lunes, 30 de diciembre de 2019

La Viejanera, Sopenilla-San Felices de Buelna

Nos acercamos al fin del presente año. El menos prolífico desde que empezó, hace más de diez años, la andadura de este blog, por hechos ajenos a nuestra propia voluntad. Esperamos que el nuevo nos permita estar más activos. Adentrándonos en el tema tema de hoy, precisamente traemos una representación que se daba en la fecha de fin de año en bastantes pueblos de la actual Cantabria. Hoy hablamos de La Viejanera de Sopenilla, pueblo del municipio de San Felices de Buelna. No hay error en la transcripción del nombre del festejo, pues, pese al parecido en el nombre, no estamos hablando del famoso festejo de la Vijanera, de Silió, del que ya hemos hablado en este blog en más de una ocasión, sino de La Viejanera, pues una vieja es el personaje tenebroso que anunciaba un ser, al que había que entregar un nabo, si no querían los niños que acudiera la Vieja tenebrosa -La Viejanera-. Así lo contó, recientemente, una señora de ochenta y ocho años de edad a los integrantes del programa radiofónico Cantabria Oculta, del que hemos extraído más información en otras ocasiones. Aparecía un señor, con un amplio sombrero de paja y un pañuelo que le cubría el rostro, portando un caldero, el cual removía y golpeaba con lo que Pilar, que así se llama la señora, decía ser un palo. Éste anunciaba la llegada de la Viejanera, si no se le entregaba un nabo. Vemos una vez más a este tubérculo, como símbolo, a buen seguro, de fertilidad, recordándonos, en cierto modo, aunque en un contexto diferente, pues no se arrojaba, al Jarramplas de Piornal, en la comarca extremeña de La Vera. Estamos en el periodo en el que comienzan las mascaradas invernales, que tanto abundan por nuestras tierras ibéricas y que, en muchos casos, se han perdido, como en el presente caso que nos ocupa en relación a este pueblo de la comarca del Besaya.

Sopenilla

Fuente: Pilar (informante) - Cantabria Oculta - 29/12/2019

-Se celebraba- el último día del año. La llamábamos la Viejanera y venía por la noche. Había un señor, un vecino, que era muy chistoso y después de cenar llamaba a la puerta y entraba disfrazado con un sombrero y un palo, y había que darle nabo para comer, porque si no comía nabo, y no éramos buenos los niños, venía La Viejanera. 
-¿Cómo vestía?
Yo le vi el sombrero, el 'pañuelón', el caldero y el palo para remover lo que hubiera en el caldero. El sombrero era como de paja, de los que se llevaban al campo. 
Iba por algunas casas del pueblo. Llamaba a la puerta y entraba, si estaba la puerta abierta, e iba como removiendo lo que simulaba ser sangre, haciendo el ruido -característico-.


 
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