domingo, 29 de noviembre de 2015

La Luna en las creencias prerromanas de la Península Ibérica

Existe una cita muy conocida en el Libro III de la Geografía de Estrabón, en relación a los rituales y creencias de algunos pueblos peninsulares; en concreto nos referimos a aquélla en la que dice que algunas etnias célticas ibéricas realizaban celebraciones en las noches de Luna llena, danzando en las puertas de sus casas en honor a un "dios innominado" hasta el amanecer. La determinación de este "dios innominado", desde entonces, siempre ha sido una incógnita y son muchas las especulaciones que se han hecho. En un artículo de la web amiga celticahispana.com, realizada por la historiadora Laura Díaz, se recogen algunas de las divinidades propuestas como posibles; os proporcionamos las líneas de dicho artículo, "La importancia de la luna", publicado el 17 de septiembre del presente año, donde se mencionan dichas divinidades y posibilidades.
En una semana, que ya termina, en la que hemos vivido, de nuevo, la magia de la Luna llena, uno no puede dejar de reflexionar sobre la desvinculación del hombre contemporáneo, sobre todo el urbano, con su cielo, ése que siempre le acompañó. Las estrellas, constelaciones y astros, entre los que se encuentra el bello satélite de nuestro planeta, ya no forman parte de nuestro ideario, han caído, con la luz artificial que oculta nuestros cielos, a la casi total indiferencia, cuando el Sol, pero sobre todo la Luna, con sus ciclos, rige los ciclos menstruales femeninos, además de la gestación de animales y también los ciclos agrícolas. Recuperar nuestra vinculación con el cielo, es recuperar nuestro rumbo como especie dentro de la Naturaleza, a la que pertenecemos tanto ellos, los astros, como nosotros.

Luna llena fotografiada en Alqueva (Portugal), el 29 de agosto de 2015 - Foto: eluniversohoy.net


*Fuente: Laura Díaz, celticahispana.com

Sobre la implicación de la luna en la religión, contamos con la cita de Estrabón que he mencionado unas líneas más arriba y en las que habla de un dios innominado. Algunos investigadores han propuesto divinidades que podrían encajar con un dios lunar y hasta el momento han sido dos dioses los mencionados. La primera sería la diosa lusitana Ataecina, divinidad infernal pero también agrícola que habita en el Inframundo y que tiene un claro carácter nocturno. Se rindió culto a esta divinidad entre los lusitanos y los carpetanos, según los vestigios arqueológicos, pero se cree que pudo ser adorada en prácticamente toda la zona celta de la Península Ibérica; de ahí la propuesta de que sea ella a quien se dedicaban las danzas en las noches de luna llena. La segunda divinidad propuesta es Dis Pater, una figura que Julio César menciona entre los galos y que se puede asociar al Plutón romano o al Hades griego. Podría ser equiparable al Dagda irlandés y muchos autores creen que es este dios infernal al que se refiere Estrabón. Por último, una tercera corriente de autores proponen que la luna fuera adorada por sí misma, sin que fuera representación de una divinidad.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Menhir del Cabezo, Alcántara

Nos acercamos a la famosa población del puente romano más importante aún conservado en la Península Ibérica, en concreto al municipio de Alcántara, donde existe un menhir abandonado a su suerte, prácticamente, tirado sobre el suelo en el lugar que se cree ocupó. Éste es conocido como el Menhir del Cabezo, uno de los pocos ejemplos que quedan o conocidos, según se dice, en la Alta Extremadura. Tiene 4,65 metros de largo y un diámetro de 1,20 metros, lo que le otorga una importante dimensión. Tiene cazoletas en ambos extremos, una docena más o menos, la mayor de ellas en el vértice, de forma ovalada y con un diámetro de 30 y 20 centímetros.
El menhir se encuentra en un pequeño cerro o cabezo, de ahí su nombre, y hay restos de piedras removidas en los alrededores, que formarían anillos tumulares, creyéndose, por tanto, por tal motivo, que el menhir se encuentra derribado en el lugar que ocupó originariamente.

Foto: Emilio José Pérez García - dolmentierraviva.blogspot.com

Sobre el significado de los menhires es mucho lo que se ha dicho; desde que tienen un significado funerario, sexual o fálico, telúrico, incluso solar y de poder. Su origen etimológico se encuentra en el bretón, al igual que los nombres otorgados al resto de megalitos, y significa "piedra larga".
Volviendo a las distintas interpretaciones que de los menhires se han hecho, diremos que, por ejemplo, H. Kirchner entendió que éstos eran un sustitutivo en piedra de los seres humanos, "un cuerpo para la eternidad". Su significado sexual viene otorgado por su forma fálica, creyéndose que éstos fertilizaban la tierra, creencia que aún sigue viva en algunas tradiciones del folklore europeo. En cuanto a su significado telúrico, diremos que algunos autores entienden que los menhires marcan las corriente telúricas más activas de la Tierra; y en lo que se refiere a su vertiente astronómica o solar, podrían haber cumplido funciones de observación astronómica y solar, quizás vinculados con la determinación de los solsticios y equinoccios, tratando con ello de regular la agricultura y los distintos ciclos de la Naturaleza. Hay quien incluso les otorga un significado de poder, haciendo paralelismos con los obeliscos y demás construcciones que con el origen de las civilizaciones, como la egipcia, se dieron, tratando quizás, de señalar, para las generaciones venideras, lugares donde hubo batallas o encuentros o eventos que se consideraron dignos de quedar en la memoria del colectivo. Cumplieran una u otra función, su contemplación, como hemos dejado patente en más de una ocasión, es uno de los hechos más emocionantes con los que se puede encontrar una persona que posea algo de sensibilidad por el pasado y por sus antepasados.
Aportamos la fotografía de Emilio José Pérez García, una de las personas que quizás más megalitos haya fotografiado; al menos en la Península Ibérica y la vecina tierra de los antiguos galos.



Aras con nombres cántabros en San Yago, Galapagar

Hemos encontrado una curiosa referencia, por casualidad, al hallazgo de dos aras de época romana, con inscripciones "dedicadas a dioses y con nombres de cántabros", junto a la estación de Renfe de San Yago, en el término municipal de Galapagar. El texto entrecomillado ha sido la vaga referencia, únicamente, que hemos encontrado al respecto, además de la información de que éstas se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

Cañada Real Segoviana en las cercanías de San Yago - Foto: Iberia Mágica, 15/10/2015

Hace pocas semanas hablamos de un enclave cercano a San Yago en este blog, como es la Ermita de El Cerrillo, a menos de un kilómetro, y también junto a la Cañada Real Segoviana, una antigua vía de pastoreo y comunicación que a buen seguro se viene usando desde tiempos anteriores a los romanos; pero, precisamente de época romana, nos llegaron estas dos aras, de las cuales buscando información en la web del Museo Arqueológico Nacional, nada hemos encontrado, más allá de una mención, hallada en otra web, hecha por Ruiz Zapatero al hallazgo de las mismas, al tratar de señalar este paraje como una de las posibles ubicaciones de Miacum, una mansio romana citada en el famoso Itinerario de Antonino que aún no ha sido identificada con certeza.
Lo que parece cierto es la vinculación existente entre esta ancestral ruta y los votos encontrados en este entorno, uno de ellos en forma de ermita, la cual pudo tener su origen, como quedó apuntado, en algún templo o santuario anterior. Trataremos de seguir haciendo averiguaciones sobre estas dos aras con dedicantes de "nombres cántabros".




martes, 24 de noviembre de 2015

Peña con cruces en Vereda del Fraile, Las Ventas con Peña Aguilera

Gracias a la geógrafa Ana Olivera Poll, a quién tengo el gusto de conocer, hemos sabido de la existencia de esta peña en la conocida como Vereda del Fraile de Las Ventas con Peña Aguilera, municipio de la comarca de Montes de Toledo. Como se puede observar en la fotografía de Ana Olivera Poll, tomada por ella misma el pasado sábado, en esta roca existen distintos cruciformes, lo que nos hace suponer que pudiéramos encontrarnos ante una roca más de las tantas que han sido cristianizadas, pues posiblemente pudiera haber cumplido una función sacra en tiempos de cultos precristianos, con lo que estas cruces podrían haber tratado de ocultar los posibles cultos anteriores allí realizados o simplemente sobreponerse, de un modo más natural, a los anteriores, aunque más bien apostaríamos por lo primero.

Foto: Ana Olivera Poll - 21/11/2015

De todas formas, el trazado de algunas de las cruces y demás grabados, con círculos en algunos de sus brazos y distintas cazoletas, nos hacen creer también en la posibilidad de que dicha combinación de elementos -cazoletas y cruces- vengan de tiempos anteriores a la propia existencia del cristianismo. En cuanto a las cazoletas, parece más que evidente, pero también podrían ser los cruciformes, o al menos algunos de ellos, anteriores a la religión de la Cruz; ya se sabe que los cruciformes, igualmente, aparecían como representaciones en algunas estaciones de grabados rupestres o petroglifos, en muchos de los casos interpretándose como antropomorfos o incluso como simples marcas, aunque a buen seguro tendrían muchos de ellos un significado que iría más allá de cumplir una simple función de señal o marca. Como siempre ocurre ante este tipo de manifestaciones rupestres, su interpretación resulta un enigma de muy difícil resolución.



lunes, 23 de noviembre de 2015

Posible representación de cabeza cortada en Santa Trega, A Guarda

Hace, más o menos, un mes, se presentó el hallazgo de una escultura, que representa una cabeza humana, en el castro de Santa Trega -Santa Tecla en su traducción al castellano-, en el concello de A Guarda, uno de los castros galaicos más importantes, y que según se dice podría haber formado parte de una escultura en la que se hubiera plasmado la representación completa de un cuerpo humano; al menos eso se dice, pero lo primero que se nos ha pasado por la cabeza, al conocer la noticia hoy mismo y contemplar la propia escultura, es la idea de que pudiera formar parte de lo que se vino a nombrar como práctica de las cabezas cortadas, unas representaciones, además, que continuaron durante la Edad Media en relieves románicos y góticos.

Foto: galiciaconfidencial.com

La cabeza, de unos 15 centímetros de altura y con ojos, nariz y orejas bien definidos, se halló junto a la muralla. Según Rafael Rodríguez, el arqueólogo que dirige la excavación donde se halló, en las Galias se empleaban las cabezas cortadas de los enemigos para pedir la protección de los guerreros y antepasados, situándolas en la entrada de los poblamientos. Posteriormente, éstas comenzaron a tallarse en piedra y, fruto de la sustitución de verdaderas cabezas humanas, se pasó, por tanto, al uso de representaciones de las mismas en piedra que se situaron igualmente en las entradas de los distintos castros y poblamientos. Ésta, que ha sido datada entre el siglo I a. C. y el I. d. C., se halló, tal y como se ha dicho, junto a la muralla, con lo pudiera estar cumpliendo la misma función protectora de esta antigua población.
Tuvimos la suerte de conocer in situ este castro en el último verano y, podemos decir, sin lugar a dudas, que estamos ante uno de los enclaves más importantes que se pueden visitar en Galicia. El castro se encuentra en el monte del mismo nombre, un monte que sigue siendo sagrado para los vecinos de A Guarda, pues al mismo suben en una importante romería e impresiona la contemplación de las cruces en piedra que hay en la subida al monte, junto a los restos del propio castro, que debió ser, por su gran extensión, aún no excavada en gran parte, una de las citanias más importantes de todo el ámbito galaico. No obstante nos encontramos en un punto estratégico, junto al margen derecho de la desembocadura del río Miño.


jueves, 19 de noviembre de 2015

Exvoto esquemático del Cerro de los Santos, Montealegre del Castillo

Hoy centramos nuestra atención en una pequeña escultura, o figurilla antropomorfa, que cumplió la función de exvoto en el famoso Santuario del Cerro de los Santos, y que ha sido denominada como Exvoto esquemático por su configuración e incisiones. Se le ha datado en un momento avanzado del periodo íbero, en el que comenzaron a darse otro tipo de esculturas, como por ejemplo las damas íberas, dentro del conocido como Periodo Orientalizante.

Foto: almendron.com


Se sabe que representa a una mujer, pues tiene marcados los pechos en dos dimensiones, muy tenuemente, mediante unos círculos; sobre el mismo bloque de piedra en el que descansa la cabeza tiene representados, igualmente, con grabados los brazos y las manos. La asimétrica representación de las manos, en relación al tamaño de los brazos, podría ser indicativo de que se quiso representar a una dama sedente, una especie de mujer sobre un trono, con los brazos sobre el regazo y la rodilla. Debido a la frontalidad, de la misma, la escultura parece adquirir la forma de una estela, aunque por su menor tamaño -16,5 cm-, no se le podría calificar como tal, siendo claramente un exvoto. Destaca el gran tamaño de sus órganos de percepción, como las orejas, los ojos, la nariz y la boca.
La contemplación de este exvoto resulta bastante atrayente, encerrando, seguramente, un mensaje o una petición, que, hasta el momento no ha sido descifrado, ni a buen seguro nunca lo sea. Queda abierta, por tanto, la puerta a la especulación.
Como curiosidad, diremos que, en relación a la idea surgida, a través del comentario de un buen amigo participante de esta página, de ilustrar la ficha con los escudos de los municipios a los que nos acercamos, en el de Montealegre del Castillo aparece en dorado, sobre fondo de campo de azur, una representación de la famosa Dama Oferente del Cerro de los Santos.


miércoles, 18 de noviembre de 2015

La Danza de Zancos, Anguiano

No se conoce, verdaderamente, el origen de los zancos, aunque éstos se han venido usando por buena parte de la Tierra, a buen seguro por motivos funcionales; en este sentido, ahí tenemos el caso, por ejemplo, del uso de zancos más allá de los Pirineos, en Las Landas aquitanas, donde los pastores, evitando largos desplazamientos y tiempo, cruzaban con zancos, en busca de sus ganados y rebaños, las zonas pantanosas de buena parte de aquellas tierras. Pero, aparte de su uso funcional, por el que, a buen seguro, como decimos, fueron creados los zancos, existe también un uso ritual de los mismos. Tal y como dice Xavier Aguado Jodar, en cita que hemos conocido del artículo de la Revista de Folklore número 178, publicado hace veinte años, "Los zancos: Usos, rituales y posibilidades educativas" de Higinio Arribas Cubero y Santiago Gutiérrez Cardeñosa, "el mayor que se pone unos zancos se vuelve un niño, le encanta hacer tonterías y enredar, lo pasa pipa con cosas triviales; la persona que lleva los zancos se convierte en otra diferente, se trata, sin lugar a dudas, de una mágica transformación". En algunas regiones de África los zancos sólo podían ser usados por sacerdotes en la ejecución de sus rituales mágicos; así, tal y como se dice en el artículo mencionado, del que recomendamos su lectura, los Ketou realizaban danzas y representaciones en las que aparecían divinidades que iban montadas en zancos, lo que las distinguía de las personas, como divinidades que eran.

Foto: Wikipedia

En Anguiano, población de la Rioja Alta, de la comarca a la que da nombre, se ha dado, y se da, esa especie de uso ritual de los zancos, en lo que es, según se dice, la tradición folclórica más antigua de La Rioja. Así, en las fiestas de la Magdalena, un mes después del Solsticio de Verano, se celebra la Danza de Zancos, en la que ocho jóvenes del pueblo, vestidos con amplios faldones y gran colorido, recordándonos al existente en muchas mascaradas invernales, de las que tanto gustamos por aquí, se lanzan por la conocida como "Cuesta de los danzadores" girando sobre sí mismos como si de derviches se trataran. Siempre se ha dicho que a través de danzas de este tipo se trataba de buscar la trascendencia, entrando incluso en trance al girar constantemente sobre sí mismo. No sabemos si responden al mismo motivo los giros de la Danza de los Zancos, pero, quizás, no ande muy lejos de este fin. También parece que nos encontramos ante un rito de paso, pues son 8 jóvenes del pueblo (desconocemos cómo transcurre la selección de los mismos), los que realizan esta ancestral danza. La primera referencia escrita de esta celebración es de 1603, pero sus orígenes, evidentemente, están mucho más lejanos en el tiempo. También se da, en este festejo, una danza de paloteo, igualmente de antiguos orígenes.


martes, 17 de noviembre de 2015

A Pedra da Cabeleira de Miradouro do Santuário de Nossa Senhora da Assunção, Vilas Boas-Vila Flor

Seguimos tras las huellas de lugares en los que se ha dado una acumulación de cultos, incluso la suplantación de un antiguo santuario rupestre con la creación de una leyenda perteneciente a la religión posterior, además de la creación de un templo. Nos acercamos al concelho portugués de Vila Flor, en el distrito de Braganza, una tierra rica en mascaradas invernales, al igual que la limítrofe provincia zamorana, en concreto estamos en la freguesia de Vilas Boas. Allí se encuentra el Santuário de Nossa Senhora da Assunção, lugar en el que se halla la Pedra da Cabeleira, un antiguo altar rupestre que hunde sus raíces no sólo en el periodo prerromano de la Edad del Hierro, sino, seguramente, también en época prehistórica.

Foto: vida-e-tempos.com
Esta piedra caballera tiene una abertura en su parte inferior por donde el Sol se asoma en los dos equinoccios. En su interior destaca una pintura rupestre que parece representar los rayos solares. Muy cerca se encuentra la bautizada, creemos que actualmente, como la Pedra da Audiçao, con una acústica muy especial que se cree pudo ser usada como lugar de peticiones. Así, en la actualidad, existen practicantes de cultos paganos, que se acercan a la misma con el mismo fin. La leyenda cristiana, citada al principio de este texto, nos dice que esta piedra sirvió de abrigo a la Virgen María o Nossa Senhora, al huir hacía Egipto, para que el niño Jesús no fuera degollado por el rey Herodes y que al apoyar la cabeza en la roca habría dejado en ella la marca de sus cabellos, en forma de la pintura rupestre mencionada. La verdad, que dieron una vuelta bastante extensa desde la antigua Palestina, camino de Egipto, si hacemos caso a esta leyenda; aunque ya sabemos que las leyendas, tan interesantes y portadoras de información como son en muchos casos, no dejan de ser claras fabulaciones en otros muchos, no por ello tampoco carentes de interés.

Foto: tritontv.com

lunes, 16 de noviembre de 2015

Pinturas rupestres de Minateda, Minateda-Hellín

Muy cerca del famoso Tolmo de Minateda se encuentran las Pinturas Rupestres de Minateda, junto al Arroyo de Tobarra, igualmente, en el municipio de Hellín, que da nombre a la propia comarca de Campos de Hellín. Existe un gran número de representaciones -el Abrigo Grande tiene unas 400 figuras-, de las cuales algunas han sido restauradas, aunque un buen número de éstas están casi invisibles a causa de una capa de carbonato cálcico que las recubre. Entre las figuras existen zoomorfos: ciervos, toros, caballos y cabras; pero también representaciones humanas como grupos de mujeres con largas faldas, una mujer con un niño de la mano, además de arqueros y cacerías de ciervos. Las pinturas están fechadas entre el 6.000 y el 1.500 a. C., y forman un importante grupo dentro del arte Levantino y esquemático.

Mujer con un niño de la mano - Foto: lacerca.com

Las pinturas fueron descubiertas para la ciencia por Juan Jiménez Llamas, quien trabajó con el más reputado estudioso de pinturas rupestres del momento, Henri Breuil, quién, tras carta de Federico de Motos, supo de ellas y también las estudió. Estas pinturas provocaron un gran interés por la gran cantidad de representaciones, así como por su variedad temática y estilística. Se dividen en cinco abrigos, siendo el Abrigo Grande el conjunto más importante.
Contemplar el arte de nuestros antepasados plasmado en un abrigo o en una cueva es uno de los actos más emocionates que se pueden sentir en esta vida. En ellas se plasmaban las inquietudes, los sentimientos y la trascendencia de estas gentes de la Prehistoria que sacralizaban, seguramente, en la mayoría de los casos estos espacios.

En el cerro del fondo, en lo alto, se puede apreciar el Abrigo Grande - Foto: turismo.lacerca.com

Un posible topónimo del dios Airón, Villarino de los Aires

Volvemos a Villarino de los Aires, población de Los Arribes del Duero que visitamos para conocer su santuario rupestre prerromano de El Teso de San Cristóbal. Hoy lo hacemos para lanzar una hipótesis, que, como en otros casos, relaciona a un topónimo con un teónimo. En este caso enlazamos a Villarino de los Aires con el dios Airón, conexión ya apuntada cuando hablamos de la población portuguesa de Airães, perteneciente al concello de Felgueiras, en el Distrito de Oporto, aunque se habla también de otros supuestos aún no traídos a esta página, pero que más tarde o más temprano mencionaremos, como la población castellana de Ayllón, en la comarca de Tierras de Riaza. Es evidente, que el genitivo asociado al nombre de este pueblo, 'Aires', sería el plural de uno de los conocidos como "cuatro elementos"; desde este punto de vista, no habría ningún misterio, pero es de sobra conocida la gran deformación de muchas palabras a lo largo del tiempo, convirtiéndose algunas de ellas en homónimos de otras, pero no significando, ni encontrando el origen en una misma realidad. De este modo, pudiéramos encontrarnos ante un caso similar; así, estamos no lejos de la famosa cascada del Pozo Airón, en Pereña de la Ribera, lo que podría suponer una pista en dicha dirección. Hay que decir también que el término 'Villarino', proveniente del diminutivo de "villa" del dialecto asturleonés conocido como ribereño, propio de la comarca de La Ribera, muchas veces supone una pista en cuanto a la búsqueda de antiguos poblamientos, así, en muchas ocasiones, un topónimo como villarino, villar, villarejo, etc, son la prueba de encontramos ante una antigua población. Esto nos haría ver que, quizás, en el caso de Villarino de los Aires estemos igualmente ante una población que pudiera hundir sus raíces en los tiempos en los que este antiguo dios aún recibía culto. Como curiosidad diremos que el escudo de la ciudad ostenta, en su mitad izquierda, un barco y un río, que evidentemente es el río Duero encajonado en un triángulo invertido que serían los propios barrancos de los arribes entre los que transcurre encajonado el río, pero que bien pudieran se, igualmente, una metáfora de un "pozo airón" cuya vista se va estrechando y perdiendo hacia sus profundidades.
Queda abierta una puerta a esta arriesgada especulación y acompañamos con una descripción extraída de la propia Wikipedia describiendo los atributos de esta divinidad.

Imagen aérea de Villarino de los Aires - Foto: Foto: ayuntamiento.org

*Fuente: Wikipedia

Airón fue un dios indígena que estaba arraigado en Hispania antes de que los romanos emprendieran su conquista. Este dios, cuyo culto fue respetado por los romanos, se relaciona con aguas profundas (ubicadas en pozos y lagunas) y también con simas, por lo tanto hay una relación directa entre Airón y el inframundo.

Como dios del inframundo, Airón ofrece un doble aspecto, positivo y negativo, lo que viene a equivaler a la cara y la cruz de la misma moneda. En su aspecto positivo Airón es el dios de la vida, pues del inframundo emerge el agua (fuente de vida) y la vegetación. En su vertiente negativa, Airón se nos manifiesta como el dios de la muerte, pues el inframundo era el lugar a donde se consideraba –en las religiones precristianas- que iban a parar las almas de los muertos, tanto los que habían llevado una vida ejemplar como los que habían cometido los más graves delitos aunque, una vez en el inframundo, allí cada cual recibía un trato diferente según hubieran sido sus obras en esta vida. El pozo de agua inagotable o la laguna insondable en realidad son una metáfora que significa el canal que comunica el inframundo –o mundo de los muertos de donde no se puede salir- con la tierra habitada por los hombres y con el cielo donde se suponía que moraban los dioses.




miércoles, 11 de noviembre de 2015

Las Hogueras de la Purísima, Horche

Traemos a Iberia Mágica un festejo ancestral más en el que el fuego vuelve a ser el elemento simbólico protagonista. Nos acercamos a Horche, población alcarreña muy cercana a Guadalajara, donde la noche del 7 de diciembre, víspera de la fecha conocida, dentro del credo católico, como La Purísima o La Inmaculada Concepción, se celebran sus famosas Hogueras. Este tipo de festejos se podrían encuadrar en el conjunto de celebraciones relacionadas con el Solsticio de Invierno, donde se trata, al igual que ocurre con las hogueras del Solsticio de Verano o de San Juan, de dar fuerza al Sol, que, en este caso, en el periodo cercano al inverno, poco a poco llega a su fin, para que renazca un nuevo Sol, en lo que es un claro culto solar. Este ciclo de festividades invernales podemos decir que se inicia sobre estas fechas, de inicios de diciembre, en muchos pueblos, continuando durante las Navidades en otros muchos y uniéndose, prácticamente, con las festividades de mitad de invierno o del antiguo Imbolc, en las que se dan numerosas mascaradas, además de cencerradas, con las que se pretende despertar a la Naturaleza de su letargo invernal.

Foto: objetivocastillalamancha.es

Las hogueras se encienden en Horche en la puerta de las casas, existiendo un gran hermanamiento entre los participantes y cofrades, que es un elemento característico también de estos rituales, repartiéndose vino de distintas botas a los vecinos que se acercan, además bollos, pastas y distintos dulces. Las hogueras se suelen encender a las 9 de la noche y los mozos del pueblo mantienen viva la costumbre de saltar por encima de ellas. Después los cofrades suelen invitar a la familia a sardinas y migas y las distintas peñas, igualmente, organizan cenas. De este modo encontramos, tanto por la fecha, ya cercana al Solsticio, por el fuego, como elemento purificador, además del salto por encima del mismo, otorgador de buena fortuna para el resto del año, y la unidad que el festejo, la comida y la bebida trae entre los vecinos, los mismos elementos que todas estas celebraciones han ido trayendo desde la propia Prehistoria.
Independientemente de esta celebración, ya Horche, de por sí, merece una visita, pues es un bello pueblo alcarreño, con una bella estampa sobre río el Ungría y el cercano Tajuña que tanto está apareciendo en las últimas fichas de este blog.

Horche - Foto: Beatriz Cuesta



Leyenda histórica alrededor del Risco de las Cuevas, Perales de Tajuña

Ayer visitamos unas cuevas que si bien son bastante conocidas en su ámbito comarcal, no lo son tanto fuera de su propio territorio. Hablamos del Risco de las Cuevas, un cortado en el valle del río Tajuña, perteneciente al municipio de Perales de Tajuña, en la comarca de Las Vegas; comarca que hace pocas fechas trajimos a Iberia Mágica para hablar de la lápida romana de Carabaña y de "La quema del Judas" de Tielmes. Se sabe, más o menos, que fueron creadas durante el Neolítico y que fueron ocupadas, en distintos periodos, hasta el propio siglo XX; según se dice, todavía hay personas vivas que las habitaron. Pero nuestra breve ficha, más que para realizar un análisis de las mismas, pretende dejar constancia de cómo una especulación histórica puede acabar convirtiéndose en creencia, además de acabar formando parte del acervo cultural de un pueblo como Perales de Tajuña. En este caso nos estamos refiriendo a la antigua población de Caracca, incluida por Ptolomeo en el listado de ciudades carpetanas, y descrita por Plutarco en la vida de Sertorio, donde narra el episodio a través del cual este militar romano y su ejército, durante las Guerras sertorianas, tomaron la ciudad de los caracitanos, que algunos autores sitúan en el Risco de las Cuevas. Según Plutarco, los caracitanos eran unas gentes que moraban sobre el río Tagonius -el Tajuña- (aunque en una edición de Frankfurt del año 1600 se dice Tagum -Tajo-), en un grande y elevado monte que tenía muchas cuevas y agujeros que algunos autores, como decimos, han identificado con el Risco de las Cuevas. No existe por la zona ningún yacimiento arqueológico que se asemeje más al descrito para Caracca, pero lo que no cuadra es la orientación que se describe en las fuentes clásicas, pues se dice que estas cuevas miraban hacia el septentrión, mientras que las del Risco de las Cuevas miran hacia el mediodía. Estemos o no ante la antigua Caracca, lo que es indudable es que, como hemos comentado, en Perales de Tajuña es vox populi la creencia de que los antiguos caracitanos fueron sus lejanos parientes y de que Sertorio y sus hombres cruzaron aquel valle, para tomar dicha ciudad carpetana.; así, se han hecho incluso recreaciones por parte del pueblo de Perales de Tajuña sobre ese episodio histórico, del que aportamos un vídeo encontrado en la red.
Hoy en día muchas de las cuevas, tras los derrumbes producidos, son inaccesibles, a pesar de lo cual merece mucho la pena visitar un lugar que vino siendo habitado desde la Prehistoria y disfrutar de las bellas vistas del valle del Tajuña.

Foto: Iberia Mágica - 09/11/2015

*Fuente: cartel explicativo del Risco de las Cuevas

No tenemos muchos datos que atestigüen la fecha de las cuevas, aunque hay referencias de materiales arqueológicos desde el neolítico, época a la que pertenecen los primeros utensilios líticos encontrados en la zona. Así mismo en las cercanías del Risco se han podido recoger importantes colecciones de material lítico (puntas de flecha, perforadores y cuchillos de silex) y multitud de restos cerámicos de la Edad del Bronce.
Según algunos investigadores, estas cuevas albergaron a los Caracitanos, una tribu carpetana a la que el general romano Sertorio, en el siglo I a. C., sometió tras ordenar a sus tropas que levantaron mucho polvo, que al ser arrastrado por el fuerte viento entró en las cuevas y sofocó a sus moradores. Un dato que ha aportado la arqueología y que corrobora que en las inmediaciones se produjeron combates, es la aparición de proyectiles de onda fabricados en plomo y que confirmaría la verosimilitud de las narraciones de las fuentes antiguas.


Valle del río Tajuña visto desde la conocida como Gran Cueva - Foto: Iberia Mágica - 09/11/2015
El Risco de las Cuevas visto de perfil desde la Gran Cueva - Foto: Iberia Mágica - 09/11/2015







domingo, 8 de noviembre de 2015

Mirador de la Fuente da Senhora, Monchique

Camino del alto de Fóia, el punto más alto de todo el Algarve, en la Sierra de Monchique y no lejos de la propia población que toma nombre de este monte, se encuentra la Fuente da Senhora. Sus aguas son bastante apreciadas desde siempre entre los lugareños y nosotros pudimos beber de ellas hace escasos dos meses. Las vistas desde la fuente son espectaculares; se contempla buena parte de la costa sur del Algarve y se adivina, hacia el poniente, la curva que da la costa, hacia el septentrión, en el Cabo de San Vicente. El sosiego del lugar, las amplias vistas circundantes, desde Faro a Sagres, una cruz cristianizando la fuente, además del propio nombre del manantial, atribuido a la "Senhora", nos hace sospechar que quizás nos encontremos ante una fuente sacralizada desde tiempos precristianos. Ya se sabe que, aunque, por supuesto, no sea aplicable en la totalidad de los casos, muchos enclaves con el topónimo "Señora" nos ponen sobre la pista de antiguos lugares de culto a la Madre Tierra, asimilados con posterioridad a distintas divinidades, incluidos los cultos marianos de época cristiana. Estamos en tierra de cynetes, aquella etnia céltica que, a grosso modo, se puede decir ocupó la actual región del Algarve, con lo que pudo ser un lugar de gran carga espiritual para ellos y para moradores aún más lejanos en el tiempo.

Foto: Iberia Mágica - 05/09/2015

De todas formas tenemos que advertir, como siempre hacemos ante casos similares, que no encontramos ninguna pista más allá de las suposiciones manifestadas; es muy poca la información que, además, hemos encontrado. El manantial está canalizado a través de un caño que aflora de una roca muy retocada en los tiempos actuales, lo que dificulta la contemplación de alguna huella más antigua. De ese modo, ni en la piedra de la que brota el caño, ni en ninguna de las peñas de los alrededores, pudimos encontrar cazoleta o pileta alguna que pudiera servir de prueba al respecto, a pesar de lo cual, hemos querido dejar constancia de este lugar en Iberia Mágica, pues creemos que merece la pena y, como siempre tratamos de hacer, nos gustaría abrir el debate e invitar a la participación de cualquier persona que pueda aportarnos alguna interesante información al respecto con sus comentarios.

Vista hacia la costa sur desde la Fuente da Senhora - Foto: Iberia Mágica - 05/09/2015



viernes, 6 de noviembre de 2015

El cabo Finisterre o el fin del mundo, Fisterra

Hoy volvemos a ese lugar que, como su nombre indica, durante mucho tiempo se creyó que era el fin del mundo conocido; aunque no constituye, en la Península Ibérica, un caso único, pues también se decía del Cabo de San Vicente, el antiguo Promontorium Sacrum que, igualmente, visitamos el pasado verano. En la actualidad se sabe que el punto más occidental de la Península es Cabo da Roca, del que también se especula fue un antiguo santuario. Pero hoy estamos hablando del cabo Finisterre o Fisterra, en el concello, al que da nombre. Este lugar era verdaderamente el destino final de esa ruta ancestral conocida, una vez cristianizada, como Camino de Santiago; el final del camino pagano, en expresión de muchos. Hasta hace pocos años, en la época contemporánea, todos los peregrinos finalizaban su recorrido en Santiago de Compostela, en la Plaza del Obradoiro, pues muy pocos conocían ese otro destino, pero en los últimos años ha aumentando, considerablemente, el número de peregrinos que finalizan su camino en Fisterra, allí donde termina la tierra, pues ya no se puede seguir más al Sol en su ocaso días tras día, si no es a través del considerado, por entonces, como océano infinito. Los peregrinos ese día se despojan de sus viejas ropas, que son quemadas, y de sus desgastadas botas y emprenden, al día siguiente, el camino de vuelta, renaciendo como el Sol que verán levantarse, mañana tras mañana, en su camino de vuelta, pues antigüamente no se volvía, como en la actualidad, en ningún medio de transporte que no fueran los propios pies de uno mismo.



A pesar de que Cabo Finisterre ha aparecido en este blog en más de una ocasión, no ha sido hasta este último verano cuando hemos conocido in situ este mágico enclave. Contemplar la puesta de Sol en este lugar, como ya dijimos en relación al Cabo de San Vicente, que también conocimos este mismo verano, es una de las experiencias más sublimes que se puedan vivir, en opinión de este humilde escribiente. No sólo sobrecoge la espectacularidad del paisaje, con soberbios acantilados y la contemplación del inmenso Océano, sino el conocimiento de encontrarse en un lugar sagrado, en un templo de la Madre Tierra, de la Naturaleza en general y que, como tal, era el destino final de unas rutas y peregrinaciones que se pierden en la noche de los tiempos. No obstante, estamos en un lugar donde existió un Ara Solis; así lo citan las fuentes clásicas. Además, a diferencia de San Vicente, donde se buscaba mucho más la fotografía, el recuerdo turístico, aquí la gente, por lo general, sabía a donde venía, se fuera o no peregrino, pues la mayor parte de las personas se mimetizaban con el entorno en absoluto silencio. Aportamos un vídeo, de aquel mágico crepúsculo, siendo conscientes de que no hace justicia a la verdadera vivencia de sentirlo sobre el lugar.



jueves, 5 de noviembre de 2015

La Luminaria de Fontanarejo, Fontanarejo de los Montes

Vamos a dar un salto en el tiempo, entre el momento que acabamos de dejar atrás, el Samaín -o Samhain- protagonista en nuestra anterior ficha y el periodo que llegará en seis meses, cuando hayamos dejado atrás otras dos celebraciones que están por llegar, la celebración del Solsticio de Invierno, actualmente llamado Navidad, y el Imbolc a finales de enero y principios de febrero; estamos hablando del Beltaine, del que tantas manifestaciones hemos traído este año en forma de "mayos". Hoy encontramos un ejemplo más en torno a este festejo de mitad de primavera y de inicio de verano pastoral. Hablamos de la Luminaria de Fontanerejo de los Montes, en la comarca de Montes de Toledo. En esta celebración, también conocida como Las Lumbres o La Fiesta de la Romera, una planta aromática, como es el romero, se convierte en la protagonista. Se hacen fardos con ramas de este arbusto que se distribuyen por las calles del pueblo para ser quemadas el 30 de abril a la caída de la tarde. Se cuenta que su origen se encuentra en un acto simbólico de purificación de pestes y epidemias que azotaron al pueblo, pero, como ocurre con tantas de estas explicaciones en relación a otros muchos rituales, no dejan de ocultar un origen mucho más ancestral y lejano en el tiempo que el que se narra. Estamos en un claro festejo simbólico en torno a la exuberancia de la primavera, con el simbolismo, además, del fuego purificador.

Luminaria de 2011 - fontanarejo.wordpress.com

El romero se va a buscar a tres o cuatro kilómetros del pueblo y se colocan los fardos en las puertas de las casas, iniciándose la lumbre. Pronto se forma una humareda muy densa y de color blanco que inunda de humo y olor todas las calles, introduciéndose también en las casas, pues se dejan las puertas y las ventanas abiertas para que el humo circule por las viviendas, tratando de que impregne también la ropa y el ajuar doméstico. El pueblo visto desde el monte, como se puede contemplar en la fotografía que aportamos, parece que fuera la Roma de Nerón pasto del fuego. Los dueños de las casas controlan con un palo el fuego y procuran evitar que los niños y jóvenes desparramen las cenizas, como es tradición, apareciendo, por tanto, la ceniza, como símbolo protector, junto al romero, tan utilizado en los mayos y enramadas de esas fechas y el fuego, como ya se dijo, como elemento purificador. La ceniza ya se sabe que tiene un papel muy importante dentro de la celebración carnavalesca, otro festejo anterior a los festejos de mayo o del antiguo Beltaine celta; así, con la cristianización de dicho festejo, se habla del Miércoles de Ceniza, pero en otros carnavales mucho más ancestrales, donde los elementos precristianos son mucho más evidentes, como en el carnaval hurdano -Carnaval Jurdano-, del que ya hemos hablado por aquí en más de una ocasión, toma también un papel muy importante a través del personaje conocido como el "Tíuh de la ceniza", que va embadurnando con ceniza a todo el que se ponga por delante, teniendo un significado protector para el que con ella se tizne.
Volviendo a Fontanarejo de los Montes, diremos, que además de la Luminaria, la jornada nocturna del 31 de abril finaliza con el canto de los mayos ante la "cruz de mayo" realizada para esa fecha. La fiesta continua los días 1 y 2 de mayo, con los mozos engalanando las ventanas de las mozas y novias del pueblo que les gustan con las "enramás", que se hacían, principalmente con ramas de álamo blanco, aunque antiguamente también se utilizaba el espino. Esta tradición, de fecundidad, se ha perdido en la actualidad.
Recomendamos la lectura del artículo "La Luminaria de Fontanarejo (Ciudad Real)", de Emilio Blanco Castro, publicado en 1994 en la Revista de Folklore número 168, de donde hemos extraído la información para escribir estas líneas sobre esta celebración.



 
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