miércoles, 30 de septiembre de 2015

Destruida una estación prehistórica en Santibáñez El bajo

Despedimos el mes, continuando con Félix Barroso y una denuncia hecha por él en Digital Extremadura. Realizando este blog, en los seis años que llevo ya con él, no dejo de sorprenderme de la gran cantidad de vestigios arqueológicos, no sólo de naturaleza cultual, que es en lo que está especializado Iberia Mágica, que existen en la Península Ibérica. Con todo y con ello, cuando uno se encuentra con una noticia como ésta, se es consciente de que todo ello es así a pesar de la gran cantidad de patrimonio histórico que se ha destruido a lo largo de los siglos y no sólo en el pasado, sino, tristemente también en el presente. Ayer, para no ir más lejos, un buen amigo que conozco a través de sus intervenciones en el blog, nos habló, en los comentarios de la reciente entrada dedicada al conjunto megalítico de Alcalar, de la destrucción de un fortín ibérico en el municipio de El Campello, en el lugar conocido como Aigües Baixes y hoy nos encontramos con esta otra en el propio pueblo de Félix Barroso, Santibáñez el Bajo, en la comarca extremeña de Tierras de Granadilla.
Os ponemos a disposición el texto completo de su artículo de denuncia.

Estación rupestre destruida - Foto: Félix Barroso Gutiérrez


*Fuente: Félix Barroso Gutiérrez, Digital Extremadura - 27/09/2015

Recientemente, cuando un equipo de investigadores se disponía a fotografiar, calcar e inventariar una estación prehistórica situada en una calleja que, partiendo de la carretera de Valdeobispo une el paraje de “La Juenti Fernandu” (Fuente de Fernando) con la hoja de “El Monti”, se ha llevado la tremenda y triste sorpresa de que la roca donde se encontraban toda una serie de grabados ha sido completamente destruida. Por las informaciones recabadas, este atentado arqueológico se produjo en la pasada legislatura municipal, cuando las máquinas destrozaron el risco, con el fin de dar la amplitud debida a la calleja.
En la superficie rocosa del mentado cancho había grabada una variopinta simbología, como cazoletas, dos esteliformes, figuras semejantes a herraduras y varios haces de líneas.  La tradición mágico-religiosa auroleaba este roquedo con la creencia de que sobre él resbaló el caballo del apóstol Santiago, cuando iba en persecución de “loh móruh” (personajes míticos, que no se corresponden con hechos históricos).  Los paisanos atribuían tal simbología al resbalón del caballo, que dejó impresas sus herraduras y sus cascos.  Posiblemente, estos grabados se remontaran a épocas calcolíticas, con una antigüedad que podría oscilar entre los tres mil y cinco mil años.  Tal vez, teniendo en cuenta la simbología, la roca estuvo ligada a ciertos rituales ganaderos, aunque tampoco hay que descartar su ligazón con cultos lunares o de fertilidad.  Por la comarca leonesa de La Valduerna, también hay algunos grabados de este tipo y se narran las mismas leyendas relacionadas con el resbalón del caballo del mentado apóstol.

Hallazgos de hace años en la Dehesa Boyal de Santibáñez el Bajo - Foto: Félix Barroso Gutiérrez

MANLIANA

Hace ya unos años, por mandato municipal, los obreros de los trabajos comunitarios arramplaron con varias piezas graníticas que habían salido en la dehesa boyal de la localidad al realizar ciertas labores agrícolas.  Estos vestigios se hallaban donde algunos investigadores han señalado que se podía encontrar el asentamiento rural romano de Manliana. Como hecho curioso, un pozo anegado, del tipo galería inclinada con escalones, ubicado en esta área, es llamado por los campesinos como “Pozu de la Pizarrilla” o de “La Mal Llana”  Ciertamente, a lo largo y ancho de varias hectáreas  se rastrean huellas romanas:  canterías labradas, tégulas, ímbrex, fragmentos de cerámicas comunes y alguna sigillata.  También ha aparecido monetario que abarca desde época republicana al Bajo Imperio.

Entre las piezas arrampladas figuraba una muy singular, en granito, que presentaba un creciente lunar insculpido y que había sido considerado por algunos arqueólogos como una “cupae” (parte de un monumento funerario).  Pero las nuevas investigaciones llevadas a cabo por el investigador Jaime Río-Miranda Alcón concluyen en que dicha pieza formaba parte de la cabecera de un hogar, lo cual es muy factible, ya que al lado de ella, se encontraban varios molinos circulares íntegros, de mano, y fragmentos de cerámicas comunes, propios del menaje de cocina de la época.  Lamentablemente, todas estas piezas fueron transportadas para adecentar unos caminos rurales y sus correspondientes alcantarillas.

Estos saqueos y atentados contra el patrimonio cultural no son, generalmente, realizados a mala fe, sino que son producto de la ignorancia, que lleva a no valorar adecuadamente los restos arqueológicos.  Se hace preciso, pues, la urgente catalogación del patrimonio de nuestros medios rurales, para que los Ayuntamientos sepan a qué atenerse a la hora de emprender cualquier tipo de obras en sus términos municipales.  Y se precisa igualmente, de una vez por todas, que se tome en serio la creación de museos de identidad, tan puesta en boga por la Administración regional anterior al año 2011, pero que solo quedó en una declaración de intenciones.  Si se llevan a cabo estos museos de identidad, como ha ocurrido en otras comunidades y que tanto se prodigan en la vecina nación portuguesa, permaneciendo las piezas arqueológicas dentro de su contexto, se conseguirían dos loables objetivos: el positivo conocimiento y valoración de los lugareños de tales restos arqueológicos y el dotar a tal villa o tal lugar de un atractivo turístico más, para que el viajero pueda conocer, in situ, el pasado de la localidad que visita.



Los pájaros mensajeros de la muerte en Las Hurdes

Bien conocida es la importancia que tenía para los antiguos augures de muchas culturas de la Antigüedad y, seguramente, de la Prehistoria, el vuelo de los pájaros a la hora de intuir futuros acontecimientos. Como bien vemos, en relación a Las Hurdes, son muchos los ritos y prácticas ancestrales que han perdurado en estas montañas del Sistema Central y uno de ellos, como nos sigue contando Félix Barroso en su artículo, es la relación entre ciertos pájaros, sus trayectorias de vuelo y el designio mortal para alguno de los vecinos o vecinas de las distintas alquerías hurdanas. Dependiendo de la población en la que nos encontremos, serán unos u otros los "pájaros de mal agüero".

Cerezal, alquería de Nuñomoral donde dicen aparece el conocido como "Pájaru de la Muerti" - Foto: panoramio.com

*Fuente: APUNTES SOBRE LAS HURDES (Aspectos etnográficos y antropológicos) - Félix Barroso Gutiérrez, Revista de Folklore, nº 106 - año 1989


En Las Jurdes hay miedo horrible al «Pájaru de la Muerti». Para los habitantes de El Cerezal, el «Pájaru de la Muerti» es de color ceniza, del tamaño de un "gallu-monti" (alcaudón real). Es un pájaro muy esquivo, que se ve con poca frecuencia. Se alimenta de higos, principalmente. Su canto anuncia la muerte, y si llegara a posarse sobre el tejado de alguna casa, es seña segura de que algún morador de esa vivienda dejará próximamente de existir.

El cuervo, llamado "guarru" en muchos pueblos, también anuncia la muerte. En otros, como Vegas de Coria, viene a ser la caraba (cárabo) o la coruja (autillo) .Me contaban en este pueblo el siguiente caso: "La mi Hipólita, que en pá jehté, ehtaba mu malita en la cama. Ehtaba ya la probi si se iba o no. Serían cumu lah doh de la nochi. En ehtu que comienzu a sintil dendi la calli: -¡"Meru, ehta nochi te se mueri la mujé!", y venga a repetí lo mehmu. Mansomu pol una ventana y veu al pájaru de la muerti aposau en la baranda del barcón. Y aquella nochi me se murió la mi mujé. Bien me lo anunció el pájaru".

En otro pueblo jurdano, me decían: "Ehtu de la muerti cumu mejol se sabi eh con loh pájaruh. Cuandu pasi la lechuza de la ermita del Crihtu a la Iglesia, o se prepara muchu airi cierzu, o lluevi mucho o se lleva a argunu pol delantri.


El rito nupcial del arado, La Huetre-Casares de las Hurdes

Finalizamos el mes extrayendo un par de fichas más del jugoso artículo publicado por Félix Barroso, en 1989, en la Revista de Folklore, el cual ya citamos ayer en relación a los cultos lunares celebrados en Las Hurdes. Hemos encontrado esta interesante referencia a un rito nupcial, el del arado, celebrado principalmente en la alquería de La Huetre, perteneciente al concejo hurdano de Casares de las Hurdes. En este rito se da un precioso paralelismo de fertilidad entre el hombre y la mujer y el arado y la tierra. Esto nos ha recordado, guardando las distancias, a la costumbre existente en la fundación de ciudades romanas, donde, al modo de la mítica fundación romana y siempre que los auspicios sobre la ubicación fueran positivos, se delimitaba con un arado el perímetro de la ciudad, todo ello tras haber abierto, en la parte central del espacio, una fosa circular conocida como mundus, en la que se introducían ofrendas traídas de los lugares de procedencia de los fundadores, buscando, al igual que en el rito nupcial de La Huetre, una vida fecunda para sus futuros moradores y buena fortuna. Se asombra uno de la riqueza antropológica y simbólica que encierra la comarca de Las Hurdes, de la que tanto se habló y no, en la mayoría de los casos, para bien, ignorándose la mayor parte de este gran acervo cultural.

La Huetre enclavada en agrestes montañas - Foto: nuestrasrutasapie.blogspot.com

*Fuente: APUNTES SOBRE LAS HURDES (Aspectos etnográficos y antropológicos) - Félix Barroso Gutiérrez, Revista de Folklore, nº 106 - año 1989

Otro de los ritos nupciales de Las Jurdes, conservado de modo muy especial en la aldea de La Huetre, pedanía de Los Casares de Las Jurdes, es la costumbre de obligar a los recién casados a que aren un trozo de terreno. El mismo día de la boda, se unce a los novios a un arado, llevándolos a un huerto. Cualquier invitado a la boda puede agarrar la mancera y arar unos surcos, previo pago de una cantidad estipulada. Según el número de surcos que abra, así será la cantidad de dinero que tendrá que entregar a los novios.

La explicación que dan a este rito los propios lugareños es la siguiente: «Apartí de la ayúa pa loh noviuh, lo del arau vieni a sé una comparanza al hombri, y la tierra que se ara es comu si juera la mujé; el yugu quieri dicí la unión que debi reiná pol siempri entri luh dó; y lus surcuh representan loh hijuh u hereeruh que puedi tené esi matrimoniu».

No van muy descaminados en cuanto al significado del rito los jurdanos de La Huetre, pues varios antropólogos han constatado ya que la asimilación del acto generador al trabajo agrícola es una intuición arcaica y muy extendida. Y estas asimilaciones antropotelúricas no han sido posibles más que en civilizaciones que conocían la agricultura y las causas reales de la concepción. Vemos, por ejemplo, cómo a la heroina del Ramayana, Sita, la encontró su padre, Janaka, en el campo mientras labraba, y la llamó Sita, que quiere decir «surco».


martes, 29 de septiembre de 2015

El culto lunar en Las Hurdes

Estrabón ya mencionó la importancia del culto lunar y las festividades que, por ejemplo, entre celtíberos se daban las noches de plenilunio, donde se adoraba, en palabras suyas, a un dios innominado. Muchos de estos antiguos cultos y creencias han pervivido en muchos rincones de la Península Ibérica, como ocurre con el ejemplo que hoy traemos de Las Hurdes, una comarca a la que volvemos una y otra vez, pues, además de vestigios arqueológicos de tiempos remotos, principalmente en forma de petroglifos, son muchas las tradiciones, cultos y creencias, que sincretizados en muchos casos con el cristianismo imperante, han llegado casi hasta nuestros días. Una vez más, traemos al gran conocedor de todas estas tradiciones y de todo lo relacionado al mundo hurdano como es Félix Barroso, a quien, como ya he dicho en alguna ocasión, tengo el gran gusto y honor de conocer. Hemos extraído unas líneas de un fabuloso artículo que publicó en la Revista de Folklore allá por 1989, donde nos muestra, como su título indica, en forma de apuntes numerosos aspectos etnográficos y antropológicos de la comarca hurdana, tan rica en sabiduría ancestral, algo muy poco apuntado por gran parte de los autores que desde Lope de Vega en adelante, lo único que hicieron, al hablar sobre esta tierra, fue crear y alimentar una absurda leyenda negra, que nada o poco se ajustaba a la realidad, con el celebrado cineasta Luis Buñuel como uno de los máximos exponentes de dicha ignominia a través de su película de 1933. Pero centrémonos en el tema de hoy, que no es otro que el culto lunar y las creencias que en Las Hurdes, alrededor del satélite natural terrestre, se han dado.
Vaya desde aquí nuestro humilde homenaje al eclipse lunar, calificado como "luna de sangre", acaecido hace dos noches.

Fotografía de uno de los eclipses lunares denominados como "Luna de sangre" - Foto: culturacolectiva.com


*Fuente: APUNTES SOBRE LAS HURDES (Aspectos etnográficos y antropológicos) - Félix Barroso Gutiérrez, Revista de Folklore, nº 106 - año 1989


Cuando aun chiquinu (nombre que dan al niño) presenta escoceduras entre los muslos, dicen que lo «ha cogíu la luna» o que está «alunau». También suele suceder esto si ponen al chiquinu cara a la luna, de modo muy especial cuando está en fase creciente. Como remedio a este mal, colocaban a los niños unos amuletos, de hierro o nogal, en forma de medias o lunas enteras, que colgaban de sus cuellos. En algunos pueblos jurdanos, estos amuletos llevan grabadas tres cruces, en recuerdo de la cruz de Caravaca, y tienen que ser realizados durante el día de Jueves Santo, a la par que se celebran los Oficios sagrados. En otras aldeas, tales amuletos deben ser introducidos en agua bendita antes de colgarlos del cuello del niño. En el municipio de Caminomorisco, estos amuletos podían tener también forma de manos o de pies.

Pero si bien la luna afecta de manera directa y más frecuentemente al niño jurdano, no obstante también ejerce notoria influencia sobre el resto de personas, animales y plantas.

El arcaico culto tributado a la luna como diosa funeraria, está bien presente en esta comarca. Se oye decir con frecuencia por tierras jurdanas: «La luna trai muchuh revoltoriuh. Velaí, agora vinu con airi cierzu y se llevó a fulanu...». Además, hay un refrán que dice: «luna con airi siempri saca carni». Y es por la creencia de que si el cuarto creciente viene acompañado de viento por fuerza debe morir alguien en el pueblo. Se cuenta, incluso, de personas que empezaban a exclamar: «-Huy que malu estoy de la luna, que malu estoy de la luna...; huy qué revoltoriu...». Y en el revoltorio se quedaba.

Asimismo, aún se percibe perfectamente por numerosas aldeas jurdanas la creencia en el poder fecundante de la luna. Se oye todavía decir: «el críu vendrá a las nuevi lunah». A la mujer, al ser hembra receptora, es a la que más coge la luna. Por ello, suelen comentar en el baile unas mozas a otras: «Ten cudiau, no siendo que te coja la luna».

Sigue también muy vigente la costumbre de esquilar y castrar a los animales en menguante. La explicación que dan de ello no deja de ser curiosa: «Es porque en menguanti va menguandu la luna, y no se jincha el ganau y no tieni tanta furia». Tal vez esta costumbre, al igual que la de talar árboles y sembrar ciertos productos en menguante, tenga mucho que ver con la arcaica creencia de que no se puede ir contra el ritmo cósmico. Si estas prácticas se llevaran acabo en creciente, se atentaría contra el orden natural, pues no se puede cortar o castrar un organismo vivo en un momento en que sus fuerzas están creciendo.

A decir de la mayor parte de los prehistoriadores, un antiguo nombre de la luna era el de «Arco», al parecer de raíz aria. Pues en le única lápida hallada en el municipio de Nuñomoral, escrita en caracteres latinos pero con onomástica céltica, aparece muy claro el término de «Arco».


lunes, 28 de septiembre de 2015

Conjunto megalítico de Alcalar, Alcalar-Portimão

Hay errores imperdonables. Uno de ellos es ir al Algarve y perderse un conjunto megalítico como el que hoy traemos, el de Alcalar. Eso es lo que nos ha ocurrido hace menos de un mes, pues, estuvimos en el concelho de Portimão, al que pertenece la freguesía de Alcalar, pero no supimos de la existencia de este conjunto, con lo que no nos acercamos. Buscando consuelo, habrá que decir que tenemos una excusa para repetir visita a la zona.
Lo más destacado del conjunto es un tholos o dolmen con corredor y cámara de falsa cúpula, además de una serie de hipogeos excavados en la roca. El enclave se encuentra a mitad de camino, más o menos, entre la costa y la Sierra de Monchique y estaba asociado a un poblado calcolítico de unas diez hectáreas de extensión.

Tholos de Alcalar - Foto: portugalnotavel.com

*Fuente: arqueotur.org

A este hábitat calcolítico está directamente asociada una necrópolis megalítica constituída por cerca de doce tumbas con una gran variedad de técnicas y soluciones arquitectónicas: desde la cámara puramente megalítica a la falsa cúpula con nichos laterales. Relacionado con este sistema monumental, se han localizado otros núcleos funerarios asociados, situados en la periferia del conjunto. 
Dependiendo de la diversidad cronológica y cultural de los monumentos, encontramos desde tholos con cripta rematada en falsa cúpula, pasando por el dólmen de grandes monolitos a los hipogeos excavados artificialmente en la roca, propio de los enterramientos colectivos. 
Algunos de los monumentos son visitables mientras que otros están en fase de musealización. Y otros están situados en propiedad privada, por lo que se necesita la correspondiente autorización.
Como punto de apoyo, el conjunto cuenta con un Centro de Interpretación y de acogida de visitantes que proporciona las infraestructuras mínimas, necesarias para una buena comprensión de la visita. El Centro de Interpretación no tiene exposición de los objectos arqueológicos hallados pero se pueden ver en: el Museu Nacional de Arqueologia, en Lisboa; en el Museu Dr. Santos Rocha, en Figueira da Foz; en el Museu Regional de Lagos; en el Museu Municipal de Portimão.



domingo, 27 de septiembre de 2015

Referencias a las brujas y al diablo en la toponimia soriana

Leyendo esta semana un artículo sobre hagiotoponimia en la provincia de Soria, de Mario Sanz Elorza, que aparece en la magnífica Revista de Folklore en su número de mayo, el autor hace una referencia a distintos topónimos alusivos a las brujas y al diablo en dicha provincia castellana. Nuestra curiosidad, en relación a la temática de Iberia Mágica, y la razón de traer aquí el fragmento de este estudio donde se citan dichos topónimos, radica en la clave que pueden suponer para la búsqueda de antiguos poblamientos, lugares de reunión ancestrales o, quizás, posibles antiguos santuarios o lugares de realización de ritos, sin olvidar también que pudieran haber sido espacios de celebración de aquelarres o ritos paganos en siglos bastantes posteriores a Edad Antigua o la Prehistoria, como en la propia Edad Media, en cuyo caso los topónimos se habrían creado tras la repoblación cristiana medieval. Por tanto, para un servidor, todo son incógnitas al respeto, a pesar de que mi humilde y equívoca intuición me dice que muchos de esos nombres pudieran constituir una pista a seguir en pos de la averiguación de posibles antiguos poblamientos que pudieran haber existido en aquellos parajes, demonizados en cierta manera a través de dichas denominaciones, o antiguos cultos precristianos allí celebrados.

Alcubilla de Avellaneda, municipio soriano en el que se encuentra la Cruz del Diablo - Foto: jaholgado.com

*Fuente: Hagiotoponimia soriana. La impronta de lo sagrado en el paisaje - Mario Sanz Elorza, Revista de Folklore - Nº 399, Mayo 2015
SANZ ELORZA, Mario

En la cara oscura de las creencias religiosas hemos encontrado unos pocos topónimos alusivos a las brujas y al diablo: Conjuros (El Burgo de Osma), Valdelabruja (Recuerda), camino del Carril de las Brujas (San Esteban de Gormaz), Purgatorio (Valdenebro), la Cruz del Diablo (Alcubilla de Avellaneda), peña del Diablo (cueva de Ágreda) y piedra del Diablo (Blacos). En numerosas iglesias románicas sorianas es posible ver canecillos en portadas y galerías porticadas donde aparecen figuras de demonios, representaciones del infierno y de los pecados que llevan a la perdición de las almas. La brujería como fenómeno antropológico existe en todas las culturas del mundo. Se basa en la existencia en el universo de fuerzas y energías subliminales, no palpables en un grado normal de percepción. Semejantes fuerzas, de acuerdo con esta cosmología, pueden ser usadas para el bien o para el mal. La bruja satánica, tal vez la más prototípica del judeo-cristianismo, opta conscientemente por el mal, y se le asocia con toda una mitología y unos arquetipos (ancianas vestidas de negro, escobas voladoras, conversión en gatos, aquelarres, machos cabríos, las marcas del diablo, los pactos firmados con sangre, la lascivia desenfrenada, etc.). La bruja buena, o el hada, es poseedora, en cambio, de un conocimiento sabio y benéfico. Lo mismo cabe decir del diablo, que en nuestra cultura cristiana se presenta igualmente caracterizado por toda una serie de símbolos y atributos arquetípicos (aspecto caprino, cornudo, cuerpo repugnante, peludo, ojos llameantes, garras de ave rapaz, rabo, alas de murciélago, astuto, mentiroso, seductor, obseso sexual, políglota, incapaz de soportar la sal, el ajo, el ricino, la menstruación femenina, etc.).


Cabezo Gallufo, el sacellum de Júpiter y el Solsticio de verano, Cartagena

Hace poco, en un programa radiofónico, oí hablar de un estudio arqueoastrómico realizado en la ciudad de Cartagena, el cual ha sido publicado en este mismo año. El estudio se encuentra disponible en la red y son muchas las orientaciones que han encontrado entre las distintas colinas de la propia ciudad, además de otros cerros circundantes, y los distintos momentos astronómicos, o más bien solares, importantes del año, como son los solsticios. Uno de ellos, Cabezo Gallufo, tuvo un antiguo sacellum o sacelio -pequeño templo- dedicado a Júpiter Stator, mostrando una conexión, desde el mismo, entre el pico más alto de la Sierra Espuña -una montaña bastante visible desde las colinas de Cartagena, que se encuentra a unos setenta y cinco kilómetros al interior, cerca de Alhama de Murcia- y la puesta de Sol en el Solsticio de verano. Este tipo de estudios hay que cogerlos, quizás, un poco con alfileres, no porque no estén bien realizados muchos de ellos, como éste en concreto, sino porque sus conclusiones quizás sean algo aventuradas, pero no por ello dejan de ser bastante interesantes, además de dejar constancia de dichas alineaciones.



*Fuente: Orientatio ad sidera: astronomía y paisaje urbano en Qart HadŠt/Carthago Nova -varios autores-

[...] entre finales del s. II o inicios del I a. C. y extramuros de la ciudad, el emplazamiento y orientación del pequeño sacellum dedicado a Iupiter Stator en el Cabezo Gallufo parece mostrar conexiones, por un lado, con las sierras más altas visibles desde la ciudad y, por otro, con la puesta de sol en el solsticio de verano. Como hemos referido, estos fenómenos son fácilmente legibles en clave oriental si asociamos a Iuppiter Stator con Baal-Hammon -si bien en época romana éste se relaciona con Saturno-, considerados como dioses atmosféricos. En este sentido, es conocida la relación de dioses tonantes del Próximo Oriente con montañas y, como hemos referido, de Baal-Hammon con el solsticio de verano.


lunes, 21 de septiembre de 2015

Los Cruceiros: cristianización de antiguo culto pagano. Galicia

Si se visita Galicia, junto con los hórreos y otras creaciones, los cruceiros son uno de los elementos simbólicos más representativos de la tierra gallega. Existe un buen número de ellos en muchos enclaves y cruces de caminos y no son otra cosa que la cristianización de antiguos cultos a divinidades protectoras de caminos. También se dice sobre las ubicaciones que ocupan los cruceiros, que eran antiguos lugares de reunión de meigas, lo que quizás pueda constituir un prueba de realización de antiguos cultos precristianos en dichos parajes, propios del pueblo galaico y quien sabe si de otros grupos humanos que se pierden en la noche de los tiempos. Por tanto, son un ejemplo más de la gran riqueza antropológica, histórica y simbólica que existe en una tierra como Galicia. Ilustramos la breve ficha dedicada a los cruceiros con una fotografía que pudimos realizar de uno de ellos en la bella población de Combarro, en el concello de Poio y ribereña de la ría de Pontevedra.

Cruceiro de Combarro - Foto: Iberia Mágica, 04/08/2015

*Fuente: concellopoio.com

El cruceiro es una construcción muy extendida en la comunidad gallega, aunque también se pueden encontrar multitud de ejemplos en otras regiones con orígenes celtas, como por ejemplo en la Bretaña francesa o en Irlanda. En el caso concreto de Galicia, los antropólogos nos hablan de un culto precristiano a los dioses protectores de caminos y encrucijadas, el cual más tarde se cristianiza, como muchos de esos cultos. La cultura popular, en cambio, nos dice ue protegían esos lugares porque eran considerados enclaves mágicos, con una energía especial, y allí tenían lugar reuniones de meigas. La construcción del cruceiro significaba hacer de esa encrucijada o camino un lugar seguro, un camino libre y despejado.
[...] Otro dato a tener en cuenta cuando hablamos de los cruceiros es que antiguamente todos ellos solían tener un pequeño altar delante, aunque hoy en día tan sólo se conservan unos pocos ejemplos. Se ha comprobado que estos altares se utilizaban para posar los ataúdes en las marchas fúnebres camino de la iglesia. Allí se rezaban unas breves plegarias hasta completar el recorrido.


domingo, 20 de septiembre de 2015

Menhires de Raposeira, Raposeira-Vila do Bispo

Aprovechando nuestra reciente visita al Algarve, continuamos en el concejo -concelho en portugués- de Vila do Bispo, en concreto en la freguesía de Raposeira, muy cerca de la propia población que da nombre al propio concelho. En esta "esquina" del suroeste ibérico se pueden encontrar algunos megalitos, como los menhires de Raposeira; así, nos encontramos en una zona que si la extendemos al vecino Alentejo, a la zona occidental de Andalucía y a la provincia extremeña de Badajoz, nos encontramos con la mayor concentración de megalitos de toda la Península Ibérica y eso que éstos "*abundan" (*entrecomillamos la palabra 'abundan', pues son bastantes pocos los que habrán llegado a nuestros días de todos los que debieron existir) en muchos otros lugares peninsulares.

Menhir caído cera de Raposeira - Foto: Iberia Mágica

En concreto en Raposeira pudimos contemplar dos menhires, el primero de ellos, caído en la tierra, en lo alto de un cerro, cogiendo el camino que va a la Playa da Ingrina, y el segundo, éste ya en pie, casi un kilómetro más adelante, a la derecha, en la misma carretera, conocido como Menhir do Padrão, ya no muy lejano a la propia playa de Ingrina. La ubicación del primero de ellos resulta bastante sugerente. Se puede observar Sagres al fondo, haciendo de vértice entre la linea de costa que va hacia el oeste y la que sube hacia el norte. El océano no es perceptible en la línea de costa que sube hacia el norte, pero sí se puede comprobar que a la derecha de Sagres no hay más montes, dando como la impresión de que la tierra se acabara. Es un lugar azotado por los vientos que sobrecoge. No pudimos contemplar el manto de estrellas que la noche trae a esta zona, pues nuestra visita fue al mediodía, pero debe ser una experiencia inolvidable en un lugar tan especial, marcado, por nuestros antepasados, con estos megalitos como si de acupuntura se tratara. El primero de ellos, el caído en el suelo, tiene algunas marcas, como especie de cazoletas, que parecen originales, quizás de los propios creadores del menhir o de generaciones posteriores, pero lejanas en el tiempo.

Menhir do Padrão - Foto: Iberia Mágica

Foto: Iberia Mágica

jueves, 10 de septiembre de 2015

Puesta de Sol en el Promontorium Sacrum, Cabo de San Vicente-Vila do Bispo

No se conoce, ciertamente, si en el antiguo Cabo de San Vicente, el punto más suroccidental de la Península Ibérica, cercano a Sagres, en el concelho de Vila do Bispo, estuvo ubicado el citado por las fuentes clásicas como Promontorium Sacrum -Hieron Akroterion en su denominación griega-, aunque, si no fue allí donde éste se halló, debió de encontrarse, según las referencias conocidas, en algún punto entre los cabos de Sagres y de San Vicente, o, lo que es lo mismo, en una escasa distancia de apenas unos kilómetros. Este antiguo enclave de culto solar debió de encontrarse, en nuestra opinión, y sin ningún argumento más allá de la intuición, en el propio Cabo de San Vicente, pues es ahí donde se encuentra el último punto, en esta zona -en tierra de antiguos cynetes- donde se aprecia al Sol ponerse en el Océano Atlántico día tras día, por ser la mismísima esquina donde la línea de costa dobla hacía el Norte o hacia el Este, según se mire en una u otra dirección, con lo que tiene más sentido que este "último lugar" del mundo conocido de entonces (así lo afirmó Estrabón, aunque después se supo que el Cabo da Roca, cercano a Lisboa, es verdaderamente el punto más occidental de Europa), fuera el lugar donde se situara dicho antiguo santuario.

Foto: Iberia Mágica - 06/09/2015

 La Ora Marítima de Avieno, obra del siglo IV d. C. basada en el famoso y desaparecido Periplo massaliota, fechado en el siglo VI a. C., una obra, esta última, que describía las rutas marítimas utilizadas por los comerciantes fenicios y tartésicos, afirma: "allá donde declina la luz sideral, emerge altanero el Cabo Cinético, punto extremo de la rica Europa, y entra por las saladas aguas del Océano poblado de monstruos. Se sigue un promontorio, que asusta por sus roquedos, consagrado a Saturno. Hierve el mar encrespado y el litoral rocoso se prolonga extensamente". Parece claro que se está refiriendo al cabo que se creía más occidental del continente, donde la costa doblaba hacia el norte en ese "litoral rocoso" que "se prolonga extensamente". Comprobamos, también, si damos por cierto el dato aportado por la fuente, su consagración al dios Saturno o Kronos. También se dice que en tiempo prerromano estuvo consagrado al dios púnico Baal Hamoon, pero fue Artemidoro quien visitó el lugar y nos contó que éste era un santuario natural donde estaba vedado permanecer en las horas nocturnas, pues se consideraba un lugar frecuentando por dioses y espíritus, además de ser la morada de la propia noche, por ser el extremo occidental del mundo conocido -la oikumene de los griegos- donde el Sol se ponía; allí se hacían libaciones y los devotos volvían a pernoctar a una aldea cercana (¿la actual Sagres?). Ephoros incluso atribuye este santuario a Herakles y Estrabón consideraba todo este tipo de rituales y creencias como costumbres indígenas muy remotas, opinión, a mi criterio, mucho más coherente, pues es muy posible que este enclave fuera un lugar de culto muy antiguo de cynetes e incluso de pueblos más antiguos, a pesar de que posteriormente pudiera ser suplantando por púnicos, helenos y romanos, aunque, hay que decir, que estos últimos solían construir templos en sus lugares de culto y allí nada se ha encontrado por el momento.

Sea como fuere y aunque no sean movidos por las mismas creencias de nuestros antepasados, cientos de personas acuden día tras días, sobre todo en las fechas estivales, a contemplar más de dos mil años después la puesta del Sol en el mismo promontorio en el que los antiguos fieles acudían a rendir pleitesía a los dioses y, seguramente, al propio Sol. Como estos últimos, los actuales visitantes abandonan el promontorio tras la caída de la noche, quedando otra vez para dioses, en forma de soledad, y el farero que, en dicha "esquina" ibérica, cumple su función de dar luz a los navegantes, de la noche oceánica, que por el antiguo Promontorio Sacrum asoman. Tuvimos el privilegio de poder estar hace escasas fechas y grabar un vídeo de dicha puesta de Sol, que a continuación proporcionamos.
Como anécdota, y en conexión con lo apuntado, hemos de decir que Algarve es el nombre actual de la región portuguesa donde se encuentra el Cabo de San Vicente, nombre proveniente de la expresión árabe Al Gharb y que se puede traducir como "tierra por donde se pone el Sol".

 



 
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