lunes, 16 de febrero de 2015

Los Cucurrumachos, Navalosa

Estamos en Carnaval y cómo tal, había que traer un nuevo vestigio que muestre, más claramente, la ancestralidad de este antiguo festejo. Así, en el pueblo de Navalosa, en la vertiente meridional de la Sierra de Gredos, se celebra un carnaval conocido como Los Cucurumachos. En él aparecen muchos símbolos recurrentes en muchas de estas celebraciones y otros más específicos de esta celebración en concreto: el chopo en la plaza, con todo el simbolismo que el árbol encierra desde tiempos inmemoriales, las danzas en círculo alrededor de él, la lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, el huevo y su significado de fecundidad, esa misma que traerá en no mucho la primavera, además del personaje del vaquilla -el cuerno y la vaca, abundancia y fecundidad- fallece como si de un don carnal se tratara y su sacrificio será el que aplaque a los malos espíritus del inverno para que el círculo de la vida, el de la Naturaleza, sigan su curso.
Los carnavales, en origen pues, no son otra cosa que una fiesta más invernal de víspera o de celebración del resurgir de la Naturaleza que se avecina con la tan ansiada estación primaveral.

Los Cucurrumachos - Foto: 20minutos.es

*Fuente: asalvodelolvido.es

El pueblo es pequeño y apenas nos encontramos por la calle más que con algunos fotógrafos tan perdidos como nosotros.  Después de un rato en el bar me cruzo con Felipe,  un fotógrafo del pueblo que no sólo me cuenta en que consiste la fiesta si no que además me invita a unas deliciosas patatas revolconas y me presenta a su sobrina, que ese año se vestía de cucurrumacho y que me permitieron aprender un montón de la fiesta. Aunque vive en Madrid espera impaciente el domingo gordo para vestirse de Cucurrumacho porque es algo muy especial y “para apoyar a los quintos”. Este sábado de carnaval los quintos pondrán el chopo en la plaza, listo para “el domingo gordo“. Será el domingo el día que el  carnaval sea el protagonista en Navalosa, con una clara escenificación de la lucha entre “el bien y el mal” los “quintos guapos” a cara descubierta lucen sus mejores galas, los cucurrumachos vestidos con huesos, pelo, ropas enormes y mantas bingueras.
Desde la dictadura de Franco, los cucurrumachos se visten con ropas prestadas y no hablan para evitar que alguien les pudiera reconocer y delatarles cuando el Carnaval estaba prohibido.
Durante la mañana del sábado los quintos recorren el pueblo pidiendo un aguinaldo a todos los vecinos, que suele ser en forma de comida, especialmente en huevos.
Después de comer, cerca de las cuatro y media los “quintos guapos” entrarán por un lado a la plaza y por el otro los cucucurrumachos, con su silencio diabólico.
Una vez todos en la plaza, se hacen dos o tres círculos alrededor del chopo  y desde el ayuntamiento se leen unas “coplas” que se paran para decir “una vueltecita y un trago” y los círculos giran el silencio en torno al chopo.
Terminadas las coplas se procede a la lectura de lo recogido por los “quintos guapos” provocando gran ovación el número de docenas de huevos recogidas.
Dos tiros al aire simbolizan la muerte “del vaquilla” , que se tira al suelo escenificando su muerte.
El vaquilla uno de los quintos elegido al azar y que parece un vestigio de otro tiempo aunque se haya perdido el ritual que los suele acompañar. Muerto el vaquilla empieza el baile. El baile de los tiempos. El bien y el mal.


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