado con la ritualidad, no es por otra cosa que porque no se le advierte ninguna posibilidad funcional, básica y cotidiana. Por otro lado, en el punto en que está enclavado, poco o nada puede hacerse dentro de las actividades habituales relacionadas con la producción o transformación de materias primas, sobre las que una de las primeras dificultades, en el caso de haber sido así, hubiera sido llegar hasta el sitio por el lado más fácil, desde el noroeste, teniendo que portar el tipo de elemento o materia a manipular, ya que una roca tapona el paso cómodo hasta el altar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario